Capitulo 7.-UNA INOCENTE ILUSION

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En algún lugar del mar, dos días de Hondarribia, Guipúzcoa, Pais Vasco, España, 1720.

Solo podía sentir como el barco se movía lentamente, ya había confirmado que lo era, el aroma a sal era inconfundible, y ese fétido olor a pescado que siempre le había causado nauseas, y claro no descartaba las nauseas por el movimiento de este, y el sentir como las olas golpeaban en contra.

No sabia cuánto tiempo había ocurrido desde que lo sacaron de su hogar, si eran unos cuantos minutos, horas, días, solo sabia que había estado en ese lugar todo el tiempo, y aun no había salido.

Al menos habían sido gentiles, si es que podía llegar a ser considerado un poco de gentileza pro su parte, bueno Kyle había sido gentil de quitarle las cuerdas de las manos y los pies, para ponerle unos grilletes unidos a cadenas que estaba unidas al suelo, al momento que le había llegado algo de comer, algo que claramente tiro, aunque en ese momento el vaso con agua, estaba considerando que fue mala idea el haberlo tirado también, realmente necesitaba de ella.

–"Hiro no hagas esto mas difícil para mí."

Recordaba lo que le había dicho, pero cómo podía ser eso más difícil para Kyle, si era por el que ahora estaba ahí encerrado, era el al que habían traicionado y ahora estaba quién sabe dónde lejos de su familia, y sin poder despedir a su hermano.

Acaso su familia lo estaba buscando, cosa que sospechaba que no lo hicieran, nunca se habían preocupado por él, por eso siempre le tuvieron un cuidador.

Lagrimas volvieron hacerse presentes en sus ojos, llorar era lo único que hacia ahí, o dormir para evitar el mareo y el hambre que estaba sintiendo, pero las lagrimas no dejaban de hacerse presentes, eran demasiadas las emociones que lo estaban invadiendo.

–Si sigues así, te deshidratas, y si enfermas, ya no me serviras de nada, y tendre que aventarte al mar para que te coman los tiburones.

Miguel estaba recargado en el marco de la puerta, dejando que un poco de sol escapara, algo que Hiro no había visto en tanto tiempo, o eso creía, ya no sabia nada.

Hiro se alejo de las barras de hierro al escuchar al hombre ahí, no se había dado cuenta en que momento llego, o cuando abrió la puerta, estaba demasiado sumido en sus pensamientos para darse cuenta, y había bajado su defensa, no es que pudiera defenderse tanto, estaba demasiado débil y agotado.

–Tranquilo gatito, no vengo a lastimarte, o tal vez si, no lo se, depende– se acercó a la reja, para dejar un vaso de agua y un pedazo de pan –si te comportas bien conmigo, podrían las cosas ser muy diferentes– soltó una pequeña risita –Kyle me dijo que no comiste nada y preferiste tirarlo.

Dejo las cosas en el piso, lo mas cerca del joven, pero aun así un poco retirado para evitar que lo tirara como la vez pasada.

–Siéntete dichoso, nunca le doy mas comida a mis queridos invitados, tengo tantos hombres que alimentar en este barco que no puedo estar tirándola, así que te recomiendo que lo tomes, comas porque no me sirves enfermo,

Miguel noto la mirada del joven en el piso, estaba llena de temor y e podía entenderlo, el paso por ello cuando era un chamaco, ahora, era él quien causaba el terror en las personas.

–Asi que come gatito.

Le mostró una dulce y burlesca sonrisa, aun así Hiro no confiaba en el, nunca lo haría, lo dejo una vez tocarlo, besarlo, hacer lo que quisiera con el, casi terminar haciendo cosas indecorosas en la habitación, pero no, ahora no, ahora lo estaba odiando demasiado y le tenia miedo, el había asesinado a su hermano, el lo había secuestrado, y a lo poco que podía entender, loba a vender también.

ALTA MAR [ higuel ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora