Flores y aromas

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- que tus padres han hecho qué?

-shh baja la voz Max...

Le cojo del codo y le llevo fuera del pasillo principal, no quiero que se entere todo el instituto de mi situación. Max está completamente en shock.

-pero, pero... Esto ya es demasiado Ronnie! No puedes dejar que te traten como un objeto que pueden vender.

- que te crees que a mí me gusta la idea? Tengo dos semanas para hacerles cambiar de opinión o para buscar una opción de fuga.

-te vas a fugar con tu novio secreto o qué?

Me sorprende la voz a mi espalda, me giro y encaro a Ewan, que me mira divertido. Sigue a lo suyo.

-no estarás embarazada? eso sería un bombazo...

Le pego un calmante en el hombro y él suelta una carcajada. No pienso decirle nada, pero Max, que es un bocazas, lo suelta antes de que pueda callarle.

-es algo parecido, igual el año que viene sí que lo está... Ronnie se va a casar.

-Max!! Eso no es verdad, y esto es una conversación privada.

Ewan levanta una ceja.

-tengo que hablar con mi hermano, y estáis en un hueco del pasillo, no creo que sea el único que te ha oído. 

Dejo pasar a Max mientras pongo cara de pocos amigos a Ewan, que me sonríe con suficiencia.

-y si estás prometida deberías bajarte esa falda, no querrás tener problemas con tu marido.

Sin despegar la vista de la suya me abro un botón más de la camisa del instituto, que ya es lo suficientemente apretada. Al quitar el botón incluso se deja ver un poco mi sujetador de encaje. Le paso por el lado enseñándole el dedo corazón y me dirijo a mi siguiente clase, notando los ojos de los hombres fijarse de más cuando paso por su lado.

Después de clase salgo con Max hacia la parada del autobús. No me gusta usar los coches de mis padres, y mi casa no está tan lejos. Además hoy vamos a ir a tomar algo porque lo que menos me apetece es estar en mi casa. Pero en cuanto salimos del instituto se nos para en la cara el coche caro de Ewan.

-Max, me acaba de llamar mamá, tenemos que ir a casa que tienen algo importante que contarnos.

Mi mejor amigo me mira como pidiéndome permiso y yo asiento con la cabeza y le empujo hacia delante.

-ve, tampoco corro peligro yendo a casa.

-temo más por tus padres.

Nos reímos los tres y me despido de ellos, después me dirijo a la parada del autobús.

Llego a casa veinte minutos después con la música inundando mis oídos. Subo a mi cuarto sin saludar a nadie y me encierro.

Minutos después golpean la puerta de mi habitación. Dejo pasar a mi tía, que por su mirada sé que viene a calmar las aguas entre mis padres y yo, es la única que lo puede conseguir.

-cariño, tus padres ya me han contado las buenas nuevas...

-Martha, ni son nuevas ni son buenas. No va a ocurrir.

-sabes que puede salir bien no?

Mi tía se casó por conveniencia, y fue muy feliz con su marido hasta que murió de cáncer hace cinco años, dejando viuda a mi tía con tres hijos. La diferencia es que mi tío era un buen hombre, y quería a mi tía, cosa que puede que no ocurra.

-también puede salir mal, y no puedo tener idea porque ni conozco al chico.

-bueno, pues entonces deberías darle una oportunidad. Ya sabes lo que dicen, el roce hace el cariño.

Unión InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora