Capítulo 7

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—Mi camioneta necesita una buena lavada. En vez de ir al cine, ¿lo lavamos? —susurró en mi oído y asentí. Se separó de mí y era algo que yo no quería, pero me ayudó a lavar los trastes— Vámonos —tomó mi mano, observamos por última vez la cabaña y salimos de ahí.

Se dirigió a mi casa y llegamos. Bajé, y Justin me avisó que vendría dentro de unos 20 minutos, arrancó y entré a casa. Me quité los tacones, subí corriendo a mi habitación y entré. Dejé los tacones en el armario y de ahí elegí un short de mezclilla claro, mis converse negros y obviamente ropa interior.
Se preguntarán "¿Y de arriba?", pediría una camisa a Justin.
Entré al baño e hice mi rutina de siempre. Salí de ahí, ya vestida y escuché la puerta de la habitación de mi hermano abrir y cerrar. Ya había despertado.
Me puse una sudadera negra encima, tomé mi celular y mis llaves y bajé.

—Buenos días —me sonrió—.
¿Cómo amaneciste?

¿A caso piensa que dormí aquí?

—Buenos días. Bien, ¿y tú? -dije nerviosa.

—¿Dónde dormiste?... Estás castigada —dijo inmediatamente.

—Chaz —reproché—, quedamos en algo con Pattie, ¿lo recuerdas? Debo arriesgarme. Y me quedé con él.

—Pero él tampoco estaba en su casa, ¿dónde estaban? —me elevó la voz.

—Tú no eres mi padre —me quejé.

—Pero sí tu hermano mayor. Hablaré con Pattie, ya no estarás con él.

—Chaz —reproché de nuevo.

—Ni una sola palabra más —me interrumpió. Tomó su celular y marcó a un número—. Vete a tu habitación.

Hice caso omiso y me comporté como toda una rebelde.
Salí de la casa corriendo hacia la casa de Justin y en el camino me encontré con su camioneta. Ambos nos detuvimos al mismo tiempo y me subí en ella.

—Me escapé de casa —dijimos al mismo tiempo, volteamos a vernos al mismo tiempo y reímos al mismo tiempo.

—Mi hermano me dejó castigada y me dijo que ya no podía salir contigo. Llamó supongo a tu mamá y salí corriendo —conté un resumen de lo que había pasado minutos antes.

—Yo llegué, mi madre y Jack estaban ahí, me regañaron y dijeron que ya no te dejarían a TI salir conmigo porque conmigo "te metes en problemas" con tu hermano. Me castigaron a mí y también salí corriendo.

—Justin —observé su camisa blanca—, ¿me la prestas? —volteó a verme y entendió a qué me refería.

—Claro.

Llegamos a un auto lavado.
Ahí:
1. Podían lavar tu coche.
2. Una máquina podía lavarlo.
3. Tú podías lavarlo.
Eran 3 opciones y por lógica razón elegimos la 3ª.
Estacionó la camioneta, nos bajamos y un joven nos entregó una manguera de agua y jabón.
Yo me quité la sudadera, quedando en bracier y todos los hombres de ahí me comieron con la mirada, me chiflaron y no dejaron de verme. Justin se dirigió a mí, se quitó la camisa, me la entregó y antes que yo la introdujera en mi cuerpo, Justin puso sus manos en mi cadera y se acercó a mí besando mi barbilla, dejando a aquellos hombres en vergüenza.
Justin era mi héroe.
Inmediatamente me la puse, y comenzamos a lavar el coche. El juego en esto era mojarnos y así fue. Lavamos el coche pero también nos mojamos uno al otro.
Obviamente reíamos mucho, y llegué a poner jabón en el ojo a Justin ocasionándome una risa de foca.
Terminamos de lavarlo, Justin pagó y decidimos ir a un parque que estaba ahí alado para caminar un rato y secarnos.
Cruzamos la calle y comenzamos a pasear en el parque.

Mi Vicio © jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora