-sonríe, me gusta tu sonrisa- La chica voltea a verlo. Las lágrimas ya comenzaban a asomarse, una débil sonrisa sale, pero el sentimiento de despedida no se aleja.
Un día sin previo aviso, ambos protagonistas se conocen de una manera un poco fuera d...
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Los guardias, ccon algo de resentimiento, dejaron pasar a Yami y a Joey a petición del hombre con bigote. Ya adentro, es entonces cuando Croquet avisa de su estadía.
—Señor Pegasus, Yugi Muto y Joseph Wheeler han llegado—.
—Muy bien~— con un tono relajado, una voz masculina se escuchó resonar en la habitación con eco.
La habitación era amplia. Todas las paredes relucían con un color blanco, que reflejaba la luz que traspasaba por las cortinas de la hilera de ventanas en un muro.
Desde lejos, les llegaba una sensación de limpieza.
Maximilian se encontraba a unos cuantos metros frente a ellos, acostado en el centro de la cama, rodeado por muchos aparatos y pantallas médicas.
—Nos volvemos a encontrar, mi querido amigo Yugi~— postrado en la camilla, mantiene su sonrisa confiada —¡Y tú también, noble Joey~!—.
Pegasus traía puesto una bata para pacientes, pero no dejaba de verse impecable y elegante.
Yami voltea a verlo, serio —nada de rodeos Pegasus, ¿Dónde está T/n?—.
—(Este mequetrefe ostentosa prima donna)— al ver su tranquilidad, Joey se molesta —¡Regresanos a nuestra amiga!—.
El rubio dió un paso al frente. Croquet no dejó de observarlo con cautela.
—¡Oh, ¿Hablan de mi grandiosa carta~?!— aclamó el peli-blanco —Me sorprende que en tan poco tiempo que estuvo lejos de mí haya conseguido hacer amigos, en especial de ti, Yugi~—.
—(Pegasus solo está jugando. Sólo espero que no esté haciendo tiempo…)— pensó Yugi para sí mismo.
—(Puede ser… ¿Pero por qué la llamo "mi grandiosa carta"?)— respondió Yami, intentando ocultar sus celos al escuchar la palabra "mí".
Joey sólo estaba confundido —¿Qué tratas de decir? ¡Libera a T/n de donde sea que la tengas!—.
Pegasus mueve su dedo índice en desaprobación mientras chista con la lengua —No, no, no, no~—.
—¿Ni siquiera un "Hola" o un "cómo estás"? Yo no intento decir nada, al fin y al cabo son ustedes los que me están visitando~—.
Yami, sintiendo que están terminando con su paciencia, suspira para sus adentros —Pegasus, si esto es para atrasarnos mientras llevas a T/n a tu castillo…–.
—¡Vaya!— gritó el mayor, fingiendo estar ofendido —Querido amigo Yugi, me duele que no me conozcas, ¿Cómo es que enviaría lejos algo muy importante para mí~?—.
Sonrió sarcástico, desviando la mirada —tú declaración carece de lógica ja ja~—.
—Entonces eso lo confirma— Yami mira al rededor —presentí que ella estaba en este lugar, no puedes ocultar ese hecho—.