Al despertar lo primero que mi vista capturó fueron los rasgados y obscuros ojos del maestro Jeon a pocos centímetros de mi rostro.
—B-buenos días...—Saludé con el rostro sonrojado. Me removí por debajo de las sábanas y me alarme cuando mi erección mañanera golpeo contra sus muslos, además de percatarme que lo tenía apresado con mis brazos.
—Como era de esperarse de los chicos jóvenes, tan animados en la mañana.
—¡L-lo lamento!—Me levanté tan rápido de la cama, como si esta estuviera en llamas.
El maestro Jeon soltó una pequeña risa. Se colocó los anteojos y me regaló una hermosa sonrisa.
—No tienes de qué disculparte, es algo que sucede, más a tu edad.
Se levantó de la cama, yo sin decir nada lo observé con atención. Seguía vistiendo su camisa y aquellos negros y ajustados boxers. Sus largas y esbeltas piernas... la sensación de haberlas tenido entre mis manos y poder dejar esas poco visibles marcas en su suave piel.
Maldición, estaba loco, jodidamente loco. ¿Él lo recuerda?
En una parte deseaba que recordará quién fue él que lo marcó de manera tan vulgar y posesiva, quién con solo besos lo hizo correrse, quién lo hizo sentir tan bien esa noche. Sin embargo, esto podría ser algo peligroso para él, ¿no? si alguien de la escuela se entera que el maestro Jeon se acostó con uno de sus alumnos, seria una bomba.
Wonwoo se detuvo en el marco de la puerta antes de salir por esta. Giro su cabeza y con voz suave dijo:—Olvida todo lo que sucedió anoche.
Y sin más salió de la habitación, dejándome con la boca abierta y el notable sonrojo en mi rostro.
Y es que tan sorprendido no podía encontrarme, lo venía venir sin embargo, no de esa manera. Pero, ¿qué esperaba de él? Es un adulto, comparado conmigo, un niño que no hace poco se convirtió en un adulto inexperto. ¿Tan incrédulo soy para creer que Wonwoo tuviera más el mínimo sentimiento por mí?
Me coloqué los pantalones con total tranquilidad mientras mi mente estaba en blanco. Cuando salí de la habitación lo primero que note fue al maestro Jeon tomando una taza de café en la mesa, había otra también.
Sin decir nada tomé esta, en ningún momento hicimos contacto visual y aunque pareciera que Wonwoo no le haya afectado lo de la noche anterior, podía notarlo en las acciones algo torpes que este hacía.
—¿No tienes clases hoy?
—Oh, hoy no iré.
—Deberías asistir, tú no eres uno de esos chicos que falta a clases seguido.—Se levantó de la mesa, caminando hasta su cocina. Su mirada seguía gacha, viendo cualquier lugar menos a mí.
Cuando terminé de tomar aquella taza de café. Tomé mi mochila y me encamine a la entrada de la casa, tomé mis zapatos y comencé a ponérmelos.
—Vendré mañana, no se preocupe.—Hablé algo alto para que él pudiera escuchar.
Sentí su presencia ya detrás de mí, volteé con curiosidad, este mantenía su mirada fija en mí, la taza sostenida por su mano sana y una cobija pequeña cubría sus hombros. Trague en seco, esa mirada era nueva para mí además de tener el leve presentimiento que algo no saldría bien de todo esto.
—Mingyu... mañana no puedes venir, estaré ocupado en algo.
—Oh...en ese caso, esta bien, vendré el miércoles. —Respondí con una sonrisa.
—Solo vete ya, llegaras tarde. Me comunicaré contigo cuando te necesite, ¿de acuerdo?
Asentí con la cabeza y salí de su casa.
Mentí cuando accedí a irme a la escuela. Después de esa noche con él no podía pensar en otra cosa que no sea eso.
Y por más que forzara a mi cabeza a recordar aquellas imágenes del maestro Jeon debajo de mi gimiendo, era inevitable que esas imágenes fueran reemplazadas por las frías palabras que recibí esa mañana de su parte.
¿Fue un error? ¿Eso es considerado un error? Porque para mí no lo era, lo disfrute tanto y podía estar tan seguro que Wonwoo también lo disfrutó.
Posiblemente piense que estuvo mal haber tenido casi sexo con uno de sus estudiantes, y no lo negaré, esta completamente mal, sin embargo, no planeaba quedarme callado y tirar abajo toda esa relación que estaba construyendo con Wonwoo.
Tenía miedo, claro que sí, después de aquella despedida en la mañana, me ponía a pensar sobre qué sucederá después. Ambos lo recordamos a la perfección, ¿habrá incomodidad entre los dos? Aunque me preocupaba más por él que por mí.
¿Y si soy el único que se siente de esta manera? El maestro Jeon se reirá de mí, si no es que ya lo esta haciendo a mis espaldas.
Suspiré cansado, pensar sobre eso me ponía mal. Lo mejor sería continuar todo esto como siempre fue.
Obedecer a sus palabras de "olvídalo" y seguir como si nada hubiese ocurrido entre los dos.
—¿¡Qué haces aquí!?—La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos. Esta estaba a punto de dejar la casa, se cruzó de brazos, en espera de una respuesta.
—Mh... dijiste que podía dormir en casa de mi maestro de literatura y eso hice.—Respondí sin titubear. Mi madre se acercó a mi e involuntariamente me cubrí con ambos brazos.
—Ve adentro.
Habló pasando de largo a mi lado.
Con confusión la seguí por detrás, preguntando qué era lo qué sucedía y porqué reaccionaba de esa manera.
—¡Que vayas adentro, maldición, Mingyu!
—A sus ordenes, señora.—Corrí dentro de casa antes que ella se abalanzara sobre mí.
Llegué a mi habitación y me acosté en mi cama.
Ayer fue un día bastante interesante, quién diría que casi tuve sexo con Jeon Wonwoo, el amable y joven maestro de la escuela.
Estoy feliz, tan feliz.
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ʜᴀɴᴅᴡʀɪᴛᴛᴇɴ - ᴍᴇᴀɴɪᴇ ᴀᴜ
FanfictionPor un accidente de parte de Mingyu éste termina haciendo el trabajo de escribir cada texto que el maestro Jeon le ordena hasta que éste se recupere totalmente de su mano. Su relación que antes era solo de alumno y maestro, cambia rotundamente con...