Emprendieron el camino hacia Athalá.
Los lobos corrían a toda velocidad por el espeso bosque que se había formado sobre aquellas ruinas de la que, alguna vez, fue una hermosa ciudad.
Zoé iba al frente junto con Akira, quien debido al poco peso que llevaba, avanza un poco más rápido que el resto. La vegetación era extensa, lo cual complicaba el camino. La noche llegó. Los lobos estaban exhaustos al igual que los chicos. Decidieron acampar a las orillas de una cascada. dormitaban, tratando de descansar un poco y prepararse para lo que sea que Athalá tuviera preparado para su llegada.
Los grandes lomos de las bestias, les sirvieron como almohadas y fuentes de calor. Todos dormían, a excepción de Merina, quien, se encontraba a la orilla del rio, congelando y descongelando las aguas de este, para obtener un poco de diversión.
Estaba por amanecer cuando Nicolás despertó y se acercó a ella, procurando no hacer ruido para no despertar a los demás.
─ ¿Estas nerviosa? ─le preguntó mientras se sentaba junto a ella. La chica giró y le sonrió con cariño mientras sacaba la mano del agua.
─ No ─respondió en un susurro─. No estoy nerviosa, pero sí estoy ansiosa. Regresaremos a casa después de tanto. No sabemos cómo encontraremos las cosas allá.
Nicolás no tuvo oportunidad de continuar la conversación, pues en ese momento Thara despertó, seguida del resto de los viajeros. Los enormes lobos se pusieron de pie, rugiendo y haciendo que un gran número de aves abandonaran sus nidos.
─ ¿Falta mucho para llegar? ─cuestionó la niña mientras ahogaba un gran bostezo. Merina se encogió de hombros.
─ No lo sé, pero lo averiguaremos. ¡En marcha!
No perdieron el tiempo. Cada quien volvió a tomar su lugar sobre aquellas bestias y dejaron que estas los condujeran. Cruzaron bosques y praderas, pero la provincia aún no estaba cerca y eso estaba comenzando a preocuparlos, pues sabían que no podían demorarse más de lo debido. Sabían que los pobladores necesitaban suministros para poder abastecerse y sabían que sus compañeros no podrían controlar a toda esa gente por mucho tiempo, aun cuando Arriethe, Anthony y Hazel estuvieran ahí. Era de vital importancia llegar a la provincia y abastecer suministros suficientes tanto para los pobladores de nueva Inglaterra, como para su propia gente. Sin embargo, los lobos se detuvieron súbitamente. Olfatearon el suelo, como si sintieran una presencia extraña. Los jóvenes se alarmaron, bajaron y de inmediato adoptaron una postura defensiva, pues no sabían que era lo que había provocado el actuar de sus lobos. De pronto se escuchó un ligero ruido proveniente un enorme arbusto que se encontraba justo frente a ellos. De la nada, un enorme bisonte apareció y camino tranquilamente hasta llegar a la orilla de un rio para beber un poco de agua. Aquel animal era casi del mismo tamaño que los lobos y su pelaje era oscuro y brillante.
Los chicos se asombraron pues, no era normal ver a un animal como ese en tierras como aquella. Sin embargo, el bisonte no les tomo importancia. Bebió toda el agua que quiso y acto seguido se echó a correr con una agilidad tremenda.
Los jóvenes decidieron continuar con su camino, pues no querían perder más tiempo. Sin embargo, sus bestias no avanzaron. Adoptaron nuevamente la forma de cachorros y corrieron hacia el bosque. Los chicos intercambiaron miradas e inmediatamente corrieron detrás de ellos. Estos los condujeron hacia una especie de prado que llegaba hasta una pequeña colina.
─ ¿Qué demonios les pasa? ─comentó Favela.
─ Deben estar confundidos ─respondió Tadeo.
─ No ─intervino Merina, quien avanzó un poco sobre la colina─. Hemos llegado ─aseguró apuntando hacia el frente. Los demás chicos avanzaron hacia su lado y observaron, detrás de la colina se encontraba lo que quedaba del muro de la provincia de Athalá.
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Descendientes || The Last (Libro 2)
Science FictionMerina y Hazel, al fin saben cual es su estatus. Saben que son las armas que el clero necesita para ganar de una vez por todas la guerra contra los rebeldes. Sin embargo, ninguna de ellas piensa colaborar en eso. Ambas hermanas están ahora obligada...