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Mi mente parece más nebulosa que antes, no se que día es, no se donde estoy y cuanto llevo aquí, puedo decir que por momentos veo a mark, al señor cuero y al que me llama cachorro, también al hombre que estaba revisando mis heridas, pero, es confuso.

El frío, puedo recordar eso, también dolor,  como alguien me hubiera pasado un carro por encima,  pero no puedo poner imágenes de mi haciendo cosas cotidianas, comer, ir al baño, hablar, ¿toque mi violín?, no lo creo, al menos puedo recodar porque estoy aquí, al principio tampoco podía entender el porque, ni quienes eran esas personas borrosas en mi memoria.

Ahora lo entiendo, se todo lo que pasó y como llegué aquí, pero por el momento, no me quiero encargar de nada eso, no quiero pensar en las razones, por las que termine en una casa club, no quiero pensar en las traiciones y la codicia.

Por el momento creo que abrir mis ojos es lo mejor y lo hago lentamente, es como si estuvieran llenos de arenas, secos, mi cabeza palpita un poco, pero no me puedo detener, no ahora que junte las fuerzas para hacer esto.

Un poco de luz entra por la ventana que tiene la habitación, muevo con cuidado mi cabeza y veo que estoy solo, acostado en una cama king, un baño es lo que necesito ahora y puedo ver una puerta dentro de la habitación, si, ese es el baño, donde el hombre que me dice cachorro me llevo la noche que llegue.

—oh cielos—

Es lo primero que sale de mi garganta, cada movimiento duele como la mierda, pero creo que hay un avance, mi ojo no se siente tan cerrado como cuando acabaron conmigo.

Pongo mis dos pies en el piso, pero mis piernas tambalean cuando trato de levantarme, tomo una fuerte respiración, antes de intentar de nuevo, necesito ir al baño, lo necesito ya, el segundo intento también estoy a punto de caer, pero en el último segundo consigo mantenerme, ahora solo queda caminar.

Repaso un poco mi cuerpo, como si de esa manera encontrara fuerza, pero no, solo me doy cuenta que estoy usando una playera que no es mía y me queda grande, pero eso no es importante ahora.

Alcanzó a dar tres pasos, antes de que mi cuerpo termine en el suelo, duele tan jodidamente tanto, justo en ese momento la puerta se abre y llevo mi atención a esta, esperando ver a mark, pero no tengo tanta suerte.

Ahora si puedo diferenciar bien al hombre que me llama cachorro, antes no pude, solo rastros borrosos, pero recuerdo que es el único con un cabello largo, este le llega casi a los hombros, es negro y se ve sedoso, su rostro aunque no muestra emociones, es hermoso de una manera extraña, sino fuera por el cuero, la arrogancia y el aura que intimida, no creería que es el líder de este club de delincuentes, ¿eso son los club de motocicletas? Puedo apostar que si, no creo que sean solo amantes de las motos.

—¿necesitas pasear cachorro? —

No hay registro de sentimientos en sus palabras, tampoco quiere una respuesta, así que no se la doy, solo intento ponerme de pie de nuevo, cosa que no logro.

—¿Dónde vas? —

Pregunta mientras avanza y un par de botas pesadas quedan frente a mi, alzó de apoco mi vista otra vez, mirarlo desde esta altura debería ser aterrador, pero creo que mis sentimientos están atrofiado, aparte del dolor en mi cuerpo, no siento nada.

—necesito usar el baño.—

Mis palabras siguen sonando extrañas, ¿Qué clase de persona soy ahora? No lo sé, tampoco quiero saberlo, tengo miedo de en que me convertiré.

Las manos del hombre llegan a mi cuerpo y antes de darme cuenta, me alza, mis pies con suerte tocan el piso, gran líder solo me arrastra por el lugar hasta la puerta donde imagine estaba el baño, leves quejidos salen de mis labios, pero el no me suelta, ni me trata de forma más delicada.

My StallionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora