CAPÍTULO 15

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El reflejo del espejo me recordaba a mí. Pero a una yo más madura, más segura de sí misma. O, al menos, eso era lo que el maquillaje de mi cara y el estilo de aquel vestido me sugería. Curioso cómo la ropa podía cambiar un estado de ánimo y transformar a alguien en otra persona, con otro envoltorio.

Chloé y Alix habían estado conmigo toda la tarde. Alix me ayudó a elegir los zapatos que debía llevar y Chloé se encargó de las "telas" el peinado y el maquillaje.

Era como si tuviera conmigo a dos de las hadas madrinas de la Cenicienta. Y las dos eran muy diferentes la una de la otra, pero si algo las unía, era el cariño que sentían por mí.

Alix se dejó caer en su cama y miró mi reflejo en el espejo.

—En serio, Marinette. Alguna vez tendrás que explicarme cómo has hecho para recibir las atenciones de tres de los miembros más populares de la Universidad. Solo te falta enrollarte con el profesor Donovan y entonces caeré rendida a tus pies.

La idea me sacudió mucho.

—Solo ha sido casualidad. No he buscado nada. No creo que les interese de esa manera —contesté permitiendo que Chloé me arreglase el pelo y diera vueltas a mi alrededor como una mariposa.

—¿Sabes qué estás en boca de todos? La chica de la facultad de sociología esto, lo otro... Es muy lista... Bla bla bla... Claude va detrás de ella...

—Claude es solo un amigo —contesté sin más—. Nada más.

Alix se echó a reír y miró al techo.

—Y yo solo me daba besos en la mejilla con el novio de mi prima...

Chloé y yo nos dimos la vuelta a la vez, consternadas.

—¿Te revolcaste con el novio de tu prima? —le preguntó Chloé—. Eres muy villana.

—Créame, ustedes también lo hubieseis hecho —se mordió el labio inferior—. Semejante espécimen. Además, mi prima es tonta. No pasa nada. Pero no hablemos de mí —continuó—. El problema es Marinette.

—Yo no tengo ningún problema —repuse.

—Esta noche lo tendrás. Claude estudia filosofía y filología, y tiene aspecto de adorable poeta guapo y despistado, pero esos son los más peligrosos. Cuando te descuidas... ¡zas! —dio una palmada como si cazara un mosquito—. Tienes su lengua en la boca.

Mis ojos viraron en blanco para quitarle credibilidad al asunto. No era estúpida ni mojigata. La cosa llegaría hasta donde yo quisiera. No más allá. Además, Claude debía ser mi informante. Él sabía muchas cosas sobre los Huesos. Mi objetivo era ese y también que me hablara de la Misión y de lo que se suponía que pasaba en "La selva". Quedaban cuatro semanas para ese evento y aunque estábamos desarrollando un plan para llegar hasta la Biblia de Harvard, de nada nos serviría si desconocíamos lo que sucedía en "La Selva".

No sabíamos para qué debíamos estar listos ni cómo debía ser nuestra preparación. Chloé acabó de pasarme las manos por el pelo, dio un paso hacia atrás y me contempló.

—Estás hecha un bombón. Qué buena soy —reconoció—. Date una vuelta anda.

Lo hice para satisfacerla. Porque sé cuánto le gustaba a ella contemplar sus obras de arte conmigo. Counturing por aquí, ojos ahumados por allá, labios rojos y brillo, rímel para estilizar las pestañas, pelo suelto y liso, solo con ligeras ondas por detrás... Me puse un reloj de pulsera de Guess, y un vestido de Morgan que mi pijastra añadió a mis maletas (uno de sus muchos regalos). Era negro, ajustado, de mangas largas, la falda me llegaba un palmo y medio por encima de las rodillas y los hombros y brazos eras transparentes debido al intrínseco bordado que dejaba asomar la piel. Era precioso. Y los zapatos eran botines a tiras de piel de color negro. Parecía que me habían crecido las piernas. Me pasé la mano por el vientre plano y me miré de perfil.

/ 02 / FRATERNIDADES: HUESOS - LLAVES - MIRACULOUS (+18 ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora