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«El mundo es un lugar peligroso. No por causa de quienes hacen el mal, sino por aquellos que miran y no hacen nada»
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Kakashi llevaba un par de horas observando las aspas del ventilador de techo cuando noto la bulliciosa conversación detenerse abruptamente y empezar a bajar de nivel. Le tomo algunos segundos orientarse en la habitación ahora habitada de Jonins, que hace algunos minutos ―o tal vez mas― los escandalosos comerciantes azoraban a la Hokage para quien sabe qué. Entre sus pendientes del día no se encontraba ser la escolta personal del Hokage, más aun cuando tenía otros lugares más importantes donde meter sus narices, pero sin embargo ahí se encontraba él tomando el lugar de algunos de sus amigos desde las primeras horas de la mañana. En otro momento de su vida se habría negado rotundamente, no perdería su sueño reparador hasta medio día, pero luego de pensarlo milésimas de segundo, se sorprendió a si mismo aceptando voluntariamente con tal de retrasar lo más posible su asunto con Sakura.
Sakura.
Solo pensar en su nombre causaba emociones que nunca creyó enfrentar. Era su cara totalmente espantada a su toque, sus ojos tan expresivos desenfocados del miedo, su pequeña figura encogida dolorosamente en el piso de la biblioteca, imágenes que nunca saldrían de su mente. Su pequeña estudiante reducida a una masa de llanto y miedo, los vestigios de lo que alguna vez fue una mujer fuerte y segura.
Había pasado toda la noche contemplando ese pensamiento una y otra vez en su mente. Él sin duda no había sido parte de su vida, mucho menos había estado allí para convertirla en la kunoichi que logro ser, pero fue una jugada cruel del karma volverla a enviar a su vida en ese estado. Es así como la culpa volvió a sus hombros.
―¿Eso es todo por hoy?
―Si, Tsunade-sama, ya valoramos la región y estamos formando los equipos para los nuevos puntos de control―el shinobi delante del escritorio extendió un mapa.
Frontera con Ame y Kusa.
Se obligo a si mismo a prestar atención al mapa. Ya había perdido la cuanta de todas las veces que divago en su propiamente.
Tsunade suspiro audiblemente se reclino en su silla lo más que pudo. Kakashi sintió la tensión empezar a correr en el aire mientras su líder balanceaba sus dedos en los reposabrazos de la silla. Bajo otras circunstancias ese gesto le había parecido bastante molesto, pero era muy evidente lo nerviosa que se encontraba.
―Mejor así, podemos empezar a seguir las pistas desde cero nuevamente. ¿Qué opinas, Kakashi?
―Supongo que es lo más lógico, Tsunade-sama.
No era lo más lógico, estaba seguro de eso tan pronto como las palabras salieron de su boca, pero su posición era relativa a la de su líder. Konoha era una aldea militar, no podía permitirse levantamientos civiles y mucho menos tráfico ilícito, lo que era el pan de cada día en el Punto Trifrinio con Ame y Kusa.
―Está bien, puedes irte―despidió al ninja delante de su escritorio―. Espero mañana información de la frontera.
Y en cuanto la puerta se cerró, el peliplata espero el sermón.
― ¿Supones? ― los papeles encima de la mesa vibraron mientras ella se levantaba abruptamente.
Kakashi dio un paso atrás, definitivamente había sido una mala idea suponer con una Hokage nerviosa y estresada. Su boca de fino labial rojo se tensó en una línea plana y frunció el ceño mientras cruzaba los brazos. El varón contuvo el aliento esperando el grito, pero ahí estaba Tsunade delante de él esquivando su mirada en algún punto en la madera del suelo.

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Titanio
Fiksi PenggemarCuando Sakura se creía mas imparable, cierto suceso termina por derribarla por completo. Convertida en una mas de las estadísticas, ahora deberá redescubrirse a si misma como una nueva persona, con la ayuda de Kakashi quien le demostrará que ella si...