Años

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*Créditos de la imágen a quien corresponda uwu❤️*


Midoriya Izuku.

La brisa cálida de primavera daba en mis pómulos, trayendo consigo el olor natural del bosque.

La sensación de paz entera y plenitud total me llenaban.

Suspiré con una sonrisa corta.

— Midoriya— me llamó alguien. Un semi albino de pelo rojo y blanco.

Algo realmente asombroso. Tenía dos tipos de cabellos, y no eran tinturados. Y sus ojos de dos colores eran algo increíble, casi majestuoso.

— ¿Si, Todoroki?— respondí, aún con los ojos cerrados, concentrado en la suave ventisca.

Se sentó a mi lado y acarició mi cabello. Ah, cómo amaba que hiciera eso.

Un año después de recibir clases de Karate con Mirio, y de tener los frenos que arreglaron bastante mis dientes en ese tiempo, decidí continuar normalmente con las clases de preparatoria. Ahora tenía más confianza, y mejor apariencia. No usaba los lentes pero sí los frenos. Y además tenía un nuevo corte de cabello. Había cambiado... Bastante. El primer día de clases conocí a Todoroki. Él, al igual que Mirio y yo, era japonés. Debía hablar inglés en la preparatoria, pero podía hablar en mi lengua de nacimiento con Mirio y Todoroki. Ambos éramos muy buenos en todo; gimnasia, química, matemáticas, física, inglés. Tanto así que nos hicieron un examen de promoción que pasamos fácilmente, por lo que ahora estamos cursando el último grado.

Él... También ha sido un gran apoyo en el tema de cambio y recuperación de mi confianza perdida.

— El receso está por terminar— musitó, sin dejar de acariciar mis desordenados cabellos.

Abrí los ojos y suspiré ante la vista que el universo me había dado; un hermoso semi albino con los ojos cerrados, disfrutando al igual que yo la paz que se podía respirar con el sonido de las hojas de los árboles moviéndose acompasadas de fondo.

— ¿Y si nos saltamos las siguientes clases...?— propuse de repente. La mano de Todoroki que me daba mimos se detuvo, y la mirada sorprendida que vino de él me hizo caer en cuenta en lo que había dicho. Yo también me sorprendí.

— ¿Midoriya? ¿Eres tú?— preguntó con evidente asombro y diversión.

Yo reí tímidamente—. No, la verdad es que soy un alien que ha tomado prestado este cuerpo— contesté a modo de broma, sin dejar de reír, o de mirarlo.

Ah, podría pasarme horas observando su rostro, estudiando cada una de sus expresiones.

Todoroki soltó una baja carcajada. Le había hecho gracia mi comentario.

— Entonces, ¿podrías regresarme al Midoriya original?

— Uy... Creo que no se va a poder...

— ¿Por...? — carraspeó intentando dejar de reír— ¿Por qué no?

— Porque el Midoriya original está tomando un descanso de la realidad ahora mismo.

Dejamos de mirarnos. La imagen de su sonrisa aún plasmada en mi mente. Era tan atractivo, no encontraba las palabras adecuadas para describir su belleza. Suspiré y fruncí el ceño. Es frustrante sentir algo por alguien que sabes que jamás podrá sentir lo mismo.

— Quedémonos aquí, Todoroki. Solo por hoy, sólo por esta vez...— susurré suplicante con los ojos cerrados. Quería que esto que estábamos viviendo se quedara grabado en mi corazón por mucho, mucho tiempo.

Amado, DeseadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora