XII. Seductor

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Nadie jamás había rechazado a Maito Gai.

Su nivel de seducción era incontrolable y las mujeres llegaban sin que se lo propusiera.  Nunca nada serio pero con toda la ferocidad.

Por lo cual el rechazo de Tenten, le dolió de sobre manera. En su orgullo mismo. Pero al inicio no fue consciente por que había rechazado en si a Neji. Y eso le causó gracia. Por que sabía que era su culpa, que no explotaba su llama de la juventud como era debido. Las mujeres querían un hombre varonil con toda la energía de la juventud.

Neji era un deprimente... rábano amargo e insípido.

Pero luego fue consciente que Neji fue rechazado mientras él estaba en su cuerpo, el gran Maito Gai rechazado por una cría.  Su espíritu galante originó una grieta.

Por lo cual todo se maquinó en su cabeza, decidiendo algo. ¿Acaso su toque era por su atractivo físico? Era algo que debía comprobar. Si ese recipiente, el de Neji, era suficiente para conseguir y reestructurar su orgullo dañado. Adicional quería ayudar a su pupilo, ciertamente se había comportado de forma... problemática la semana pasada. Ahora manejaba mejor las habilidades del Hyūga, pero sentía que le debía algo.

Y Maito Gai jamás le debía algo a alguien.

Así que aquel día, luego del entrenamiento recorrió la aldea en busca de alguna mujer que no pudiera resistirse a su arrolladora personalidad.

Sin dificultad la encontró. 

Una morena adorable, pero bastante inmadura. Sin embargo, no podía quedar con una mayor, sería sumamente raro.
Quedaron el día siguiente en un lugar que estaba de moda en la aldea.

Gai se observó con detenimiento en el espejo de piso que estaba en el cuarto de Neji. Con la toalla enrollada en la cintura observó el cuerpo pasable que se mandaba su alumno. Servía.  Y debajo de la toalla...aún recordaba el susto que se dio al ir por primera vez al baño. Le recordó aquella vez que vio a Kakashi en el baño en su infancia. Algo fuera de lo normal. Entonces si Neji Hyūga era pasablemente atractivo y tenía un "buen" equipo ¿por qué había sido rechazado?

Gai había encontrado la respuesta. Personalidad aplastante.

Se colocó la ropa que había comprado un día antes, le quedaba casi a la par de su personalidad. Se peinó aquel estorboso cabello y lo amarró como de costumbre. Se roció la loción. Levantó el pulgar al ver el reflejo que el espejo le devolvía.

Espectacular. Aunque no tanto como el verdadero Maito.

Se encontró con aquella chica en el área comercial y se dirigieron al Karaoke. Ahí Maito Gai dejaría lucir la llama de la juventud que su alumno había ocultado con tanto recelo.

Se sentó con la chica en una mesa y ella simplemente le sonreía con efusividad. Buscó su mano y enredó su dedo femenino en el cabello sedoso del hombre. Gai, en el cuerpo de Neji,  sonreía complacido. Aún tenía su toque en aquel cuerpo.

Esa noche Neji Hyūga seria un seductor.

Entrecruzados [Nejiten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora