En algún lugar del mar, dos días de Hondarribia, Guipúzcoa, Pais Vasco, España, 1720.
Había pasado por lo menos unas dos horas, o eso creía desde el momento en que le habían entregado la ropa que traía puesto, unos pantaloncillos y una camisa blanca, también se había dado un baño, y por arte de magia, su calabozo estaba limpio, por lo menos ya no sabia algo viscoso creciendo en una esquina del piso.
Por lo menos se sentía mucho mejor, estando limpio, y el lugar ordenado, aunque no quitaba el horros de que seguía estando encerado en un feo calabozo en un barco lejos de su hogar, o la casa de sus padres, así que debía comenzar a ver el lado bueno de ese lugar.
No había nada de bueno, que pudiera llegar a considerar, pero tenia vida, y aun no se habían desecho de él, debería de apreciar ello, aun podía respirar.
Miro la bolsa de tela que estaba en el suelo, el mismo la había dejado ahí, no quería volver a abrirla, aun no entendía el porque diantres lo querían así, porque el lo habían escogido a el para ello, era mas fácil matarlo y ellos podrían seguir con sus vidas, o acaso esta era un broma y realmente lo hacían para pedir rescate.
Pero su familia no tenia tanto dinero para ello, y mas con todos los daños que se habían causado, y las reparaciones, y con la muerte de su hermano, era casi imposible, el era el que se encargaba ya de todos los negocios, mas con su padre y su enfermedad avanzada.
Solo quería salir de ese lugar pronto, pero debía obedecer, aunque tal vez, en algún momento, si él podría salir, seria posible encontrar a alguien que lo ayudara.
Estaba demasiado sumido en sus pensamientos, planeando una forma de salir ahí, aun a pesar de su resignación, de que sabia que no podría escapar nunca, el buscaba la forma de hacerlo, creando planes en su cabeza.
Escucho nuevamente la puerta abrirse, espero que Kyle o Karmi para ver si ya estaba listo, si ya se había vestido, o probado el traje, pero se equivoco, era la persona que menos quería ver.
–Que lastima, ya me había emocionado por verte con la ropa que escogí para ti.
Volteo a verlo, no sabia si con miedo con coraje, simplemente estaba odiándolo en ese preciso momento.
–¿Por qué no me muestras, que tal te queda?
SI antes estaba enojado, ahora estaba furioso, y quería lanzarle lo primero que tuviera en sus manos, y si preguntan, no le importaba si eso ocasionaba que ese hombre lo asesinara ahí mismo, porque él no se pondría esa ropa, para nadie.
–Largate.
–Pero cariño...– mostró su típica sonrisa socarrona, llena de burla.
Eso molesto mucho más a Hiro, para tomar lo primero que encontró, siendo la bolsa de ropa, para lanzársela con todas sus fuerzas.
–DIJE QUE TE LARGUES.
Miguel pudo esquivar la bolsa con facilidad, mirando cómo esta cada al suelo, eso no era una buena señal para Hiro y el lo sabia muy bien, comenzó a dar pasos, intentando retroceder, y buscar una forma de salir corriendo de ese lugar.
–¿Por qué huyes cariño?
Miguel se acercaba cada vez más al japonés, mirando cómo su espalda chocaba contra la pared, no había escapatoria.
–Veo que olvidaste que te dije que debes portarte bien para mi cariño, si no quieres que me deshaga de ti.
Estaba demasiado cerca de Hiro, el japonés sentía esa respiración, cálida, no sabia cual era la razón pero sentía que sus piernas temblaban, tal vez era el miedo que sentía.
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ALTA MAR [ higuel ]
Historical FictionNi el oro en los cofres que tengo, ni la vida en los mares mas peligrosos, ni la sangre que he derramado, o el ron que bebo todas las noches, me han traído tanta satisfacción como la pasión de tu cuerpo. Navegamos y naufragamos en el trayecto, pero...