O20

4.3K 600 295
                                    

Jennie ni siquiera se dio cuenta cuando estaba sentada en una de las sillas del salón con la menor viéndola

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jennie ni siquiera se dio cuenta cuando estaba sentada en una de las sillas del salón con la menor viéndola. —¿Me podrías explicar esto? —Preguntó meneando las notas en su mano. —Por favor.

La mayor no dijo ninguna palabra. Todas se encontraban torpemente atascadas en su garganta. No sabía como decirle que le gustaba con su pequeño y torpe corazón. Quería decirles a todos por su propia cuenta que fue la dueña de todas las notas que recibió la chica más hermosa del instituto. La única a la que le había hecho caso. Las noches que pasó en vela intentando encontrar las palabras correctas para confesarse nunca valieron la pena. El miedo la cegaba y por fortuna encontró una mejor manera de demostrar sus tontos sentimientos.

Se sintió una imbécil en cada momento que intentó acercarse a Lisa. La mayoría de las personas que sabían de su situación le decían que debía abandonarla porque nunca le prestaría atención. De modo que nunca colocaba su nombre en los chocolates caseros que dejaba en su asiento y que al final del día, terminaban en un cesto de basura. ¡No era muy inteligente, la verdad!

¿Pero sería capaz de soportar la idea de que supiera su nombre en ese entonces?

Su pequeño enamoramiento fue automático desde la primera vez que la observó.

Las notas fueron su último intento.

Lisa apartó su mano y buscó una silla para luego sentarse frente a la coreana. De ese modo, podían verse fijamente y la mayor estaba casi obligada a verla. El estar de esa forma, le recordaba a uno de esos tantos días en los que soñaba despierta y se imaginaba que se confesaba, ambas sonrientes. Pero para Jennie, aquello no sucedería hoy.

—Toma. —La pelinegra se sobresaltó y se sonrojó. Lisa la había pillado observándola. —Antes de preguntar porqué me trajiste aquí... —Señaló todo su alrededor. —quiero que me leas lo que dicen tus notas.

Su piel se erizó y sus manos comenzaron a sudar rápidamente. Los latidos de su corazón fácilmente podían ser detectados entre el suave silencio que proporcionaban las cuatro paredes que las rodeaban. Su mirada yacía en las manos de la menor quien había extendido las notas hacia ella instándola a tomarlas. Lisa mordía su labio inferior impaciente. —Y-Yo... no. —Pronunció nerviosa. —No puedo hacerlo, perdón.

—¿Por qué? —Se inclinó un poco ocasionando que sus rostros quedaran a solamente unos centímetros. El corazón de la tailandesa retumbaba contra su pecho y se sentía nerviosa por tal cercanía, pero la expresión en su rostro decía todo lo contrario.

—Quiero escucharte. Quiero escuchar lo que dicen esas notas. Siempre tuve la curiosidad de cómo serías, o cómo sonaría tu voz. Así que quiero escucharte leer tus propias notas. —Movió su cabeza de un lado a otro, en negación. —Olvida eso, solamente léelas. Por favor.

La pelinegra recibió sus propias cartas. Sus manos temblaban y su corazón retumbaba más que antes cuando sus dedos se tocaron por una fracción de segundo.

🎉 Has terminado de leer # 𝗦𝗧𝗨𝗣𝗜𝗗 𝗤𝗨𝗘𝗦𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦 ; 𝐉𝐧𝐤 𝐱 𝐋𝐥𝐦 🎉
# 𝗦𝗧𝗨𝗣𝗜𝗗 𝗤𝗨𝗘𝗦𝗧𝗜𝗢𝗡𝗦 ; 𝐉𝐧𝐤 𝐱 𝐋𝐥𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora