(Entra Patricia en escena mientras Gerardo está sentado en una silla en el patio)
Patricia: Ya podemos hablar tranquilamente papi.
Gerardo: Hija vos sos mi princesa, y también sos mi orgullo.
Patricia: (Ligeramente avergonzada) Papá tampoco exageremos, soy una mujer como cualquier otra, tampoco es que soy una gran doctora o una artista internacional...
Gerardo: (Interrumpiendo) Pero sos mi hija y había un dicho que decía que el mayor orgullo de un padre es tener a una hija mujer.
Patricia: Papá, los tres siempre vamos a estar con vos a pesar de cualquier adversidad o diferencia que exista.
Gerardo: ¿Con los tres vos decís tu hijo y tu marido?
Patricia: (Sorprendida) ¿Marido? ¿En que momento me casé yo? A duras penas somos una pareja comprometida entre comillas.
Gerardo: Por eso, les convendría casarse a vos y a Iván. El es un buen hombre de familia y nos cayó bien a tu madre y a mi, sigan adelante con eso.
Patricia: Ya llevamos 9 años en pareja papi, lo conocí mientras hacía el curso de cocina a Iván, que el se vino desde Colombia a estudiar, y les gustó tanto el país que se quedó.
Gerardo: Y con mas razón, te casás y a Iván le dan la ciudadanía permanente en el país...
Patricia: (Interrumpiendo) Dejá de ver tanta televisión pa, estás fantaseando otra vez con los programas esos que ves de noche. Iván ya tiene la residencia legal hace unos cuantos años.
Gerardo: Y...entonces cásense por la fiesta y la comida hija, no vamos a un casamiento desde el de tu hermano hace 11 años.
Patricia: (Algo enojada) Papá ya no insistas con el casamiento, no nos da la plata para un casamiento, y lo que tenemos ahorrado es para otras cosas que tenemos planeadas.
Gerardo: Bueno hija, era un chiste, no te lo tomes así. Yo todavía recuerdo el casamiento con tu madre, hacía un calor infernal en la iglesia porque era pleno enero, y al salir se cayó el cielo.
Patricia: ...No entiendo a que viene esto pero es una linda anécdota la que estás contándome ahora.
Gerardo: A lo que voy es con respecto a la herencia, que después de todo fue tu madre la que heredó y a mi no me correspondía nada por ser el marido, aunque después pusimos las cosas a nombre de los dos.
Patricia: ¿Y vos por que te desligaste del tema de la herencia en vida de mamá entonces?
Gerardo: Porque sufrir por otra herencia yo ni loco hija, con tu tío la pasamos bastante mal por los terrenos allá en Korn, pero lo solucionamos rápido.
Patricia: Algo me acuerdo de eso pero jamás entendí como terminó eso ni que pasó con los tíos.
Gerardo: De tus tíos solo se por Rodri que vive cerca de Jorge. Ahora de la esposa no volví a saber mas nada.
Patricia: Y vos no querés que pase lo mismo entre nosotros, pero tenés que intervenir si o si porque la casa es tuya también.
Gerardo: Nosotros decidimos irnos a La Pampa y del resto se encarga tu madre.
Patricia: Amaría volver a Caballito yo papá, es el barrio donde nos criaron, aunque tendríamos que mudarnos en verano para que Gabriel no pierda días de clase ni contacto con sus compañeros.
Gerardo: Pero si a Gabriel le encanta Caballito, es mas, cuando viene a quedarse acá siempre nos pide que lo saquemos a pasear por todo el barrio. Este es un barrio con algo especial que no tienen otros lugares de Capital.
Patricia: Y si, antes Iván trabajaba en el cine de Caballito hasta que terminó el curso de cocina, iba a hacer el perfeccionamiento pero se nos dio la oportunidad de poner nuestro negocio cuando nos fuimos a vivir a Ramos, y a los dos años nació Gabriel.
Gerardo: Formaron toda su vida allí ustedes, ahora cuando te cases hacelo en Capital, porque no me voy en tren hasta Ramos de ninguna forma hija...
Patricia: (Interrumpiendo) Pero volvés a lo mismo papi, no me voy a casar...al menos no por ahora. Y aparte hablás de Ramos como si fuera en el medio de Mendoza, si es acá nomás de casa.
Gerardo: Lo bueno es que vas a seguir siendo Olivera al no casarte, y también otra cosa buena es que no tenemos que comernos la amansadora de viajar como pasó cuando tu hermano se casó en el Tigre.
Patricia: (Entre risas) ¿Ves? Y después querés que yo me case, haciendo esto de no casarme se ahorran el viaje y la ropa, porque no creo que sigan teniendo los trajes del casamiento de Carlos.
Gerardo: Hija, cuando uno es ya un adulto mayor va mas que nada a los cumpleaños por la comida gratis, en nuestro caso vamos porque te casarías, pero como decidiste no hacerlo...
Patricia: (Confundida) Pero si el asunto es comer pásense por casa que siempre tenemos comida, si vivimos de eso, la venta de comidas a unas cuadras de la estación. Es más, ya tenemos unos cuantos vecinos que nos compran a diario, y no solo de Ramos.
Gerardo: Cuando vos estés mas cómoda nos pasan a buscar con el auto porque la verdad a esta altura de mi vida tengo pocas ganas de manejar.
Patricia: (Tentada) Entonces ni con magia porque los ahorros nuestros son para un auto, el anterior que teníamos lo vendimos y con la plata hicimos refacciones del local. Fue un sacrificio enorme que valió la pena hacer.
Gerardo: (Pensativo) ¿Y esperarnos en la estación te parece? Así nos guiás bien y no nos perdemos en el trayecto.
Patricia: Me parece que lo mejor es irlos a buscar y que vayamos todos juntos, aunque ahora no se va a poder porque estamos llenos de trabajo, el mes que viene si todo marcha bien pueden venir a comer.
Gerardo: (Algo sorprendido) Hija no hace falta tanto lujo, con unos mates y un bizcochuelo somos felices, por ahí tu madre se pone un poco mas delicada porque a ella no le gusta el bizcochuelo de coco. Pero con cualquier cosita nos arreglamos, además de que vamos a llevar algo para compartir nosotros, y algo para el príncipe sin dudas.
Patricia (Alegre) Está bien, después de que arreglemos el tema de la herencia nos vemos para almorzar un domingo ustedes y nosotros.
Gerardo: Creo que es todo lo que tenemos que charlar hija, ahora avisale a tu hermano que es su turno.
Patricia (Confundida) ...Pero con Carlos hablaste hace un momento papi.
Gerardo: No hija, yo digo Rodrigo, llamalo que es el último con quien tengo que tener la charla. (Patricia sale de la escena)
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La Vieja Herencia
HumorLa familia siempre (...bueno, a veces) va a estar primero. Siempre y cuando la herencia no destruya una hermosa relación familiar. Descubra las andanzas y locuras de la familia Olivera en "La vieja herencia"