~¡Me gusta ser tu!~

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- ¿¡Qué cosas dices Bakugou kun!? – Prácticamente le gritó y luego se tapó la cara con ambas manos, el chico torció la boca. "¡Demonios! Sólo besémonos de una puta vez y ya, ¿qué tan difícil puede ser?" Se decía el explosivo acabando con su propia paciencia. Entonces vio la cama y decidió dar el primer paso y se sentó a su lado, cuando la dama sintió el peso se destapó la cara que tenía como cerilla encendida; vio su cuerpo a su lado, muslo contra muslo y tragó saliva. – Ba... kugou kun. –

- De verdad que te la pasas parloteando, ya no quiero seguir con esto, no quiero orinar sentado y cuidar lo que me pongo, como hablo, como camino, esas mierdas me tienen harto, sin mencionar el cabello en la puta cara que me tengo que soltar para que dejen de decirme "que se me ve bien" y lo peor es este puto brasier que me aprieta el cuerpo como una maldita prenda de tortura que ya no aguanto, por favor mujer. –

- Bakugou kun. – Lo veía alterado y sufriendo y eso la enterneció.

- ¿Qué? –

- No voy a pensar en nadie. –

- Como quieras. –

- Y tampoco voy a borrar mis recuerdos. – Y eso sí le llamó la atención.

- ¿Por qué? – La miró desconcertado y sin entender absolutamente nada.

- Porque ser tú ha sido de las mejores cosas que me ha pasado. –

- ¿Ah? – Y Bakugou no pudo evitar sonrojarse y cuando la chica lo vio se sorprendió.

- Porque he sido fuerte, y segura de mí misma, puedo lograr grandes cosas y sin tener que pensar en si voy a vomitar o se me revuelve el estómago, no tengo preocupaciones, sólo pelear hasta... - Pero el chico no lo soportó más y simplemente le puso la mano en la nuca y tiró de su propia cabeza acercándola, la chica se quedó en shock cuando el chico pegó la boca a sus propios labios.

Por poco y aquel corazón sale disparado del cuerpo; latiendo a mil por hora en el instante en que sus labios se unieron; de pronto sintió un cosquilleo en la boca del estómago. "¡Bakugou kun me está besando!" Se dijo colocando la mano sobre el brazo y de pronto todo comenzó a dar vueltas; fue en automático, estuvieron unidos por 30 segundos y pronto todo comenzó a girar al grado que tuvieron que separarse a causa del vértigo; entonces se separaron y miraron y descubriendo que al fin habían cambiado; ella le miraba a él y él a ella, sonrojada y sorprendida y él no pudo evitar sonreír de canto a canto con esa satisfacción casi psicópata que lo caracterizaba.

- ¡Regresó el control! – Y ella se tapó la cara con las manos en automático captando la atención del rubio; de inmediato le tomó la muñeca y le hizo mirarlo. - Deja de decir estupideces, tú eres fuerte y a mí no me puedes decir que no porque estuve en tu cuerpo. – Le alegó y vio cómo se puso muy roja, se mordió los labios, pero sonrió desviando el mirar.

- Gra-gracias Bakugou kun. –

- ¡Joder qué bien se siente volver! – Dijo el rubio levantándose y apretando sus manos de las que salió humo.

- Am... ¿Y tú vas a borrar tus recuerdos? –

- No. – Se giró a mirarla.

- ¿Por qué no? – Esto la tomó por sorpresa, pensaba que él saldría pitando para olvidarlo todo.

- Porque no quiero. – "Porque me lo pasé de puta madre con tu cuerpo, pero eso no te lo voy a decir" Se dijo el rubio que tuvo que girarse para disimular que se le había sonrojado la cara.

- ¿Eh? –

- Ya te dije, no quiero, que estupidez. – Terminó por darle la espalda.

- Hmm... Bueno, gracias por cuidar de mi cuerpo y... por usar brasier. –

~El Juicio de la Luna~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora