El primer roce

648 43 6
                                    

Después de su cita con la reina de las patadas el azabache regreso a su hogar con su hermana dándole la bienvenida e inmediatamente recibió una llamada.

Kenichi: ¿Hola?

Nijima: ¿Te divertiste?

Kenichi: ¿Me lo preguntas porque quieres saber o porque tienes algo para mí?

Nijima: Un poco de ambas, escucha acabas de llamar la atención de otros miembros de Ragnarok, específicamente de Hermit, Thor, Freia, Sigfred y Loki.

Kenichi: ¿Qué hay de Odin?

Nijima: No has hecho el suficiente ruido como para que se interese.

Kenichi: Creo que se cómo remediar eso ¿Cómo va lo de Shinpaku?

Nijima: Ya tenemos varias personas reclutadas, pero hacen falta capitanes, personas con una fuerza absoluta y abrumadora

El azabache lo pensó por un momento hasta que vio por la ventana a los candidatos perfectos

Kenichi: Mañana llegarán al punto de reunión abre bien los ojos

Una vez que el chico colgó el teléfono salió de ahí y como si de un animal salvaje acechando a su presa siguió a sus futuros compañeros de pandilla.

------------------------------------------------------------------

Hayato: Así que el día llegó, nuestro discípulo se mudará - Un anciano de melena rubia sentado en pose de loto empezó a conversar por no poder concentrarse para meditar.

Shio: Eso parece, no opuso mucha resistencia cuando se lo dijimos aparentemente no piensa mucho en su seguridad - Al decir eso el anciano se rió de forma escandalosa.

Akisame: Are ahora que lo pienso eso significa que la pequeña Honoka también se mudará - Eso puso alegres al moreno y al ratón que jugaban con ella.

En eso escucharon como la puerta se habría y veían al azabache cargando una gran mochila y sobre de esta estaba su hermana pequeña que saludaba desde lejos a los maestros de su hermano.

Ese día el entrenamiento vuelto infierno comenzó, desde golpear las manoplas con Apachai y meditar con el anciano el chico practicamente se volvió gelatina a penas y podía estar de pie, pero esa noche vio dos cosas 1 sus maestros eran bestias a la hora de jugar Jan-Ken-Pon y 2 Varios de ellos eran muy misteriosos su maestro en karate, su maestra en armas, el anciano y su maestro en Kung fu habían desaparecido por la noche.

Ese día se decidió que Honoka se quedaría en la casa de las chicas y Kenichi con sus maestros, pero por alguna razón Kenichi no podía dormir seguía pensando en Ryuto en su mirada de la última vez que lo vio, optó por ignorarlo y tratar de dormir.

------------------------------------------------------------------

Sueño

- ¿Ryuto? - Kenichi se encontraba corriendo entre las paredes de un laberinto buscando a su amigo de la infancia.

- ¡Kenichi! - Un grito desgarrador penetro sus oídos como si de una bala se tratase - ¡Kenichi ayúdame por favor! - Sus alaridos de ayuda eran opacados por el sonido de una brutal golpiza.

- ¡Aguanta un poco Ryuto ya voy! - El chico corrió todo lo que sus piernas se lo permitieron una vez diviso a su amigo siendo golpeado por 5 personas el chico arremetió contra los cinco sin pestañear.

Volaron patadas golpes insultos y mucho más, pero algo no cuadraba ¿Por qué Ryuto no se había defendido si el mismo sabía artes marciales? En eso Kenichi se detuvo y vio a los ojos de su amigo estaba diferente como si algo en él hubiera cambiado.

El artista marcial callejeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora