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La mujer se había detenido al sentir como alguien se abrazaba a ella, miró debajo suyo notando unos cabellos azabaches sobresalir de una especie de gorrito de lana, pero lo que más le rompía el corazón era ver como ese muchacho ni bien la abrazó comenzó a llorar con desespero.

—Francia ¿Qué esperas? Apártalo y vamonos— Hablaba Reino Unido mientras la observaba con el ceño fruncido, la chica le devolvió la mirada pero con más rudeza y desaprobación.

—Ve tú si quieres, tengo algo que atender— Respondió con simpleza mientras que apartaba el gorrito del menor y comenzaba a acariciar su cabello. Su esposo técnicamente siguió de largo, ese día tenía una reunión importante así que poco le importaba el tener que quedarse cuidando de un crío, como si cuidar de Estados Unidos, Canadá y Australia no fuera suficiente.

Perú había estado escuchando una voz suave tratando de reconfortarlo, pero él no quería subir la mirada, se sentía apenado de haber chocado con esa persona y a parte de ello, hacerla pelear con el hombre que se encontraba a su lado.

—Todo está bien, tranquilo, respira— Repetía mientras seguía con los caricias, en lo que Perú trataba de justamente eso, calmarse y al menos disfrutar un poco del cariño que le era brindado. Era muy reconfortante y no solo eso, también le hacía recordar a su madre, en verdad, la extrañaba tanto, la necesitaba, pero ella ya no estaba y eso dolía aún más.

—Ven, vamos a casa, no creo que sea adecuado entrar si te sientes mal— Observó a la mujer por primera vez, sonrojandose ante la sonrisa maternal que le había dado...ella era muy bonita, parecía un ángel y no se sentía merecedor de observarla durante tanto tiempo.

—Estados Unidos ¿Me estás escuchando?— La ONU reprendió al rubio mientras que este solo atinaba a mirar hacia abajo o a otro lugar menos a quién se supone que debía atender

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—Estados Unidos ¿Me estás escuchando?— La ONU reprendió al rubio mientras que este solo atinaba a mirar hacia abajo o a otro lugar menos a quién se supone que debía atender. Hace un rato había estado pensando acerca del sueño que había tenido, sin duda uno de los mejores, recordaba una suave brisa que le daba al rostro y podía escuchar claramente una suave melodía, una bastante preciosa, era como si alguien hubiera tocado una flauta, pero estaba seguro que no era eso, sonaba similar, pero no igual.

—Sí, te estoy escuchado— Respondió con simpleza, para proseguir a recordar su sueño. Sintió como alguien le tomaba de la mano, un tacto bastante suave y encantador, cuando miró abajo, noto que estaban caminando sobre unas líneas que conformaban unos dibujos, recordaba haberlas visto en algún lugar, pero no recordaba con exactitud.

—¿Qué dije?— Siguió hablando el más alto con esa voz dura que solía dar cuando estaba enfadado.

—Eh...algo acerca de, uhm—

—Siria, dije que dejaras de molestar a Siria.— Recalcó nuevamente ese tono de molestia que cargaba.

—Ah, cierto. Bueno, ni si quiera hemos hablado estos meses, mucho menos me le he acercado así que, no sé a que se debe esa mención—

—Venezuela me dijo que te había visto molestandolo—

—Se habrá equivocado— Le restó importancia en lo que se levantaba y caminaba a la puerta.— Si ya terminaste, me voy, tengo que hacer algunas cosas.

—Toma un poco, esto te ayudará a relajarte— Francia le acercó una taza de té, la cual aún seguía algo caliente por lo que le advirtió al peruano que tuviera cuidado

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—Toma un poco, esto te ayudará a relajarte— Francia le acercó una taza de té, la cual aún seguía algo caliente por lo que le advirtió al peruano que tuviera cuidado. En la mesa había colocado algunas galletas y unos cuantos panes pequeños, por si el más bajito tenía hambre.

—Gracias...disculpe las molestias— Estaba avergonzado de haber llorado frente a ella y ahora mucho más porque debía estar hecho un desastre. Sentía sus ojos levemente hinchados y sabía que sus mejillas debían seguir húmedas. Por más que no lo quisiera aún tenía muchas ganas de llorar.

—No te preocupes, es agradable tener algo de compañía, más si es de alguien adorable como tú— Perú sin duda no podía dejar de observarla y apenas sonreír por las cosas que decía, sin duda le recordaba a su madre y era lindo sentir otra vez esa calidez en su pecho. —Ahora, ¿Quieres contarme que pasó? Sé que no es muy fácil decirlo a alguien que apenas acabas de conocer, pero es mejor para que el nudo en tu garganta pueda liberarse por completo y el dolor en tu pecho no te consuma—

El moreno lo pensó muy bien y sintiendo como se iba a hechar a lloriquear trató de ser fuerte, apretando con suavidad sus puños, solo para que eso le diera fuerzas para seguir.— Hace un tiempo estaba buscando a mi alma gemela y hoy parece que la encontré, pero, ya no la quiero, no quiero estar con esa persona, me gusta alguien más. . .es un chico maravilloso, es atento, es dulce y aunque el resto no lo piense así, es alguien con el cual siempre puedo contar y sé que quiero estar a su lado sin importar lo que suceda.—

— Entiendo, pero, si te gusta ¿Por qué no solo le dices a tu alma gemela que no quieres nada con él?—

— Es que ese es el problema, se supone que estamos destinados a estar juntos, ¿Las cosas realmente saldrán como quiero? O todo este camino me volverá a arrastrar a su lado.

—Así como las parejas destinadas funcionan, no siempre es así, depende de ti si quieres ir contra ello o dejarte llevar, que no está mal, pero no dejes que el destino te controle, comienza a guiarte por el corazón y forma tu propio camino—

Las palabras de Francia le habían agradado, su corazón latía rápido y cuando menos lo pensó la calma llegó a su cuerpo, se sintió libre y sentía que podía con todo y con todos, sería alguien valiente y se confesaria a Estados Unidos.

La puerta del hogar fue abierta, lo cual extrañó al peruano, suponía que se trataba del esposo de la francesa.

Mom, I'm here. Dad said you had some problems, so I brought something to eat together. [Mamá, estoy aquí, Papá dijo que tenías algunos problemas así que traje algo para comer juntos]— Reconocía esa voz por más lejana que estuviera y entró en pánico, se sentía valiente, pero no estaba listo, sin duda no se encontraba listo.

 [Mamá, estoy aquí, Papá dijo que tenías algunos problemas así que traje algo para comer juntos]— Reconocía esa voz por más lejana que estuviera y entró en pánico, se sentía valiente, pero no estaba listo, sin duda no se encontraba listo

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Hola a todos~ ¿Cómo están? Se supone que este comunicadito debía escribirlo el capítulo anterior...

¡He vuelto!

Me dio un bloqueo mental tremendo y sumenle las tareas, al menos ya falta poco para que las clases acaben. ¡Yey!

¿Tienen alguna duda? ¿Algún comentario?

Realmente extrañaba leer sus comentarios <3

¡Muchas gracias por seguir leyendo la historia!

Soulmate «Usper»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora