ʚ | Blooming day

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CAPITULO FINAL

—Hyunjinnie, tengo frío.

Hyunjin pausó el juego del cual había estado tan centrado esquivando y evitando los caparazones rojos que le tiraban al tener la primera posición. Ya era el segundo caparazón azul que se acercaba a su personaje Luigi que parecía más estresado que Hyunjin de evitar caer por la Senda Arcoíris. Por esa razón, casi no se dio cuenta de cuándo el pelinegro le había estado llamando la atención.

—¿No te sientes bien? —preguntó después de disipar la adrenalina de su cuerpo, tocando el rostro del chico, que se había apoyado en el respaldo del sofá, desde atrás —. Ven.

El menor lo obedeció y dio la vuelta por el sofá para sentarse a su lado, rápidamente siendo rodeado por los calurosos y reconfortantes brazos de Hyunjin. Los labios de este recorrieron todo el rostro del chico, en busca de alguna zona de temperatura más baja, porque estaba caliente.

—Hm... creo que tienes fiebre... —casi se le escapó el llamarle con algún apelativo cariñoso, tal que "amor" o "cielo". Tragó saliva nerviosamente, sintiendo como el cuerpo del menor se acurrucaba contra él, apartando el mando de la Switch.

—Quiero tus besos. —exigió tocando el cuello ajeno que, en comparación a su alta temperatura, se sentía un poco frío —. Y de tu calor.

Hyunjin jadeó por lo bajo, rodeando su delgada cintura a la par que el chico se posicionaba sobre su regazo. Ambas miradas se conectaron y Hyunjin intentó luchar por el cosquilleo que alteraba rápidamente el funcionamiento de su corazón.

Había pasado el tiempo suficiente como para conocer lo que los ojos de Seungmin le pedían con la mirada. También lo fácil que se dormía después de agotar sus fuerzas en un acto que solamente había ocurrido dos veces en el transcurso de ese mes.

Aun así... Hyunjin se sentía igual de nervioso como el primer día que había conocido a Seungmin. Y no era porque la timidez era un trazo de personalidad que parecía destacar en él, no. Él no solía serlo. El problema venía que...

Aún seguían siendo amigos.

Y nunca había encontrado el momento preciso para hablar del tema. Más bien, no había encontrado la valentía.

Pero ¿cómo podía hablar seriamente con él si cada vez que lo veía se formaba una bobalicona sonrisa sobre sus labios y limitaba las conexiones entre sus neuronas para mantener una mínima expresión de vocablos con alguna que otra reacción torpe de su cuerpo?

Era algo prácticamente imposible.

Si no era la angelical figura que se presentaba delante de sus ojos, eran los besos, sonrisas, palabras o cualquier acción que desarrollaba Seungmin para Hyunjin.

Y es que, lo único que podía tener en la mente era lo bien que se sentía con él, las ganas que tenía de ir a su piso o él al suyo, poder dormir con él con la excusa de que la cama de Seungmin era mucho más cómoda, y miles de cosas que tenían a Hyunjin rozando el cielo.

Su cuerpo reaccionaba solo, olvidando, nuevamente, las ganas que deseaba de poder llamar a Seungmin su novio. Ambas bocas no tardaron en unirse y Hyunjin pegó el cuerpo del menor contra el propio, para asegurarse de que no pasara frío.

Los chasquidos impacientes que creaban sus lenguas no tardaron en aparecer, porque aún no controlaban cómo reaccionar cuando sabían lo que iba a venir a continuación, por mucho que sus miradas lo hubieran dicho entre ellas. Torpemente, los jadeos empezaron a aparecer, al igual que tímidos toques que rompían el límite entre las ropas.

La diferencia de temperatura era un punto a favor para la estimulación de ambos cuerpos. Hyunjin disfrutó de sus manos calientes viajando por su torso, a la vez que sus manos tocaban ya con más seguridad la espalda del menor que gemía bajo sus toques fríos.

Una pequeña succión en la lengua de Seungmin fue suficiente para terminar de despertar su excitación que fue expresada por un gimoteo y un pequeño espasmo, provocado por el aumento de presión en sus pantalones.

Adrenaline - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora