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Casi amanecía, El cielo aún era oscuro pero el ambiente ya olía al amanecer, los animales comenzaban a abandonar sus madrigueras y en general, todo comenzaba a despertar. Fue en ese momento tan vulnerable que la Luna apareció. Por primera vez desde aquel primer encuentro, Namjoon no lo percibió. Saltó cuando Jin habló con una voz pequeña, casi resentida.

— ¿Qué haces aquí?

La pregunta era predecible y sin embargo, Nam tardó unos cuantos segundos en poder responder, porque toda respuesta que venía a su cabeza sonaba más falsa que la anterior.

— Alguien me recordó que no es de caballeros abandonar a los amigos, así que estoy aquí para hacerte saber que no te abandone.

— Sí lo hiciste. Y tú y yo no somos amigos.

La Luna desapareció con la misma destreza con la que arribó. En un momento Namjoon estaba viendo su impasible rostro y al siguiente todo era silencio y un poco de soledad.

El remordimiento se le pegó al cuerpo como una segunda piel y no lo dejo pensar en paz el resto del día, harto de aquel sentimiento de vacío regreso a consultar a la persona más sabia que conocía.

El viejo le recibió con los brazos abiertos, se abrazaron por un periodo corto de tiempo antes de sentarse juntos a la mesa y que Namjoon comenzará a hablar. Le contó todo a detalle, desde aquel día que vio por primera vez a Jungkook hasta terminar con esa visita inusual de la Luna.

El viejo permaneció callado por unos momentos antes de hablar.

— Si me lo preguntas a mí... te diría que te quedes con el chico, nosotros no conocemos los sentimientos de la Luna o si es que tiene algunos, puede que la Luna no esté enamorado de ti, sino que te perciba como algo de su propiedad, algo que le pertenece sólo a él

— Dijo que no somos amigos.

— Porque no lo son, piénsalo por un momento ¿Qué tienes en común con él? Eres un mortal, tienes las horas contadas y él ha estado más tiempo en el cielo que tú y yo juntos. Él nos vio nacer, nos verá morir y él seguirá allí, en su trono plateado, en su cielo oscuro y quizás, vuelva a aterrorizar a la isla cuando tú ya no estés más...

Esas fueron las últimas palabras que el viejo le dijo, esa noche Namjoon se despidió de su amigo, de aquella persona que consideraba casi un padre y volvió a casa. No intentó regresar al risco ¿para qué?

No lo sabía entonces, pero aquella fue la última conversación que tuvo con su amigo. Al otro día falleció, Namjoon estaba trabajando cuando la noticia llegó y los papeles que sostenía entre sus manos cayeron a la misma velocidad que sus lágrimas.

Esa noche la isla entera se reunió en aquella pequeña casa, para darle el último adiós al último sabio del pueblo. Namjoon lloraba en una esquina y de tanto en tanto alguien se acercaba a darle el pésame, todo el mundo sabía lo que significaban el uno para el otro y al irse el viejo, se había ido esa rara comprensión que tenían.

Ahora Namjoon era el único marcado por la Luna en toda la isla.

Y hablando de la Luna, no se encontraba en el cielo, los habitantes habían estado tentados a cancelar el funeral. Salir al exterior con un cielo vacío y con Namjoon entre ellos volvía a ser peligroso, pero se arriesgaron. La Luna ya no infundía más ese miedo irracional entre las personas del pueblo.

La caminata hasta la orilla del mar no se hizo en silencio, todos los habitantes cargaban una pequeña vela blanca en las manos e iban entonando canciones fúnebres, todas ellas dedicadas al mar, el Dios encargado de las almas de los fallecidos.

🌕 Moon 🌙 [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora