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Las cosas en mi nueva casa han estado algo movidas desde la llegada de mi padrino, siempre hay gente fuera, incluso jaebeom sale bastante, no pregunto dónde va, pero pareciera que todos tenemos una pequeña rutina, cuando regresan, siempre se acercan para dejarme ver que no están heridos.

Aprecio eso, los chicos en estos momentos  son especiales para mi, todos me hacen  compañía, me tratan de hacer reír o solo se quedan cerca haciendo preguntas de cosas al azar, entonces la idea de que alguno saliera herido, logra apretar mi corazón.

La guitarra de kookie se mantiene en la sala durante el día y en las noches cuando comienzan las fiestas, es guardada para que nadie le haga daño, mi padrino lleva tres semanas aquí, y el día de su llegada, las fiestas comenzaron enseguida, no es que estuvieran mucho sin celebrar, lo que sea que ellos celebren, solo fue esa noche que pase en la casa de jaebeom, pero por alguna razón se siente como si hubiera un antes y después de esa noche.

No se trata solo de la cantidad masiva de sexo que tenemos ahora, de verdad nos hemos metido profundo en eso, a tal punto que ahora no sólo jaebeom me busca, incluso de alguna forma he aprendido a mostrar cuando lo necesito, no creo ser sexi, provocativo o insinuante, pero el debe tener un radar de apareamiento, porque siempre sabe.

Aunque el real cambio se da en el trato de las personas que están dispuestos a tener sexo por una noche, esos a los que todos llaman perras o putas, no me gusta el termino perras para ellos, cuando los nombras me imagino animales moviendo la cola con ternura, esos que no me permitían tener de mascota, porque nunca tendría el tiempo de cuidar, pero me estoy desviando, siempre lo hago, mi mente pierde el enfoque rápidamente con cualquier cosa que no sea la música.

Al tomar un sorbo de mi café puedo recordar lo que estaba pensando, el cambio de las personas de sexo, ya no susurran cosas contra mi, ellos intentan mantenerse alejado de mi espacio y con suerte alzan la mirada en mi dirección, parece que el fatídico final de tres de sus amigos, fue suficiente mensaje de parte de jaebeom para que me dejen en paz.

Ahora estoy en la sala, sentado en esos sofás donde cada noche las fiestas se llevan a cabo, nana estaría horrorizada por las cosas que he visto a los chicos hacer, por eso todas las mañanas cuando debo limpiar, me enfocó demasiado en esta parte, lo bueno es que son de cuero, son mas fácil de limpiar, en el caso de que fuera de otra tela, yo no podría acercarme a esas cosas.

Por las noches participó de las fiestas, aunque sea solo un poco, no me quedó hasta tan tarde como el resto y hay días en lo que simplemente me voy a dormir, jaebeom siempre llega a mi lado, si estoy participando en la fiesta, el se va a acostar justo cuándo yo me voy, si me acuesto temprano, el llega alrededor de las doce de la noche.

Pero volviendo ahora, estoy sentado en los sofás, mark se encuentra en la universidad, tío jiyong, los chicos y jaebeom dijeron que tenían trabajo por hacer, algo en mi mente se sorprendió por eso, no sabía que el crimen comenzaba a funcionar tan temprano, algo en mi, asimilaba que ellos comenzaban más tarde.

Por más que lo pienso, no puedo imaginar crímenes tan temprano, al menos que ellos fueran de la personas que roban billeteras a los transeúntes, pero siento que llamarían mucho la atención, si yo fuera un criminal y dedicara a mi vida a eso, creo que preferiría la noche para desarrollar mi trabajo.

—da más opciones de ocultarse ¿no? —

Ladeo mi cabeza por eso, me imagino tratando de cometer un crimen, ¿Qué crimen puedo cometer?

—no creo tener un gran potencial para ser asesino —

Es que no puedo imaginar la idea, donde yo le quito la vida a alguien, pero es por un tema logístico, nunca he tenido un arma en mis manos, papá siempre dijo que eran peligrosas para ambas partes, porque incluso quien las porta puede salir herido si no sabe como manejarlas.

My StallionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora