Otro día nuevamente en casa del maestro Jeon, era un viernes por la tarde así que todo era más relajado.
Esta vez fue un poco diferente, Wonwoo leyó unos textos para que yo pudiera escribirlos con más rapidez y es que el pensaba que por ser viernes tendría algunos planes pendientes con mis amigos o en familia, bastante considerado de su parte.
—Mingyu, lo siento pero debo dejarte por un momento, necesito cambiar ya este vendaje y limpiarlo.—Habló de repente, dejando el libro sobre la mesa donde yo escribía para así desaparecer a donde seguramente era su habitación, que cabe mencionar, nunca había entrado en esta.
Seguí escribiendo los textos que me faltaban, mi mano se estaba cansando un poco y Wonwoo no regresaba, una vez más me estaba desesperando, cuando Wonwoo no estaba presente me volvía ansioso.
Ya cansado dejé el bolígrafo sobre las hojas, acaricie con mi otra mano mi muñeca a la vez que me ponía de pie para caminar un poco luego de estar una hora sentado.
Caminaba por toda la casa de Wonwoo cuando de repente lo que parecían ser lamentos y gemidos llegaron a mis oídos, estos provenían de la habitación de mi profesor.
Me debatí mentalmente entre si ver que era lo que sucedía o simplemente esperar a que Wonwoo llamara por mi ayuda, decidí hacer la primera opción, no sería capaz de esperar ansiosamente de nuevo.Me acerqué a la puerta de su habitación sigilosamente, esta se encontraba entre abierta, los gemidos se intensificaban más, no podía lograr ver absolutamente nada, Wonwoo seguramente estaría cambiando los vendajes en su baño, sin embargo, aquellos gemidos y lamentos se me hacían tan excitantes, escuchar esos sonidos de la voz del maestro Jeon, Dios, era un delirio.
Me apoyé en el borde de la puerta, escuchando con detalle aquella ronca voz gemir, y me sentía como un completo degenerado, ¿excitarme con los gemidos de dolor de mi maestro de literatura? No lo iba a negar, sí que era excitante.
Mis pantalones comenzaron a apretarse en la parte de la pelvis, maldecí por lo bajo cuando vi la notable erección en mis pantalones algo que no podía ocultar con facilidad.
Escuché unos pasos cerca y con rapidez y sigilo regresé a mi lugar, disimulando incómodamente el notable problema que tenía en mis pantalones ahora mismo. Con nerviosismo tomé el bolígrafo y comencé a escribir, aunque realmente no sabía qué escribía, lo hacía solo para disimular.
Wonwoo regresó, tomando asiento en su silla, su vendaje era nuevo y podía notar sus ojos llorosos, seguramente le duele tanto aún.
—Lamento la demora...—Se disculpo con una linda sonrisa—. Oh, debemos seguir.—Se paró nuevamente, ahora acercándose a mi mesa para tomar el libro pero pude notar que Wonwoo quedó estático, con el libro a mitad de camino. Eleve mi mirada, observando su rostro.
—¿Qué sucede, hyung?—Pregunté desconcertado.
—Estás duro. —Respondió entre risas, no comprendí al principio pero inmediatamente recordé que mi erección no había bajado aún. Con el rostro mas rojo que un tomate lleve ambas manos en el borde de mi playera y jale de esta con la intención de cubrir aquel vergonzoso problema.
Pero lo que sucedió después me dejó sin habla.
Wonwoo dejó el libro en su lugar y se acercó a mí por detrás, su mano libre se posicionó en mi hombro y se inclinó hasta que su rostro quedara a un costado del mío. Con suaves pero seductoras palabras habló a mi odio, en ese momento me sentí fallecer.
—Puedo ayudarte con eso... mi mano no funciona ahora mismo pero mi boca también servirá, ¿no es así?—Su cálido aliento impacto la sensible piel de ni oreja, me estremecía con sus palabras y eso no funcionaba para nada, mi palpitante erección pedía a gritos ser atendida ya—. Solo bromeo, ve al baño, no esperes más.—Habló alejándose de mi con una sonrisa burlona en sus labios. Asentí con la cabeza y corrí hasta el baño principal.
¿Eso fue real? ¿El maestro Jeon dijo esas palabras? Si tan solo no hubiera actuado como un maldito niño y hubiera tomado esa palabras como una invitación para hacerme una felación, no estuviera sufriendo con imaginarme tenerlo frente a mi gimiendo dulcemente mi nombre y sus suaves manos, o mano, acariciar mi piel.
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ʜᴀɴᴅᴡʀɪᴛᴛᴇɴ - ᴍᴇᴀɴɪᴇ ᴀᴜ
FanfictionPor un accidente de parte de Mingyu éste termina haciendo el trabajo de escribir cada texto que el maestro Jeon le ordena hasta que éste se recupere totalmente de su mano. Su relación que antes era solo de alumno y maestro, cambia rotundamente con...