XV

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Vuelve a ser Navidad. Esta vez estoy en Francia. Estamos rodando una película llamada The King. Mi personaje sale más bien poco, hacia el final de la historia. Hace unas semanas empecé a trabajar con un lingüista para poder hacer bien mis líneas en francés.

Antes de venir aquí tuve la premiere y algunas entrevistas para The Grand Budapest Hotel. No fue tan largo como el press tour de Narnia, solo hice un par de días de entrevistas. 

Unos días antes de venir a Francia recibí un mensaje de mi padre. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de él. La verdad es que ya había olvidado cómo era ese sentimiento de opresión. El texto sólo decía:

En unos días se va acabar la orden de alejamiento. ¿Preparada?

Justo cuando empezaba a pensar que mi madre y yo no tendríamos que preocuparnos más por eso llegó ese mensaje. No le he dicho nada sobre esto, no quiero preocuparla. De hecho, no se lo he dicho a nadie. Pero sé que mamá estará bien. Tiene a Tom, y aunque sé que ella puede cuidarse por sí sola, estoy convencida que Tom va estar a su lado en todo momento. Aún recuerdo el día en que me dijeron que estaban saliendo.

Antes de grabar The Horse and His Boy, la quinta crónica de Narnia, fui a las oficinas por una reunión que tenía con Andrew. Al acabar me pidió si podía quedarme a ver las audiciones para el Rey Lune. Allí conocí a Hiddleston. Al final consiguió el papel. 

Mi madre vino varios días al set, y bueno, supongo que se enamoraron. Unos cuatro meses más tarde del estreno de la película me dieron la noticia. Tom es una persona increíble. No podía creer que, a parte de un gran compañero y amigo, ahora fuese a ser parte de mi familia. Pensé que a lo mejor incluso sería la figura paterna que nunca había tenido. Y vaya si lo fue.

Esta mañana he hecho una videollamada con ellos y el resto de mi familia, que estaban haciendo la comida de Navidad juntos. Me encantaría estar allí, pero no se puede tener todo.

Ahora estoy en mi habitación de hotel viendo The Lost City of Z. Es una película de Robert Pattinson y de Holland, y aunque me parece que la actuación de los dos chicos está muy bien, la historia me aburre un poco. 

Después de grabar The King voy a rodar Mockingjay. Aunque dividirán el último libro en dos películas, vamos a rodarlo todo junto, así que será un rodaje más largo de lo normal. De hecho empezamos hace un par de meses y ahora estamos de vacaciones de Navidad. En mi caso, no son del todo vacaciones porque sigo trabajando, pero no me voy a quejar. Me encanta lo que hago. Sabiendo lo físico que es rodar una película de Los Juegos del Hambre, decido que lo mejor será seguir entrenando durante las Navidades. Esta tarde he ido al gimnasio unas tres horas.

Mi teléfono empieza a sonar. Me levanto de la cama y me acerco a la mesa para cogerlo. Veo el nombre de Tom escrito en la pantalla. Acepto la llamada y su cara aparece en la pantalla. 

—¡Feliz Navidad!

—¡Feliz Navidad a ti también! Mira lo que estaba viendo.

Giro la cámara hacia la tele y coincide que justo en el momento en que paré la película aparecía él en pantalla. Me cuenta alguna anécdota del rodaje y pasamos un rato riendo.

Nos pasamos así casi dos horas. Tanto Tom como yo estamos tirados en nuestras camas aguantando los teléfonos delante de nuestras caras.

—¡Ahora bajo! —grita Tom a su hermano que le pide que baje a cenar.

—Bueno, que aproveche esta cena de Navidad.

—¡Gracias! Ya te llamaré antes de que acabe el año.

—Vale, nos vemos, Tom.

Cuelgo la llamada y cojo el ordenador para poder estudiar un poco. Por suerte, hoy no me desconcentro demasiado y puedo adelantar bastante trabajo. Mientras guardo la calculadora y las libretas alguien llama a la puerta.

—¡Emma!

Alguien se tira a mis brazos en cuanto abro la puerta de la habitación. La rodeo con los brazos al identificar quién es.

—Willow, cuánto tiempo. Te he echado mucho de menos.

—Yo también, Em. Alguien me dijo que ibas a pasar sola la Navidad, el fin de año y tu cumpleaños y pensé: ¿vas a dejar sola a tu amiga cuando puedes hacerla la chica más feliz del mundo solo estando con ella?

—¡Ya sabes que te quiero mucho Willow, pero no sé yo si tanto, eh! —reímos juntas.

Nos ponemos al día de todo lo que nos ha pasado y en un momento determinado le digo que he estado hablando con Tom casi cada día.

—Oh, mi pequeña florecilla está enamorada.

—¿Pero qué dices? Somos amigos, eso es todo. 

—Qué mona que es mi niña, si hasta se pone roja.

Intento cambiar de tema en incontables ocasiones, pero no hay manera de que mi amiga me haga caso. Odio sentir algo por él, aunque sea el sentimiento más mínimo que exista. Me niego a dejar que otro hombre juegue conmigo. Y aunque sé que hay muchos hombres increíbles, me costará volver a confiar en ellos. 


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⏰ Última actualización: Mar 14, 2021 ⏰

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