Neji ¿Es gay? (NejiTen)

Solemnidad

Sentía sus cachetes rojos, sus amigas acababan de irse y una vez pasado lo incómodo de la velada se habían reído mucho, probablemente su vida sería más fácil si no contara con ellas, pero también sería más aburrida. Se levantó tambaleante del mueble ¿de dónde había salido la segunda botella de vodka? Tropezó con un objeto inexistente y desde el suelo volvió a reírse, su futura familia se iba a molestar cuando se enterara que había dicho la verdad, confiaba en que ellas no dirían nada pero aun así no les iba a gustar, intentó levantarse sin éxito y estaba pensando seriamente en pasar la noche tirada en el piso, al menos este no se movía ni giraba. Estaba cerrando los ojos cuando un hombre alto apareció frente a ella, agachándose para alzarla, pataleó e intentó sacudirse mientras la cargaba para que la soltara y en el momento que la dejó en la cama tomó uno de los objetos sobre la mesa de noche para usarlo como arma

- ¡Aléjate! Soy una mujer comprometida

- Lo sé, conmigo - la luz de la lámpara se encendió y pudo verlo

- ¡Neji! - hizo el objeto a un lado y se arrojó a sus brazos para buscar sus labios, él sonrió en su mente, primero Lee borracho en la misión lanzándole piedras y ahora regresaba para encontrarse a Tenten en la misma condición y con la misma intención. Aunque la castaña había ingerido muchísimo más licor que su compañero - te extrañé

- Y yo a ti - le dio un beso suave en los labios y empezó a quitarle la blusa

- Me encanta que seas tan directo - arrastraba cada palabra

- Lo sé, pero lo que necesito es ponerte la pijama - ella hizo un puchero decepcionada y levantó los brazos para que la prenda saliera y el vestido de algodón que usaba para dormir apareciera. Le quitó el pantalón y tras desvestirse también finalmente se metió a la cama junto a ella, un par de minutos después la castaña ya estaba dormida sobre su pecho.

Se despertó con un ligero dolor de cabeza, maldiciendo la cantidad de alcohol ingerida y la hora que marcaba el reloj, apenas iba a amanecer, bostezó antes de levantarse al baño. Estaba cepillándose los dientes porque no soportaba su propio aliento post-resaca cuando pudo ver un movimiento en el espejo y se giró alarmada, al reconocer de quien se trataba se enjuagó la boca lo más rápido que pudo para correr a la cama. Neji la recibió en sus brazos y empezaron a besarse, lo había extrañado mucho.

- Feliz cumpleaños - le dijo al oído justo cuando terminaron

- Gracias - le acarició la mejilla, queriendo quedarse así el resto del día - ¿a qué hora llegaste? - no recordaba que hubiera entrado

- Ayer en la tarde, justo al tiempo que entraban tus... - escandalosas - amigas

- Las chicas... les conté todo

- Lo sé, lo escuché - aunque no le gustara la definición de la palabra todo por la otra confesión que había incluído y en la cual no quería pensar - yo hablé con Lee, también le dije la verdad

- Creo que no le va a gustar a tu familia

- No les diremos... así como tampoco les contaremos de esto - la apretó por la cintura, tendría que irse pronto y volver a fingir que estaban respetando lo de mantener la distancia.

Neji se había ido y a la hora del almuerzo Kimi había ido a buscarla, la invitaban a almorzar en los terrenos por el motivo de su cumpleaños. Al ver a su prometido aparentó sorpresa porque estuviera de regreso y solo le sonreía del otro lado de la mesa con inocencia.

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El siguiente sábado tuvo lugar el entrenamiento que había sido autorizado, ella llegó a la residencia Hyūga con sus dos pergaminos medianos y la primera opción que les ofrecieron fue el dōjō, ella negó pues estaban acostumbrados a entrenar a campo abierto lo que significaba mayor espacio para desplazarse y poder apuntar con comodidad, el recinto cerrado funcionaría si lo que querían era practicar únicamente su taijutsu. Sus vigilantes designados iban a sentarse a verlos a una distancia nada segura, por lo que les pidieron que se apartaran un poco, desde su punto de vista seguían estando demasiado cerca pero ni modo. En el momento que iban a tomar su lugar en el centro alcanzó a ver de reojo que los ancianos también se habían unido a los espectadores.