Al día siguiente aún retumbaba en mi cabeza el eco del encuentro frontal con Adrien. No quería tener nada que ver con él. Me habían tomado el pelo y eso no lo podía olvidar. Por mucho que me gustara, por mucho que quisiera abrazarlo y que las cosas fueran de otra manera, no podían ser así, y tenía que aceptarlo y lidiar con ello y con mi corazón indispuesto.
Por eso intenté tomarme las cosas de otra manera. Relajarme y dejar que el tiempo me hiciera sentir mejor. Solían decir que el tiempo curaba las heridas, y yo estaba deseando que lloviera Mercromina.
Además, no podía olvidar que allí había ido a estudiar, a aprender y a disfrutar en la medida de lo que me fuera posible, pero también a resolver el conflicto de Alya.
De camino a mi primera clase oficial recibí una carta de mi padre al e-mail.
Mi pequeña bicho raro, no sabes cuánto te echamos de menos.
Nos alegra saber que estás bien y que ya te has asentado. No tenía ninguna duda en tu eficacia y sabía que en un día lo harías todo. También me alegra saber que has hecho nuevos amigos y que te has apuntado a una hermandad animalista. Así me gusta, hija. Que no te metas en líos y que adoptes costumbres sanas y de relevancia en la sociedad.
Espero que todos se porten muy bien contigo y que tú te muestres tal cual eres, Marinette.
Alguien adorable, fuerte y leal, y muy divertida cuando quiere.
Gema no deja de hacer tortitas por la mañana porque piensa en ti, y en los desayunos de fin
de semana. Y la casa cuando huele a tortitas huele a domingo, y eso me tiene un poco descolocado. Pero ya sabes lo obsesiva que es. Cuando se le mete algo en la cabeza no deja
de hacerlo hasta que se cansa.
Bueno, bicho. Escríbeme más, siempre que puedas. Nos encanta leerte.
Te queremos mucho.
Papá y pijastra.
Al rato recibí otro e-mail, esta vez de Gema.
Tu padre te contará milongas y todo lo que él quiera, pero ya sabes que empieza a chochear y se pone muy pesado y empalagoso. No soy yo quien hace las tortitas. Las hace él. Y también se pasa cada noche por tu habitación, y le desea buenas noches a ese peluche con cara de trol empanado que tienes en la cama. Se imagina que eres tú.
¿Cariño, tú que eres tan lista y tan guapa, conoces algún tipo de pastillas para la depresión
que no necesiten prescripción médica? ¿Crees que se las puedo meter en el café?
Un beso, mi hijastra querida.
No hagas nada que yo no haría si estuviera en tu lugar y tuviera tu cuerpazo.
Besos, te queremos.
Tu querida y única pijastra
Leí los e-mails en mi móvil, y me tuve que reír. No podía hacer otra cosa. Y en ese momento, de esa guisa me encontró Alix , sonriente también al verme a mí sonreír.
—¿Qué lees que te hace tanta gracia, novata?
—Una carta de mi padre.
—Que envidia —me acompañó un buen tramo—. Las cartas de mi padre me hacen llorar. «Alix , estudia más», «Alix , deja de fumar marihuana», «Alix , la tarjeta echa humo. ¿En qué te gastas tanto dinero?»...
Bla, bla, bla...
—Uf, qué duro debe de ser... —dije con ironía.
Alix me miró de reojo y yo sonreí.
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/ 02 / FRATERNIDADES: HUESOS - LLAVES - MIRACULOUS (+18 ADAPTACIÓN)
DiversosLlegué a Yale con la maleta cargada de ropa, de sueños por cumplir, de secretos que solo yo sabía, de objetivos por alcanzar y con un corazón roto por sanar. Pero ¿cómo iba a sanar mi corazón con él atormentándome, vigilándome, acechándome...? Tan c...