Capítulo 08

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Pero al no escuchar respuesta estaba a punto de bajar y vi a Sofía tan sumergida en sus pensamientos y subió su rostro al notarme — ¿te sucede algo? 

— No. Lo siento.

— ¿Que te sucede y porque te disculpas? — vi que cerró la puerta sin voltear a verme, estaba debatiéndome entrar o no pero después de unos minutos fui a mi cuarto a ponerme ropa interior y un short salí de nuevo a la dirección de su habitación y entre sin predecir los futuros movimientos choque con ella y cayó encima de mí, sin darme cuenta la tenía desnuda encima de mí, así que me levante y ella quedo sentada entre sus rodillas — Lo siento — me gire para la puerta — te daré un momento.

— No me deseas, mi cuerpo no es lo suficiente para ti como mujer.

Antes de tomar el picaporte de la puerta y salir, sus palabras me congelaron voltee a ver sin importar que estaba desnuda, no sé en qué momento había empezado a llorar, mi corazón dolía y me puse de cuclillas.

— Si te deseo, como no tienes idea, pero quiero que estés preparada — levante su rostro y luego ella me beso y le correspondí gustoso luego sentí sus brazos enredarse en mi cuello, yo me levante con ella, la puse entre la cama y entre el beso — iré a preparar la cena.

Lo abrace con más fuerte — que date conmigo.

— Cambiante primero.

— Porque me rechazas — llore más.

Me levante — no te rechazo, quiero hacerte mía pero no de este modo.

— Esta bien como quieras — mire a la dirección de la ventana.

— No quiero que te enojes... bueno quieres comer o no?

— No, estoy cansada mañana tengo mucho trabajo.

Cuando salí de la habitación me encaminé hacia la mía me sentía mal por dejarla de ese modo, pero no tenía otra opción los días transcurrieron Sofía estaba mas distante a pesar que me rechazaba el amor que le dedicaba en todo momento.

Era hoy o nunca — Ya no soporto esta situación, me duele que me rechaces.

Me alejo de él — tú mismo te lo buscaste — digo aguantando mis lagrimas — que se siente que te rechacen.

Intentó acercarme — yo en ningún momento te he rechazado — dije confundido y agarro su rostro — ya te dije te deseo, pero de la forma que te entregaste para mí no es la adecuada — la beso y me corresponde — para hacerlo tiene que haber un momento especial, yo sé que tú quieres, pero yo no lo quiero de esta forma.

— Lo siento — agachó la cabeza — no se mucho de esto.

— Se que esto es nuevo para ti, ten paciencia — la jalo para que se siente conmigo ya que estábamos en la sala— Que aremos mañana.

— Qué tienes planeado.

— Tengo pensado que podemos ir de picnic o tienes alguna que otra idea mejor.

— Suena bien que llevaremos de comida.

Le agarro las manos — esa parte te la dejare a ti.

— Entonces vamos a dormir, y mañana preparare la comida y luego salimos.

Digo confuso — no prepararas la comida ya que mañana saldremos a las nueve.

Me levanto — después de desayuno lo puedo preparar — A la mañana siguiente prepare unos cuantos bocadillos y al finalizarlo Rodrigo preparo la canasta con las cosas que llevaríamos y salimos de casa — sabes deberíamos poner flechas.

El Símbolo del PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora