Jugando a amar

Cap 3 "Algebra y Pizza"

Al día siguiente.

Hace unos segundos estaba buscando a Dix en la cafetería, entonces recordé lo que me dijo ayer. La biblioteca. Corro hasta llegar a la puerta de entrada y pienso un poco antes de abrirla, al final lo hago. Camino entre las mesas buscándola con la mirada. Chan, chan, la encuentro. Está concentrada, al parecer resuelve ejercicios de álgebra en su cuaderno. Me acerco a la bibliotecaria y le pido un libro de matemáticas.

*Miss Francforft, aproximadamente 40 años. De estatura baja y obesa, de cabello negro con unas cuantas canas. Lleva gafas redondas. Es amargada y poco amigable.

Después de vacilar un poco, Miss Francforft me da el libro. Me siento junto a Dix, ella está tan concentrada en sus cosas que no se ha dado cuenta de que estoy yo aquí. Arranco un trozo de papel de una pequeña libreta que siempre cargo conmigo, la libreta de las canciones del coro, y escribo "hola guapa" en él. Lo coloco sobre su libreta, ella lo lee y alza la mirada hacia a mí, una sonrisa se escapa de su boca.

—¿Qué haces aquí? (le pregunta Dixie a Addison entre susurros).
—Estudio álgebra (Addison le muestra la portada del libro).
—¿Álgebra? ¿No se supone que en sexto ya no dan álgebra?
—Sí así es, pero quiero estar preparada para los exámenes nacionales (Addison miente).
—Ah ¿sí? (Dixie se hecha a reír).
—Silencio por favor (dice Miss Francforft, Addison y Dixie asienten con la cabeza, la bibliotecaria se da la vuelta y sigue acomodando un par de libros en los estantes).

 Dix me observa, yo arranco otro trozo, y escribo en el "¿Qué haces tú?" y se lo paso.

—Tarea, como te dije me gusta adelantarla. Justamente son ejercicios de álgebra (responde Dixie).
—¿Quieres que te ayude? (pregunta Addison susurrando).
—¿Sabes hacerlos?
—Oye, puedo no tener las mejores calificaciones pero de vez en cuando presto atención a las clases (dice Addison sonriendo, Dixie se ríe de nuevo).
«Me gusta verla sonreír, su sonrisa es tan hermosa, sin embargo algo que me gusta más es saber que yo soy la razón de ellas.»
—Señoritas, o hacen silencio o tendrán que irse a otra parte (dice Miss Francforft en un tono de voz alto, todas las personas que están en la biblioteca se quedan mirando a Addison y Dixie).
—Esto es aburrido, vámonos (susurra Addison).
—¿Eh?
—Vamos, te llevaré a un lugar calmado, lo prometo, ahí te explicaré y además podremos hablar.
—Bueno (Dixie sonríe).

Salimos de la biblioteca. Pienso durante unos segundos un lugar bueno, entonces caminamos hasta unas bancas apartadas, que quedan cerca de las canchas de baloncesto.

—¿Cumple con tus exigencias? (le pregunta Addison a Dixie, refiriéndose al lugar).
—(Dixie ríe) está perfecto.
—Permíteme tu cuaderno (Dixie le pasa el cuaderno a Addison).

Mmm factorización, genial, ese tema lo recuerdo a la perfección. Son 15 ejercicios, ella ya ha hecho 10, yo empiezo a explicarle los restantes. Dix es muy inteligente, con sólo explicarle una vez, enseguida agarra el tema.

—¿Así? (pregunta Dixie mostrándole a Addison la solución del onceavo ejercicio).
—(Addison revisa) sí, muy bien guapa, perdón, Dix.
—No te preocupes, oye (Dixie cierra sus libros) a todas estás, aún no sé tu nombre.
—¿Es en serio? ¿Te montas en la motocicleta de una extraña 2 veces sin saber su nombre? (dice Addison en broma).
—No eres una extraña, estudiamos en el mismo colegio (dice Dixie en el mismo tono, ambas se ríen).
—Me llamo Addison Rae (Addison y Dixie estrechan sus manos).
—Es un lindo nombre, ¿de dónde es tu apellido? (pregunta Dixie mientras juega con su cabello).
—Creo que es de origen arabe, pero mis abuelos han vivido en Italia toda su vida, así que no sé (Addison sonríe).
—Italia, eso es genial. Amo la pizza y todo lo relacionado a las pastas.
—¿Sí? Yo igual, pero la pizza sin duda es mi obsesión (ambas ríen).
—¿Qué te parece si vamos a comer pizza después de clases?
—¿Qué? (pregunta Addison sorprendida).
—Si tienes cosas que hacer podríamos ir otro día, no te preocupes (responde Dixie).
—No, no, vamos hoy (dice Addison emocionada).
—Vale y así puedo agradecerte por todos los chances hacia mi casa y por explicarme. Suena el timbre indicando que el receso ha terminado.
—Vale, encontremonos en el parqueadero (dice Addison).
—Bien (dice Dixie con una sonrisa).