~'Maru'~

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-Contenido+18-


El explosivo regresó a la habitación de la chica con mil cosas en la cabeza pero la primera de ellas era el horario. "Ni siquiera creo que ella se acuerde de eso" Se dijo rascándose la nuca mientras andaba por el pasillo arrastrando los pies; muy poco le importaba si se topaba con alguien, simplemente llegó y entró a sabiendas de que la puerta estaba abierta, pero de pronto el peso de la chica le cayó encima; presto como ninguno Katsuki la recibió sin irse al suelo, sólo movió los pies de modo que el peso de ambos fuera repartido de manera equilibrada y sostenerla para luego mirarla; ella le había saltado encima en un abrazo rodeándolo con los brazos por el cuello y las piernas por la cintura.

- ¡¿Qué demonios cara redonda?! –

- ¡Te atrapé! –

- ¡Joder! No iba a irme a ninguna parte, al menos no por... unas horas. – Pero nada le importó; cerró la puerta tras de sí y le puso seguro, caminó llevándola hasta la cama en donde la dejó caer colocándose encima; la miró a los ojos y le movió el cabello de la cara. - ¿Sabes qué hora es? – Dijo por lo bajo y la castaña sólo movió la cabeza de medio lado a la derecha para ver el reloj que había en la cabecera de la cama; él la imitó mirando el reloj y ella regresó el mirar al chico.

- ¿Por qué? –

- El tipo ese estará en el campus hasta la hora en que cierren las oficinas, eso quiere decir que como muy tarde tendríamos que ir a las 5 de la tarde. – Y notó como se le desdibujó el rostro. - ¡No! No cara redon... Ochako, no pongas esa mueca de mierda. –

- ¿Por qué? – La voz quebrada lo laceró por dentro.

- No sientas nada. –

- ¿Qué? –

- Por mí. –

- Yo... - Y desvió el mirar irremediablemente, la cara se le puso roja y los ojos vidriosos más no se abnegaron, ella se estaba conteniendo lo más que podía y él sólo la miró suavizando el ceño fruncido de su frente. "Cómo si pudiera mandar en eso sólo porque me lo pides" Pensó la castaña que deliberadamente miraba el reloj mientras sacaba la cuenta de las horas que quedaban.

- Oe, Ochako. – Usó una de sus manos para mover el rostro de mejillas sonrosadas y regresar el chocolate de sus orbes al frente. – Es en serio lo que digo. –

- Estoy sacando la cuenta. – Dijo para distraerse y llevando los ojos al cabello puntiagudo, elevó la mano y lo meció un poco metiendo los dedos entre estos, pero él le quitó la mano de su cabeza moviendo la testa con algo de violencia, le tomó la mano y la entrelazó con la suya para comenzar a besarla mientras cerraba los ojos. Sólo alguien como Katsuki era capaz convertir un gesto violento en algo encantador en un instante; besando la palma suave de la castaña la hizo dejarla a un costado para mudarse a sus labios y robarle el aliento cuando abrió la boca entrando en esta. "Haré que se te olvide hasta ese instante, pero por favor no sientas, no me lo hagas más difícil" Quería romperlo todo y detonar hasta la extenuación pero a la vez no quería separarse de ella ni un ápice; hundió su peso sobre el cuerpo de Uravity y desvió la mano a la nuca para sujetarla con ganas; como si la necesitara demasiado, él también sentía y no quería verlo.

Tras el beso Katsuki se mudó al cuello de ella y lo mordió suavemente, dejando un mapa de mordidas por aquí y por allá y de pronto sintió las palmas de la aspirante a héroe que se deslizaron por su espalda hasta el borde de su camiseta, la tomó por el borde y comenzó a tirar de la misma por lo que se tuvo que separar de ella para dejarse desvestir. Ochako no perdió el tiempo y cuando él se levantó se sentó ante él y elevó la prenda para besar aquellos músculos duros cual roca; cerró los ojos y se perdió en la cálida piel del explosivo mientras buscaba con anhelo ese sabor dulzón que sintió la noche anterior. El rubio por su parte cerró los ojos y acarició los cabellos chocolates que estaban revueltos para todos lados, pero desistió cuando tomó la camiseta y se la terminó de quitar para así ayudarla en su propósito. "Te daré todo lo que quieras, todo lo que pidas" Dijo para ella pero sólo en pensamiento; sin más lanzó la camiseta hacia atrás a cualquier parte de la habitación y se inclinó un poco para besar la cabeza de la chica; ella elevó el mirar y se clavó en sus ojos.

~El Juicio de la Luna~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora