Hondarribia, Guipúzcoa, Pais Vasco, España, 1720.
Kyle se encontraba recostado en su habitación, leyendo las cartas de respuesta, estas habían logrado llegar en menos de los 5 meses que se requerían, para llegar y tener las respuestas, y no entendía muy bien el porque, o tal vez si lo hacia pero no quería mencionar el tema.
Habían pasado unas semanas desde el acontecimiento en la casa de la familia Hamada, y se había corrido el chisme entre los pueblos mas cercanos y el presente, todos sabían que ya no podían tocar al hombre aunque fuera un criado, y que el menor de los Hamada podría usar su poder para el que fuera a lastimarlo, lo pagara bastante caro.
Por ese motivo y por el miedo de ser decapitado, el hombre de la oficina postal había logrado que las cartas fueran entregadas en mucho menos tiempo, una de las cosas que les favoreció, es que al parecer los destinatarios estaban mucho mas cerca de lo que se había planeado, en costas cercanos.
Kyle al saber ese pequeño detalle después de leer una de las cartas, quería un día escapar y salir corriendo, por dos motivos, no de ellos era abrazar a la persona que tanto extrañaba, la otra, era decapitar al otro destinatario, sentía rabia, y eso que no conoce toda la historia.
Guardo las hojas en sus sobres respectivos para colocarlos en un lugar seguro, ese día Hiro había pedido que lo acompañara a la plaza del centro, necesitaba ir por algunas cosas que serian de utilidad ara sus estudios, claramente Kyle no tenia la intención, aun sentía el dolor a pesar de los días, y era porque algunas heridas habían sido algo profundas, aunque fueron y son atendidas diariamente por ordenes de Hiro.
Pero aun así acepto, tomando su morral, y algunas cosas que podría necesitar en el camino, no sabia que podría ocurrir, si su mandato se realizarÃa en ese momento, o debía proteger al menor.
Hiro en su lugar, solo tomaba una pequeña bolsa con algunas cuantas monedas de oro, necesitaría menos, pero siempre le gustaba pagar lo que el sentía que era justo, y no malbaratar el trabajo de las personas, ya que el no quisiera que lo hicieron con lo propio.
Tomo su casaca y se la coloco, para salir de su habitación, a causa del incidente el había tomando algunas cuantas tareas que antes Kyle se encargaba de realizar para ahora volverse un poco mas independiente, aunque sabia que el mayor podía realizar sus labores, el quería ayudar, se sentía culpable por lo ocurrido.
Salió de la habitación para encontrarse con Kyle a las afueras de la casa, ambos ya estaban listos para partir al centro del pueblo, y poder conseguir todo que había en su lista mental, algo bueno de Hiro que su memoria era demasiado buena, mejor que muchos, aunque mas la usaba para cosas que le importaban.
–Vámonos– hablo el más joven, indicándole que era hora de irse los dos.
En el camino todos volteaban a verlos, como antes dicho el chisme se había corrido por todas partes, y el cotilleo no era de esperarse, pero intentaban ignorarlo por completo aunque era un poco complicado, las miradas los murmullos.
–Tranquilo, todos ellos hablaran todo el tiempo– hablo Hiro, él debería ser el más nervioso, pero no era así, el estaba tranquilo, estaba acostumbrado a que todos lo miraran e hicieran lo mismo.
Siendo el hijo menor de un importante comerciante, y que aun estuviera soltero, o no se le conociera ninguna conquista, si era algo de que hablar por todo el pueblo, pero prefirió dejar sus pensamientos de lado y comenzar con las compras, hiro se había alejado un poco para ir a tomar algunas cosas que necesitaba, lo primero era tinta, su favorita se le había agotado.
Caminaba junto a Hiro por los puestos del mercado, ya no le prestaba atención a la gente, solo sujetaba las cajas y paquetes de las compras del menor, sí que eran bastantes, al joven le gustaba hacer compras.
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ALTA MAR [ higuel ]
Ficção HistóricaNi el oro en los cofres que tengo, ni la vida en los mares mas peligrosos, ni la sangre que he derramado, o el ron que bebo todas las noches, me han traído tanta satisfacción como la pasión de tu cuerpo. Navegamos y naufragamos en el trayecto, pero...