Filthy; draco malfoy [traducción]

life without you

lucille granger

Onyx no lo logró. Cuando escuché a Blaise gritar que "Ella no lo hizo", me rompió el corazón. Me sentí vacía por un tiempo, aunque Draco logró consolarme a pesar de su agotamiento.

Draco me habló de otras personas que no lo lograron; Fred Weasley, Lavender Brown, el profesor Snape, Bellatrix y muchos más.

El mismo Voldemort no lo logró, lo que significaba que Draco y Lorenzo estaban libres de cualquier tormento para siempre. Todo fue gracias a Neville Longbottom y Harry Potter, junto con Ron y Hermione.

Escuchar sobre los éxitos de mi hermana y sus amigos durante la batalla, me hizo sonreír. Me sentí aliviada al saber que lo lograron; que sobrevivieron.

Lucius no podía mirarme. No podía soportar poner sus ojos sobre mí, odiaba mi presencia. Traté de ignorarlo, pero es difícil cuando el abuelo de tu hijo ni siquiera puede hablarte solo por la pureza de tu sangre.

Lorenzo se lastimó. Gravemente. Luna intentó de todo con sus frágiles manos, pero no puedes curar un rasguño de lobo. Cosas así son irreversibles.

Nos sentamos en el comedor. No eran Narcissa y Draco los que estaban sentados en cada extremo de la mesa, no. Eran Lucius y Draco, quienes apenas se miraron. Era casi como si Lucius estuviera avergonzado.

Me senté cerca de Draco, mientras que Luna y Lorenzo se sentaron a mi lado. Blaise se sentó frente a mí, estaba sentado en la silla sin vida, despistado, incapaz de componer palabras. Lo compadecí, de verdad. No podía pensar en la muerte de mi mejor amiga. De hecho, ni siquiera pude entenderlo del todo.

La mansión estaba lúgubre. Los eventos que ocurrieron aún estaban muy presentes.

Cada vez que miraba a Draco, el cansancio cubría su rostro. Él estaba cansado. Sabía que solo quería dormir.

Cada vez que me miraba, se veía preocupado. Me miraba con inquietud.

Aún tenemos que hablar sobre mi embarazo, pero eso puede esperar uno o dos días.

Creo que Draco necesita descansar.

Y para ser honesta, creo que también necesito descansar.

—Las cosas cambiarán a partir de ahora en adelante. —Narcissa me sacó de mis pensamientos—. Para muchos de nosotros, la verdad.

—No hay duda de eso. Quiero decir–. Mírame. Hay un rasguño de un maldito lobo en mi pierna. Muy pronto estaré aullando como los demás. —Lorenzo no pudo evitar reír—. Vamos, pueden reír. —Nos aseguró. Esbocé una débil sonrisa y Luna también.

—Por eso invité a tu padre —respondió—. El Señor Berkshire tiene todo el derecho a saber...

—Maldita sea, Narcissa —murmuró entre dientes—. Mi padre nunca está por aquí, ¿Por qué debería saber que estoy maldito de por vida?

Ella suspiró. —Lorenzo, sigue siendo tu padr–.

—¡También es un hijo de perra! —La reprendió.

Silencio.

Un golpe fue emitido desde el vestíbulo.