-¡ADELINE!-Mi madre intentó despertarme más de tres veces, pero era sabado, MI sabado.-¡SON LA 13:30 DESPIERTATE VAGA!
-Vale...-Me levanté de la cama como un zombie en busca de cerebro. Me pusé mis grandes pantuflas y bajé las escaleras casi tropezandome con ellas.
-Adeline, la nueva Pipi Calzas largas.-Natasha me aplaudía y se reía de mí precioso peinado.
-Nata, sabes que en verdad te gustan mis sexys trenzas.-Le sonreí y le abracé, ella correspondió.
-Sabes que no me gusta que me llames Nata.-Me sonrió con esa preciosa sonrisa que tanto amo. Le salía un tic en el lado superior cuando reía.
Natasha tiene 15 años, y nos conocemos desde pequeñas. Somos vecinas y mejor amigas, y su casa es como mi segunda casa. Sus dos hermanos... Jordan es uno de ellos... Jordan tiene 24 años, y ha sido mi primer amor desde los 5. Él siempre me veía como a su hermana pequeña, pero yo siempre lo veía de otra forma. Hace cuatro años se fue a Europa a estudiar. Y ahora mismo solo sé que ayer regresó, y que él sería mi profesor privado. Jayson tiene 18 años, me lleva unos meses. Vamos a la misma clase y nos llevamos bien.
-¡Adeline, la cama!
-¡Voy!-Natasha río por lo bajo y yo le sonreí burlona. Subimos a mi habitación, o como más bien le llama Nat"la selva". A Nat se le formó una o haciendo que yo riera a carcajadas. El suelo estaba lleno de bolsas de patatas, de ropa sucia, y latas de cocacola. Algo normal en mí. En el escritorio habían intentos de dibujos manga, como he dicho, intentos. Natasha cogió un intento de esos, y comenzó a reir. Ella dibuja mucho más bien que yo, aunque ella no lo admita, por eso le permito que se ría de mis "dibujos". Mientras yo hacía la cama, Nat se acercó a mi armario y lo abrió como si fuera una reina.
-¿Todavia tienes esto?-Cogió mi precioso-vergonzoso-amoroso dibujo de palos donde saliamos Jordan y yo cogidos de la mano. Tenía seis años cuando hice esa obra de arte, no me juzgueis.
-Deja eso si no quieres que... ¡Te haga cosquillas!-Me tiré encima de ella y comencé a hacerle cosquillas, ella reía y lloraba de tanto reir.
-P-para ya Ade.-La miré con cara seria y me levanté. Ella se levantó.-¿Te has enfadado?-Yo no dije nada, y seguí recogiendo la habitación.-Perdoname.-Ella pusó sus manos en forma de suplica y yo le miré.-Seré una buena esclava, pero no me mire así mi ama.-Reí a carcajadas y ella hizo lo mismo.
-Sabes que no me gusta que me llames Ade.
-Eres demasiado sentimental.
-Déjame.-Le di un golpecito en el brazo y reimos.
No me gusta que me llamen Ade por el único hecho de que Jordan me llamaba así cuando éramos pequeños. Siempre he recordado a Jordan con esa cálida sonrisa que me daba cuando me ayudaba a hacer deberes y respondía mis preguntas con un Ade al principio de cada frase que decía. Quizás Nat tenga razón y soy demasiado sentimental... Pero soy así.
-¿Sabes que me gustaría
-Dime.-Respondí cogiendo una bolsa de patatas del suelo.
-Que seas mi cuñada.-Abrí los ojos como platos y le golpeé en el brazo. Ella me sonrió y yo me sonrojé.
-Vamos a comer, ya.
-Si mi ama.
-Buena esclava.-Bajamos por las escaleras riendonos y fuimos a comer. Mamá había hecho hamburguesas. Acabamos de comer y subimos de nuevo a mi habitación.
-¿Qué piensas hacer esta navidad?-Nat se sentó en el suelo y yo me senté a su lado extrañada por su pregunta.
-Nada, como cada año.-Ella sonrió de oreja a oreja y me miró.
-Nosotros iremos de viaje a Europa por dos semanas... Me preguntaba si... Querrias ir con nosotros...
-¿Qué? No, tu estas loca.
-Vamos Adeline, se sincera, en verdad quieres ir.
-Me lo voy a pensar...-La verdad si quería ir, pero tenía que parecer interesante... Ya sabeis, como en las películas
-Bueno, entiendo que no quieras ir así que mejor me voy...-Se levantó del suelo y yo me pusé de rodillas y le cogí del brazo.
-Iré, pero solo por que has insistido.-Ella me sonrió y me ayudó a levantarme.
-Bien, vamos a celebrar comiendo ramen.-Acababamos de comer, pero nosotras siempre teníamos hambre de ramen.
-Primero tengo que preguntarle a mis padres, mis padres no son como los tuyos.
-¿Y como son los mios?-Nat alzó las cejas y yo le miré.
-A ti te dejan hacer de todo, y tienes 15 años.
-Eso será por que pueden confiar en mí y tambien por que tengo buenas notas...-Se rió de mi y yo le miré burlona.-Son dos puntos a mi favor, ¿sabes?
Bajamos al comedor y nos encontramos a mis padres mirando la televisión.
-Mamá, Natasha se va de viaje a Europa, me preguntaba si podría ir con ella...-Mis padres me miraron como si fuera una criminal y mi madre se levantó del sofá.
-Como te conozco tan bien, y me vas a pedir razones de por qué no te dejo ir, te daré tres buenas razones. Uno: Confio en Lindsay, pero dudo mucho que le hayas preguntado, y tampoco quiero que arruines sus esperadas vacaciones. Dos: después de las notas que has sacado, ¿esperas que te deje ir? Tres: tu padre no trabajará en estas navidades, y esperamos pasarla los tres juntos.-Mi madre... Estaba muy enfadada, y dudo mucho que me deje sacar mis conclusiones y mis razones, aunque igualmente se las diría.
-Adeline, ya has escuchado a tu madre, así que esta navidad la pasaremos juntos.
-¡Pero si siempre la pasamos juntos! ¡Y si es por mi notas, solo he suspendido matemáticas!
-Si, ¡has suspendido esa materia desde que tenías 11 años!
-Vamos, parad.-Mi padre se levantó del sofá y cogió a mi madre del brazo y la llevo a la cocina. Natasha me miró con los ojos abiertos, y yo negué con la cabeza dándome por rendida. Después de esa escena, fuimos a casa de Nat con una depresividad enorme. Estabamos comiendo ramen instantáneo cuando a Nat se le cruzaron los cables y me preguntó una pregunta bastante fuera de lugar.
-¿Y si le decimos a tus padres que Jordan te ayudará con mates mientras estemos de viaje?
-¿Qué? No, la navidad está para divertirse, y no quiero pasar la navidad con ese imbécil, la quería pasar contigo.-Ella rodeó los ojos y se rió.
-Con ese imbécil que te gusta...-Empezó a reír a carcajadas y yo me quedé con cara de: ¿por qué te ries?
-Quizás ya no me guste...-Ella me miró con los ojos como platos, y me señaló con los ojos algo detrás de mí. Entonces me encontré a un Jordan con los ojos como platos. ¿Cómo puede ser que alguien haya cambiado tanto en cuatro años? Tenía más músculo, y aunque sea dificil de creer, estaba más alto.
-¿Tienes novio?-Me miró a los ojos. Ahora mismo quería que la tierra me tragase, o que el mundo explotará. Yo estaba como un tomate, mis mejillas quemaban, asi que desvié mi mirada de ese ángel caido del cielo y miré a Nat con cara de: ¿qué digo?
-Por qué no empezamos con un ¿hola, o cuánto tiempo? ¿Han pasado cuatro años y esa es la frase que dices para saludar a una amiga de la infancia?-Jordan miró a Nat y asintió.
-Hola Adeline.-Me sonrió y yo le correspondí.-¿Ahora me puedes responder?
-Hola Jordan, no, no te voy a responder.-Me levanté de la silla en la que estaba sentada y cogí mi chaqueta del sofá. Salí de esa casa, y me dirigí a la heladería más cercana. ¿A qué ha venido eso? Quizás sea un sueño... Me pellizqué intentando despertar, pero no funcionó.
-Hola, un helado de oreo.-Le dediqué mi mejor sonrisa a Susan, la heladera que ya me conocía de hace bastante tiempo.
-Hola Adeline, ¿estás bien?-Cogió una bola de helado y me la pusó en una tarrina grande, muy grande.
-Si, estoy bien, gracias por preguntar.-Le sonreí y ella me entregó la tarrina.
-¿Cuánto?
-Un beso y un abrazo.-Abrí la puerta que nos separaba y le abracé con todas mis fuerzas.
-¿Adeline?-Una voz bastante conocida se asomo a mi lado.
-¿Charlotte?-Me despedí de Susan, cogí mi tarrina, y abracé a Charlotte como si la vida me fuera en ello.
-A ti te pasa algo.-Ella me correspondió y yo empecé a llorar en sus brazos.Jordan en multimedia c: Espero que os haya gustado este capítulo. Ha sido bastante largo, y lo siento, pero tampoco sabía como seguirlo, y si lo cortaba por la mitad quedaría muy: ¿qué mierda? También espero que sigáis leyendo esta novela. Besitos<3
ESTÁS LEYENDO
Mi profesor privado
RomansaAdeline es una chica de 17 años. Normal, simpática, agradable... Tiene bastantes atributos, aunque un gran defecto... Las matemáticas. Las odia, y en su vida a aprobado tan siquiera un examen. ¿Qué pasará cuando sus padres se cansen de eso? ¿Jordan...