Jugando a amar

Cap 22 "Al aire libre"

Al día siguiente.
Despierto a las 12 de la tarde con dolor de cabeza y la típica resaca. Recuerdo todo perfectamente, eso compensa al cien por ciento el malestar.
Me levanto de la cama y tambaleo un poco hasta llegar al baño. Me lavo la cara mientras recuerdo con flashbacks los bailes sensuales de mi novia.
¡Dix! ¿Qué le habrán dicho sus padres? ¿Cómo estará pasando su primera resaca? ¡Necesito saber de ella!
Agarro mi celular y marco su numero pero un instante antes de darle a "llamar" alguien toca la puerta, reconozco la voz, es papá.

—Addison, ¿has despertado? (pregunta el Sr. López).
«¿Y tú que crees?»
—Sí papá, espera, ya te abro.

Me arreglo la pijama y recojo mi cabello en un tomate alto, varios mechones se me salen pero no le doy importancia. Abro la puerta.
Papá entra con mi desayuno en una bandeja, huevos con tocino y jugo de maracuyá.

—Gracias (dice Addison sentándose en la cama, el Sr. López le da la bandeja) ¿No deberías estar trabajando o en la casa de algún amigo?
—¿Me estás echando? ¿De mi propia casa? (pregunta el Sr. López en tono de broma).
—(Risas) no te lo tomes a mal, es raro que estés más de 10 horas en casa.
Silencio incómodo.
«La cagué.»
—Quisiera tener más comunicación con tu hermana y contigo. Desde que Sheri murió creo que he estado evadiendo muchas cosas (el Sr. López confiesa con un nudo en la garganta).
—No eres el único (Addison toma un sorbo del jugo) ¿qué quieres saber?
—Empecemos por... A qué hora llegaste ayer.
—A las 3 en punto.
—¿Oh sí? Dormí a las 3:30, esperándote.
—Está bien, está bien. Llegué a las 4:30. ¿Me castigarás?
—No, yo no duro más de 10 horas en casa como para vigilarte. (Los dos se ríen).
—Siento haber hecho ese comentario.
—No es nada, tienes razón. Bueno, debes estar con resaca, en la bandeja hay una pastilla para eso (el Sr. López guiña el ojo). Me iré a ver televisión.
—Gracias papá (Addison sonríe, el Sr. López se va).

Mi papá ha estado actuando raro estos últimos días, es raro que ahora quiera "compartir" con Sofia y conmigo después de tanto.
Por más que evite, en mi mente busco causas de su comportamiento.
Quizá ha conseguido una novia y quiere que la aceptemos, o quizá se va de viaje por algún tiempo y quiere prepararnos psicológicamente. Bueno, supongo que sólo es cuestión de tiempo para descubrirlo.
Tomo la pastilla y como mi desayuno. Realmente me hizo bien comer algo, ya no tengo ese ardor en el estómago y el dolor de cabeza se ha reducido.
Vuelvo a tomar mi celular y llamo a Dix. A la tercera llamada me responde.

—¿Alo? (contesta Dixie).
—Hola amor, ¿cómo estás? (dice Addison acostándose en la cama).
—(Dixie suspira) con un dolor de cabeza gigante y ¿tú?
—Bien, tomé unas pastillas para eso, deberías hacer lo mismo.
—La resaca apesta.
(Addison se ríe).
—Al fin, ¿qué tal te fue con mis suegros?
—Ah, pésimo. Mi mamá me regañó durante casi 1 hora, me tocó inventar algo para calmarla y ahora estoy castigada durante una semana. Papá, él no sabe y mejor así.
—Vaya... Y... ¿Estás bien?
—Pudo haber salido peor. ¿Qué tal te fue a ti amor?
—¿Me creerías si te digo que mi papá entró hace unos momentos con mi desayuno y la pastilla para la resaca?
—(Risas) ¿en serio?
—Sí, él está raro (hace una pausa) algo se trama.
—Tal vez sólo está intentando ser lindo contigo.
«No lo creo.»
—(Addison cambia el tema) ¿y te gustó el vodka?
—Es rico. Ayer la pasamos genial, ¿no crees?
—Sí, fue fantástico (Addison sonríe).
—Bueno.. Hay cosas que no recuerdo.
—(Addison ríe) A ver... me celaste con una chica que me invitó a un trago, en una canción me llevaste a la pared y me bailaste sexy, fuimos a los baños y me empezaste a provocar, una señora como de 30 te quería sacar a bailar y me puse celosa y creo que eso fue todo.
—Me acuerdo de todo menos lo de los baños (ambas ríen).
—Fue una locura (Addison suspira).
—Total. Amor, debo irme. Tengo que ayudar a mi mamá con unas cosas.
—Vale bebé, cuídate mucho, te amo.
—Yo también te amo, que tengas un maravilloso día (Dixie lanza un beso y cuelga).