Filthy; draco malfoy [traducción]

believe me

lucille granger

—¿Crees que debería plantar las margaritas o las orquídeas? —dije, sosteniendo ambas flores en sus mini macetas.

Hermione levantó la vista del suelo, con una pequeña pala en la mano y tierra en la mejilla.

—Mmm... —Pensó—. Margaritas, para que puedan esparcirse por el jardín con el tiempo. Siento que las orquídeas son unas señoritas independientes.

—Estoy de acuerdo —dije, mientras me arrodillaba y comenzaba a hacer un hoyo para plantar las flores.

El aire se estaba volviendo denso, soplaba contra nosotros a través de nuestro cabello, rozando nuestra piel.

Estábamos en el jardín detrás de la madriguera, plantando un par de flores que Lorenzo había traído ayer.

En este punto, me gusta pensar que lo que sea que pasó entre Lorenzo y yo anoche fue solo un momento de una vez en la vida.

Solo quiero seguir adelante.

Ojalá pudiera decir lo mismo sobre Draco.

—¡Traje limonada helada! —La Señora Weasley gritó, mientras salía de la madriguera hacía el patio trasero, con una bandeja y vasos en sus dos manos fuertes.

—Y yo tengo la tierra fértil. —Intervino George, con la bolsa de tierra sobre su hombro.

—Gracias, Señora Weasley. —Sonreí, mientras ella dejaba la bandeja en la mesa del patio.

—¿Podrías colocar la tierra allí? —Hermione señaló con su pala.

—¿Dónde?

—¡Por Ginny! ¿No ves hacía dónde apunta mi pala?

—Oh, cielos.

Me acerqué a la mesa del patio y me serví un vaso de limonada helada.

—¿Dónde están Harry y Ron? —pregunté, mientras miraba a mi alrededor.

—Prendiendo cosas con fuego, por supuesto. —Soltó Hermione mientras continuaba plantando—. No sé que pasa con Harry y su maldita curiosidad por encender cosas. Es una basura, si me lo preguntas.

—¿Dónde están prendiendo fuego a cosas? —La Señora Weasley se enfureció, con ambas manos en las caderas.

—¡Están encendiendo periódicos y basura en el frente! —respondió Ginny, mientras rasgaba la bolsa de la tierra.

—¿En el frente? ¡¿En el césped que hago que Arthur mantenga limpio?!

Ginny y George se encogieron de hombros.

—Ya veo que nunca podemos mantener nada ordenado. —Se rió George.

La Señora Weasley regresó adentro furiosa, mientras yo reía.

—¿Alguno de ustedes quiere limonada? —pregunté.

—¡Yo! —Todos contestaron.