Cap 33 "Últimos días"

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Maratón (4/6)

Mi padre está sentado en la sala de espera algo desconcertado, me dirijo a él y lo saludo. Antes de que pudiese preguntarme algo, la rectora nos interrumpe pidiendo que entremos a su oficina, mi papá entra primero y se sienta en la silla. La rectora se acerca a mí y me habla al oído.

—¿Quieres estar presente?
—Sí (Addison responde resignada).

Me siento en la otra silla, la rectora cierra la puerta con seguro y se sienta en la silla del escritorio.
Trona sus nudillos y suspira, creo que busca las palabras adecuadas.

—¿Qué hago aquí? (pregunta el Sr. López desesperado).
—Señor López, lo cité hoy aquí para comentarle sobre unos altercados que se presentaron con la señorita Addison (dice la rectora calmada).
—¿Qué? ¿Y ahora qué hiciste? (el Sr. López se dirige a Addison).
—(Interrumpe la rectora) Cantó una canción con contenido ofensivo frente a toda la institución.
—Bueno, lo de la canción no fue tan malo, sólo son dos palabras, "fucking" y "shit" (Addison comenta).
—No me hicieron venir hasta aquí por una canción, ¿Hay algo más? (pregunta el Sr. López aún desesperado, Addison baja la mirada).
—Su hija tuvo una pelea con una de sus compañeras y llegaron a agredirse físicamente (cuenta la rectora).
—¿Por qué lo hiciste? (pregunta el Sr. López).
—Se metió con mamá (Addison responde).
—¿Cómo así? ¿Por qué? (pregunta el Sr. López).
—(Addison suspira) dijo que si mamá estuviese viva estaría avergonzada de tener una hija... lesbiana.
—¿Y por qué dijo eso? (pregunta el Sr. López una vez más).

Bajo la mirada. No sé como decir esto.

—(el Sr. López continua) Addison, responde.
—Porque lo soy (dice Addison).
Silencio incómodo.
—(la rectora interrumpe) debido a que es el último día de clases y a que Addison obtuvo el segundo puesto en las calificaciones, decidimos no tomar ninguna correctiva extrema. Addison podrá graduarse normalmente con sus demás compañeras.
—Bien.
Silencio.
—(el Sr. López continua) ¿eso es todo?
—Sí (responde la rectora).
—Bueno, con su permiso debo retirarme (el Sr. López se pone de pie).
—Adiós señor López, que tenga un buen día (dice la rectora).
—Igualmente.

Papá estrecha su mano con la rectora, da media vuelta y se va de la oficina. Lo sigo, está caminando hacia el parqueadero del colegio. Aumento la velocidad y lo alcanzo.

—¿No dirás nada? (pregunta Addison).
—No.
—¿Estás enojado?
—Avergonzado, pero supongo que eso obtengo por descuidarte tanto.
—Está bien, no es culpa de nadie. Simplemente soy así, no tiene nada de malo.
—(el Sr. López suspira) no es correcto, Addison, no es correcto.
—Sí es correcto, y espero que puedas aceptarlo algún día.
—¿Algún día? No, eso nunca. Te curaré, ya lo verás.
—La homosexualidad no es una enfermedad (Addison replica).
—No es algo normal, ¿entiendes?
—El que debe entender es otro.
—Dios creó al hombre y a la mujer, no a dos hombres ni dos mujeres.
—¿Desde cuándo eres tan religioso?
—(el Sr. López cambia de tema) Disfruta tus últimos días aquí. Entrarás a un convento fuera del país.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste.
—¿Es en serio?
—Sí.
—¿Pero y mi carrera universitaria qué?
—Debiste haber pensado eso antes.
—¿Y mis amigas?
—Olvídate de ellas, son unas malas influencias para ti.
—(Addison inhala fuerte mientras aprieta sus puños) ¿y si no quiero hacerlo?
—Soy tu padre y harás lo que yo te diga (el Sr. López se sube al carro y se va).

¿Es en serio? ¿Mi padre cree que hará que me dejen de gustar las mujeres metiéndome a un convento? ¿Acaso no sabe que hay más gente así, que no sólo soy yo?
Pff, es un ridículo total.
Supongo que lo único que puedo hacer es aceptarlo, no hay nada que me ate a aquí, además no estoy en posición de luchar.
A Dixie le dará igual mi partida, las chicas sí se pondrán tristes. Y no es que eso no me entriztesca, al contrario, me siento mal sin embargo me he aburrido de tantos fracasos y ya me da igual todo.
Algo que sí extrañaré será a Sandra, Avani y Madi.

***

—Addison, ¿qué tal te fue con tu papá? (preguntan las chicas al ver a Addison, ella se sienta junto a ellas).
—(Addison suspira) peor de lo que imaginé.
—¿Por qué? (preguntan todas al mismo tiempo).
—Le dije que me gustan las mujeres y me quiere meter en un convento fuera del país (Addison cuenta).
—¿QUE? (dice Madi).
—¡Eso es injusto e ilegal! (exclama Sandra).
—No hay nada que pueda hacer (dice Addison).
—No vayas, por favor (dice Avani).
—Sí, vete de casa (dice Madi).
—Eso sólo empeoraría la situación, no quiero ser una molestia para nadie, viajaré (dice Addison).
Silencio incómodo.
—¿Volverás? (pregunta Madi).
—Eso creo (dice Addison fingiendo una sonrisa).
—(Sandra abraza a Addison) te extrañaremos.
—Y yo a ustedes, un montón. Podemos hablar por skype, mandarnos cartas y todo eso (dice Addison).
—Sí, nada arruinará nuestra amistad (dice Madi).
(Abrazo grupal).
—Ah por cierto, estoy 90% segura de que cree que alguna de ustedes 3 es mi novia (dice Addison).
—¿En serio? (pregunta Madi).
—Sí y dijo cosas como: "Eso no es correcto", "estás en el camino equivocado", "tengo que curarte" y que se avergüenza de mí (Addison cuenta).
—Eso ya es pasarse de ignorante (dice Sandra).
—Él es muy conservador (dice Addison y suspira).
—Pero se pasa, quizá deban ir a un psicólogo juntos (dice Madi).
—No Madi, ni Freud haría que el cambiara de opinión, lo conozco (Addison se cruza de brazos).

***

Después del colegio, las chicas y yo fuimos a cine, después a Starbucks y por último a casa de Avani, donde compramos unas cervezas.
Sandra, la única que fuma de las 3, compró unos cigarrillos y me ofreció uno. Quería agarrarlo y encenderlo pero lo rechacé.
Llegué a casa a las 10:30, papá me reclamó. Lo ignoré. Si se supone que estos son mis últimos días aquí, entonces aprovecharé todos y cada uno. Sin reglas ni condiciones.

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