part 8

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—He dejado de trabajar con el profesor Jeon.

—¿Trabajar? ¿Te contrató?

Negué con la cabeza y di un sorbo a mi bebida.—Me refiero... nuestra relación ha terminado finalmente. Yo me divertía yendo a su casa y escribir por él, es como...si hubiera terminado una relación amorosa con alguien.

Minghao llegó a la mesa con una caja de pizza. Fui el primero en tomar un pedazo y comerlo desganado.

Era un sábado por la tarde, Minghao y Seokmin decidieron sacarme de casa a regañadientes, y es que durante una semana completa me negaba a salir de casa y si iba a la escuela era porque mi madre no soportaba verme en casa sin nada qué hacer.

Pero mi ánimo estaba por los suelos aún, el profesor Jeon no me contactaba y en clases era tan normal, una normalidad que nunca antes tuvimos nunca.

Mientras pensaba sobre el profesor Jeon y lo tanto que lo extrañaba, no me percaté que Minghao estaba pasando su mano frente a mi rostro, moviendo esta de un lado a otro a la vez que pronunciaba mi nombre.

—Piensas mucho en ello. ¿Seguro que no sucedió algo más?

Me alarme al escuchar esa pregunta y negué rápidamente.

Mis amigos aún no sabían nada sobre lo que sucedió con el maestro Jeon y es que no planeaba contarle a nadie sobre esto por temor a la seguridad y empleo de mi hyung.

Sé que confío plenamente en ambos chicos, sin embargo, no podía arriesgarme a eso.

—¿Sabían que el profesor Jeon es bueno en el fútbol?—Al escuchar aquel apellido, no dude en prestar mi atención a MingHao, quién hablaba con comida aún en su boca, hice una mueca de asco al notar eso más no dejé de observarlo al ser él quién hablaba del amor de mi vida.

—¿Cómo sabes eso? —Preguntó Seokmin.

—Bueno, hace unos dos meses, o posiblemente menos, el profesor Jeon pasaba por la cancha de fútbol, teníamos una práctica con el entrenador Jeonghan. Él pasaba por los bordes de la cancha para darle información al entrenador, fue en ese momento donde el idiota de Yugyeom lanzó el balón a dirección del profesor. Todos nos alarmamos, claro, no sabíamos como iba a reaccionar, pero sorpresivamente nos pasó el balón y jugó unos cuantos minutos con nosotros en lo que el entrenador escribía quién sabe qué.

Abrí mis ojos sorprendido ante la nueva información sobre él. No recordaba haber hablado con Wonwoo sobre su gusto por el deporte y no es como si nos interesaran mucho esos temas, sin embargo, me sorprendía mas el hecho de saber que Wonwoo sabe por lo menos golpear una pelota, ya pensaba que hasta para eso sería un aburrido.

—Lo que nos resultó raro es que golpeó la pelota con el pie izquierdo, ¿eso no es raro?

—Claro que no es raro, idiota, si lo hizo con ese pie es porque el profesor Jeon es zurdo... oh, nunca lo había notado.

¿Zurdo? No podía ser cierto, la mano con la que escribe es la derecha, si no fuera así, ¿por qué razón estaba escribiendo por él?

—Oye, eso quiere decir que el profesor Jeon puede escribir... Mingyu, ¿no te dijo nada sobre... ¿qué rayos haces?

Me levanté de inmediato de la mesa, colocándome mi abrigo y tomando un trozo de pizza.

—Necesito hacer algo urgente, lamento dejarlos solos, pero es necesario.

Sin esperar respuesta me encamine a la salida mientras comía de aquel trozo de pizza.

Era increíble, si es verdad que Jeon Wonwoo es zurdo... no sabría como reaccionar a ello, ¿ilusionarme nuevamente? Posiblemente, ¿ser rechazado por la diferencia de edad? también, ¿salir ganando, besarnos, tener sexo en su impecable sonrisa y vivir felices? mh, no lo creo.

Corrí lo más que pude hacía mi casa, no podría llegar de la nada sin una buena excusa y esta era entregar unos textos que había llevado a casa para terminarlos, sin embargo, él ya no los pidió y yo olvidé entregárselos.

Al llegar a casa fui recibido por mamá que se encontraba viendo la televisión con total tranquilidad que daba miedo. Llegué a mi habitación y busque aquella hojas por todos lados, una vez las tuve en manos, le envié un mensaje de texto al profesor Jeon y sin esperar una respuesta salí nuevamente corriendo a su casa.

(...)

—Buen trabajo, Mingyu... ¿ya mencioné que tienes linda caligrafía? Realmente me gusta.

—Hyung... necesito hablar sobre algo serio con usted.

—Claro, dime.

Trague en seco antes de soltar esas palabras que retenía con muchas ganas. Observé a Wonwoo desde mi asiento. Vestía con una sudadera marrón holgada y unos jeans obscuros, se veía mucho más joven vestido así. Tan hermoso y perfecto.
Hojeaba las hojas con ambas manos, llevó una de estas a sus anteojos para ajustarlos bien y así seguir leyendo.

—Verá... estos textos... ¿realmente le sirven? Digo... soy un chico descuidado y no note en todo este tiempo que usted... puede escribir con la otra mano.—Solté finalmente, bajando la mirada.

Una risa me llamó la atención, lo mire y me sorprendió verlo sonreír burlón.—Vaya... creí que no lo descubrirías.

—¿Q-qué?

—Todos esos textos, tal como tú dijiste, no me sirven para nada, por el momento a los únicos que doy clases son a los de último año. La mano que fue herida es la derecha, esa mano no es con la que escribo, soy zurdo. No quería que te enteraras pero al parece sucedió, chico inteligente—Camino hasta la mesa, tomando unas cuantas hojas y rompiendo estas en pedazos justo en frente de mi rostro. Abrí la boca incrédulo, mis manos se hicieron puño y sentía la rabia invadir mi cuerpo.

—¿Cómo es posible que me haya engañado así? ¿Qué significa esto? ¿Qué significo todo entonces? ¿Acaso no significo nada para usted?

—Niño, esto solo fue para pagar tu deuda tras haberme herido de esta manera, eres joven y no quería meterte en problemas ni en la escuela ni por dinero de los gastos que hice yo en el hospital. Además las tardes eran muy aburridas estando solo, fue prácticamente un ganar, ganar.

Las lágrimas comenzaron a salir. Me contuve, traté de hacerlo pero ve su sonrisa burlona en sus labios, me dolió.

—¿Nunca signifique nada para usted?—Volví a preguntar, esperanzado de que su respuesta fuera diferente a la anterior, sin embargo, no fue así.

—Te lo dije, Mingyu, es solo saldar una deuda y divertirme un poco.

Sin esperar más, me acerqué a él y estampe mi puño en su rostro, este casi cae al suelo si no fuera porque se sostuvo del borde de la mesa.

Alargó una risa estúpida y me volteo a ver, limpiando las sangre que salía poco a poco de la comisura de su boca.

Mi corazón dolía tanto. Saber que solo fui objeto de diversión para el maestro Jeon, era tan difícil de asimilar luego que todas aquellas palabras hirientes.

ʜᴀɴᴅᴡʀɪᴛᴛᴇɴ - ᴍᴇᴀɴɪᴇ ᴀᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora