~Utopía~

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Bakugou bajó para volver a subir, estaba seguro que alguien le habló en el área común pero él sólo ignoró a todos y volvió a su habitación, esquivando cualquier contacto visual que pudiese revelar su estado anímico. Subió y se encerró y sólo de esta manera dejó sus lágrimas salir acompañado del humo de sus palmas; golpeó la puerta un par de veces y se limpió con el dorso de brazo; caminó y abrió el balcón con energía y sin más detonó ambas palmas al tiempo que gritaba.

- ¡SHINEEEEEEEEEEEEEEEEE! – Sólo así se pudo desahogar y cuando se sintió vacío volvió a entrar para cambiarse de ropa.

Diez minutos después estaba sentado en la sala atrás de su teléfono cuando el elevador llegó con la castaña; giró el rostro y le vio la mueca que dejaba en evidencia que había estado llorando. "¡Demonios!" Se sintió mal pero él también se desahogó a su manera y ella tenía la suya. Así pues, se levantó de la sala y caminó hacia la puerta para calzarse.

- ¿Ya lo terminaron? – Dijo Kaminari y fue la castaña quien giró el rostro.

- Si Kaminari kun. -

- ¡Genial! Para escuchar a Bakugou acompañarnos con la batería. –

- No pienso tocar contigo hasta que aprendas. – Dijo aquella voz cargada en ira y la de hebras chocolates desvió la cabeza, prefirió dedicarse a su calzado sin mirarlo. Casi al mismo tiempo terminaron saliendo del edificio pero él se detuvo en la puerta para dejarla pasar, Ochako nada le dijo porque sabía que apenas abriera la boca iba a reclamarle que aún quedaba tiempo o peor aún, iba a llorar en sus narices y sabía que eso no iba a gustarle así que se aguantó sin mirarlo.

Caminaron por la explanada y ella lanzó una mirada por el rabillo del ojo ya que él iba a su lado; las manos en los bolsillos; la camiseta blanca, el pants de deportes y la chaqueta de UA abierta, se veían casi iguales salvo porque ella no llevaba la chaqueta puesta pero llevaba una camiseta sin mangas blanca con rosa. Se fijó en su andar encorvado y en silencio como miraba al frente como si fuera solo y ella no lo soportó más; apenas llegaron al final de la explanada de los dormitorios virando a la calzada principal que llevaba al edificio más grande de la academia ella explotó.

- ¿Por qué? – Y con esto lo obligó a parar, se giró con ella pero no la miró, tenía los orbes fijos en los puestos que se armaban para el festival del otro lado del edificio. - ¿Por qué decidiste cortar así el tiempo que nos quedaba? – La escuchó y apretó los puños en sus bolsillos.

- Porque es lo mejor para los dos. –

- No, no lo es; si igual iba a desaparecer, ¿Qué importaba un par de horas más? – Él enmudeció y sólo quitó la cara, comenzó a caminar hacia el edificio y ella tuvo que seguirlo. - ¡Hey! No he terminado de hablar, ¿por qué te vas así? –

- Porque aquí hay muchos extras mirando así que camina de una buena vez. ¡Joder! – Fue en ese momento que ella se dio cuenta que había gente por todas partes y que cuando él habló de ese modo se les quedaron mirando; el rostro de Uraraka se tornó rojizo así que no le quedó más remedio que caminar atrás del chico y de pronto este se detuvo, sacó la diestra de la bolsa del pantalón y la colocó en la baja espalda para empujarla a su lado, en pocas palabras... - Camina a lado mío, no atrás. – Y ella enarcó las cejas pues una y otra vez le había escuchado esa tan acostumbrada frase suya "No camines delante de mí" Pero ahora era su igual, o quizás no... "Uno y dos" Y sonrió recordando lo dicho por el rubio.

De esta manera entraron al edificio y pasaron la zona de casilleros, Katsuki se dirigió a las escaleras sin demora y cuando comenzó a subir el camino se convirtió en un calvario para la castaña. "¡Dile algo!" Se decía a sí misma apretando los puños, abrió la boca pero sólo el aire la abandonó; siguió subiendo los escalones cual viacrucis que le hacía sentir cada vez más pesado el cuerpo. "Debo hacerlo, no me importa que me duela o lo que sea" Entonces se detuvo; Bakugou giró el rostro y notó la mueca de enojo; sabía que ella iba a encararlo, así era ella, nunca se quedaba callada, nunca conforme; y eso no le desagradaba tampoco.

~El Juicio de la Luna~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora