~ Mi Dulce Carta ~ (Yami/Atemxtú) [A.I.]

~ Capitulo 05 ~

[Editado ✓]

—(T/n...)— Yami piensa de repente.

Yugi bajó la mirada, extrañado —(¿Pasa algo?)—.

—(Lo siento. Tengo un mal presentimiento, ¿Dónde esta ella?)—.

—(Hizo una carrera con Joey, tal vez ya hallan llegado a la tienda)— vuelve a mirar hacia el frente —(después de todo, ellos se adelantaron)—.

Al llegar, el trío vió a un Joey casi desmayado en la entrada. Estaba recargando la mano en la puerta, tomando un respiro y calmando su agitación.

—Yo… Joey Wheeler… he ganado— dice entre jadeos. Estaba sudando mucho y tenía la cara roja.

—Vaya, te ves muy acabado, ¿A caso corriste como caballo en rodeo?— río Tristan por lo bajo.

Joey, cansado, respira profundo antes de hablar —No es divertido, ¿Quieres algo entretenido? ¡Entonces presencia mi duelo!—.

—Hablando de duelos, ¿Dónde está T/n?— Tea revisa el lugar con la mirada.

Tomando una postura triunfal, Joey se levanta —se supone que ella me adelantó, pero creo que se quedó atrás y yo gané—.

Tristán señala la puerta —O simplemente ya está dentro de la tienda esperando a que entres—.

Joey mira aterrado el local, no había pensado en eso.

Sudando, empieza a abrir lentamente la puerta, rezando en que T/n no esté ahí sentada sobre el mostrador diciendo: —"lo siento Joey, pero parece que tendrás solo 1000 puntos"—.

Ya con la puerta completamente abierta, revisaron la tienda con la mirada, y para buena o mala suerte, no estabas.

—Gracias a Dios~ ¡Significa que ella tendrá 1000 puntos JAJAJAJAJA!— Joey suspira aliviado con una mano en el pecho.

En eso, el señor Sugoroku sale de la casa, limpiando algo con un trapo —Oh, que bueno que llegaron, ¿Dónde esta T/n? Creo que encontré algo suyo—.

—(¿Eh? ¿No ha llegado? Uh, siento una presencia extraña...)—. Cómo si fuera un sexto sentido, Yami reacciona ante una sensación de escalofríos.

—(¿Qué?)— Yugi no pudo escuchar lo que Yami dijo al final, ya que este lo menciono con un susurro.

—¿Entonces ella no ha llegado?— confirmó Tristan.

Tea se acerca al señor Muto curiosa —¿Qué fue lo que encontró?—.

El anciano enseña lo que estaba limpiando: un collar dorado con figuras y trazos egipcios.

Yami se sorprendió al encontrar el origen de su extraño sentimiento. No sabia cómo explicarlo, pero había algo familiar en este.

Entonces, es cuando el mayor sonríe —ella lo traía puesto el primer día que se quedó, supongo que se le olvidó ya que lo encontré en el sillón—.