~ Capitulo 09 ~

408 39 3
                                    

Pasó un rato, y comenzaste a reaccionar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pasó un rato, y comenzaste a reaccionar. Estabas en un extraño limbo de relajación y vages que nunca habías sentido antes.

Era como si lo hubieras deseado desde hace mucho tiempo.

—Uh… (¿Desear… qué?)—.

Ignorando ese pensamiento, vuelves a cerrar los ojos acompañando un bostezo mientras te acomodas. Tu tranquilidad sólo duró un par de segundos cuando caíste de tu cama, sobresaltada.

—¡Se me olvidó!— te das la vuelta y caes al suelo —¡Ah! ¡Yugi! ¡Rápido, debes levantarte para…!—.

Despertando, te das cuenta de que estabas en un lugar extraño. Al mirar al rededor con rapidez, notas que ya no te encontrabas en la habitación de Yugi.

—¿Dónde estoy?—.

Estabas comenzando a cansarte de verte en situaciones y lugares desconocidos.

Parecía otro tipo de cuarto. Esta, por muy rara que parezca, parecía estar construida con ladrillos de barro y piedra caliza.

No tenía ventanas, pero podías ver que era de día por la luz que se filtraba por debajo de la cortina que asimilaba una puerta.

Te levantas con cuidado y miras a la cama donde estabas acostada hace un momento. El contorno era de ébano con tejido de lino. Algo simple, pero cómodo.

Notaste que había algo encima sobre un pequeño mueble al lado de la cama. Al tomarlo, logras reconocerlo. Es un espejo de bronce. Tan bien pulido, que podías ver tus facciones con claridad, bien reflejados en la superficie.

—Espera… (¿Cómo es que sé lo que es esto?)—.

Sabías para qué funcionaban los espejos gracias al que tienen los Muto en su baño, más no podías explicar el porqué pensaste que esto servía para lo mismo.

Todo era irreal. No sabías absolutamente nada.

Aunque, por lo raro que parezca, se te hacía algo familiar.

También presentías que fue hace mucho, mucho tiempo. Demasiado como para tener idea alguna de la fecha exacta.

Miraste tu mano con atención. Tu piel era más bronceada, y tus brazos… los sentías más fuertes.

—(¿Q- Qué me ha pasado?)— nerviosa por la nueva situación, sales del lugar cruzando la cortina.

Pasando por un par de habitaciones, encuentras una escalera y subes a toda prisa.

Así, llegaste hasta el techo en una especie de terraza.

—¡¿Ah?!— mirando al rededor, te da cuenta de que estabas en un lugar muy diferente a la ciudad Domino —¿P- Pero dónde…?—.

Estabas en una casa rodeada de otras más, con una estructura muy diferente a los edificios modernos.

—¡Hey, "@#&*¿"! ¿Eh, dónde estás?—.

~ Mi Dulce Carta ~ (Yami/Atemxtú) [A.I.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora