XX. Templo

198 44 8
                                    

Aceptaba perfectamente que su conducta en el pasado fue deplorable. No iba a negarlo jamás.

Sin embargo ahora mismo pensaba que su peor error era haber nacido. Por que era la única explicación a todo este desastre.

Gai se había asegurado de hundir toda su reputación en la aldea. Le había puesto mallas, lo habían rechazado, Hanabi, su prima menor lo había derribado. Lo habían catalogado como un ebrio, había portado el traje más ridículo que vería en toda su vida.
Lo habían quebrado de todas las formas posibles.

¿Y ahora?

Estaba en el cuerpo de Tenten. Grandioso.

No había despegado su mirada del espejo desde hace varios minutos.  Detallando cada sentimiento del rostro femenino que con anterioridad contemplaba más de la cuenta.  Lo tenía tan cerca, pero cuando pensó que le gustaría tenerlo, no a eso se refería.

El destino cruel y despiadado jugaba con él.

Cansado colocó sus manos en la cadera y como si fuera piedra caliente los alejó.  Había sentido la piel femenina desnuda en sus propias manos. Suave. Muy suave.

Sintió su rostro arder y vio su reflejo. Escarlata intenso. Tan similar a su prima.
Pero ver ese rostro moreno sonrojado sacudió todo su interior. Era un completo deleite.

Tenten dormía con unos cortos short y un top. Un top cernido a su pecho. Como si fuese el pecado más abominable su mirada se mantuvo mirando su rostro. Solo su rostro.

Neji Hyūga no era un pervertido. 

No iba a tocar ni un centímetro de ese cuerpo. No de esa forma.

Sin esperar más se puso encima la ropa normal que la kunoichi usaba. Colocando sus guantes en las manos y su banda ninja.

Agradeció eternamente que no tuviera que cumplir sus necesidades fisiologicas a pleno momento del día.  Rezó muy fuerte en su cabeza por que esto se arreglara apenas se cruzara con ella.

No podía ni imaginar que pasaría si tenía que pasar más de unas horas en ese cuerpo.

No era inocente ni estúpido. Sabía que significaba eso. Si no se resolvía pronto, tendría que tendría que ultrajar ese cuerpo. Y no iba a hacerlo. Bajo ningún motivo. El cuerpo de Tenten eran...perfecto.

Salió presuroso del cuarto, en busca de su cuerpo.

Comenzó a pensar si estarían cambiando hasta que sus almas encontraran su cuerpo. Eso lo estremeció y creo una llama en su interior que quemaba.

No iba a permitir que nadie más estuviera en ese cuerpo. No cuando sabía que podían hacer cosas...extrañas y asquerosas.

Un pensamiento repugnante y contradictorio vino a su cabeza.

Prefería el cuerpo de Gai. Realmente y sin vacilar lo prefería.

Tenten no debería haber entrado a esa situación

La sola idea de pensar que cualquiera de las bestias podría poseer ese cuerpo alimentó sin retorno el fuego en su interior.

Podía pasar el que quisiera en su cuerpo, hasta el mismísimo Naruto. Humillarlo de todas las formas posibles. Profanarlo sin descanso, romperlo, destruirlo o quebrarlo.

Pero el cuerpo de Tenten era... un templo.

Entrecruzados [Nejiten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora