ʚ | Always wrong

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Los días pasaron tranquilos, el ánimo de Hyunjin volvió a asentarse y el estado de Seungmin mejoró bastante. Cada momento que pudieron quedarse hablando, el estudiante lo veía más sonriente, con más coloración en su piel y con más ganas de dejar el hospital. Lo único que quitaban sus ganas de hacerlo era el propio estudiante. Y este hacía todo lo posible para quedarse con él hablándole.

Ese mismo viernes se despidieron, porque Minseok le informó que ese día o el siguiente seguramente tendría el alta, depende de cómo reaccionara su cuerpo durante el día. Hyunjin sintiéndose feliz por el mejor estado físico del chico, le prometió ir a verlo durante un rato después de clase si aún no le habían dado los papeles. Se prometieron seguir en contacto a través de Kakao. Y, nada más entrar en la primera clase del día, el pelinegro le había enviado un par de mensajes. El primero, que ya lo extrañaba y el segundo, que quería irse ya porque la chica de prácticas lo estaba mirando con demasiada intensidad.

Para evitar esos momentos incómodos, Seungmin siempre solía hablar de su novio ficticio con su madre para que ella no lo molestara, pero los papeles se intercambiaban porque ella siempre hablaba de esa persona imaginaria como si fuera Hyunjin para picarlo y Seungmin se sonrojaba por eso.

Toda la tarde Hyunjin estuvo más que risueño, incluso a veces dejaba de atender a clase para hablar con sus compañeros y reír con ellos, mostrando esa sonrisa llena de felicidad que contagiaba a los demás. Chan parecía relajado de que no siguiera más afectado por su comentario que le había soltado sin haber pensado en frío antes de decirlo.

Las tres horas de clase pasaron rápido y Hyunjin se despidió de sus amigos informándoles que se había dejado la libreta en el hospital –mentira, la había escondido en el fondo de su mochila– y se adelantó para dirigirse ahí. Seungmin le dijo que sus amigos se encontraban con él, "al fin se toman las molestias de venir a verme", le comentó por mensaje con una emoji de molestia, haciendo reír a Hyunjin.

De golpe se sintió nervioso cuando estuvo esperando a los ascensores para subir a la planta dieciséis. Pequeños temores se fueron instaurando en su cuerpo, haciéndole preocuparse de varias cosas. ¿Les caería bien a los amigos? ¿Lo verían como un bicho raro al haberse vuelto cercano a él a través de las prácticas? ¿Lo criticarían? ¿Lo juzgarían?

Todos esos pensamientos desaparecieron de su mente cuando el ascensor anunció que estaban en su planta y haciéndose paso entre los médicos que comentaban el estado de un paciente, logró llegar al pasillo en dirección al centro de enfermería. Aún se sentía extraño al entrar con ropa de calle, se sentía prácticamente como un delincuente, cuando sabía de sobras que ningún sanitario iba a reconocerlo y aunque lo hicieran, nunca lo criticarían por ir a ver a Seungmin. Con pasos inquietos, se acercó a la puerta del pelinegro, ya pudiendo escuchar una abrumadora conversación que sólo sonaban voces masculinas y algunas risas prominentes.

Con timidez, Hyunjin llamó la puerta con sus nudillos, sin darse cuenta que en esa habitación sólo estaba Seungin, porque su vecino le habían dado el alta hacía apenas una hora. La habitación ya estaba limpia y los ocho ojos de los cuatro chicos se posaron en su figura, estudiándolo con la mirada. Seungmin fue el primero que sonrió y lo saludó con la mano, sentado de piernas cruzadas encima de la cama.

Había un chico alto, atractivo y con labios atrayentes. Su cabello era un castaño claro, siendo el segundo en saludarlo, con un acento un tanto divertido además que usó demasiada emoción en su voz.

Hyunjin terminó por adentrarse detallando los rostros de los otros dos chicos. Uno de ellos, el de estatura mediana, le sonrió mostrando sus perfectos dientes, pareciéndole bastante adorable, porque su sonrisa era bastante bonita. Tenía el pelo más corto que el primero y parecía tranquilo y calmado, no como el de cabellos más claros. Y finalmente, lo saludó el último, el más bajo de todos, con una figura esbelta y delgada. Sus cabellos eran grisáceos y también cortos como Jaebum y fue el único que sonrió sin mostrar sus dientes, aún estudiándolo con la mirada.

Adrenaline - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora