Gustosa Notificación

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Luego de la tremenda paliza que la señora Carla le dió al mocoso de Eren, el pobre se fue todo adolorido a su cuarto con un puchero, pero éste se le quitó al ver una notificación en su celular.

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH - 

El perro de la señora Francklin tuvo que ir al veterinario por sangrado...

Grisha, que estaba en la sala, maldijo su estupidez.

- Debimos usar condón, Cariño - Le habló, mientras bebía de su taza de Café favorita.

- Lo usamos, Querido, pero compraste los mas baratos, Eren fue el condón roto - Le habló con gestos, para continuar lavando los platos... Grisha volvió a maldecirse.

Mientras, en la desordenada habitación del castaño, éste rebosaba de felicidad, saltando desde su cama y dando pequeños chillidos de alegría, sosteniendo el celular entre sus manos y apretándolo contra su pecho fuertemente.

- ¡Tiene que ser un sueño, tiene que ser un puto sueño! - Repetía una y otra vez, alejó el teléfono y volvió a ver la notificación. - NO ES UN SUEÑO KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA - 

El castaño se tiró sobre su cama, con emoción pura y brillitos a su alrededor, decidió llamar a su mejor amigo, debía de transmitirle su gran alegría o moriría.

Marcó el número en su IPhone y esperó muy paciente - aunque con los nervios carcomiéndolo - a que el rubio se dignara a contestar.

- Estúpida, Estoy en el salón, llama luego - Le habló apenas deslizó la tecla de "responder".

- ¡ARMIN, DIOS, ESCUCHA ESTO! - Gritó, como una fangirl.

-¡Ay, pero no me grites! - Del otro lado de la línea, el rubio hizo un puchero.

- okei, lo siento, pero tienes que escucharme, de verdad esto es importante, mucho, de echo... - 

- Ya, suéltalo - Eren rodó los ojos.

- ¡No Name tocará dentro de unos meses!,  ¡Aquí, en Washington! KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA - 

- ¡¿QUE?! KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAA - 

Malditas perras, no griten, molestan...

A Armin de le cayeron los famosos pepinos que llevaba en los ojos, la mascarilla verde se le corrió mientras se levantaba de la pequeña camilla en la que antes estaba, su cabello estaba enroscado con una toalla.

- ¿Lo dices enserio?, mas vale que no me mientas, Jaeger - Le amenazó, pero el castaño negó con la cabeza, divertido ante las palabras de su amigo.

- Obvio, ¿Cómo mentiría con algo así? - Dijo, algo ofendido ante su acusación, pero al rato rió.

- ¡Necesitamos las entradas, YA! - Armin se estaba retirando del salón, tenía que ir a las casillas antes de que se terminaran las entradas.

- Tranquilo, Calma, ya las compré, VIP, como más te gustan - Sonrió, con los ojos cerrados y ojeando sus perfectas uñas, sintiéndose superior sólo por unos segundos.

- En cinco minutos estoy allí, mas vale que estés listo, tenemos que comprar la mercancía - dijo del otro lado de la línea, mientras caminaba por la acera de las calles.

- Aquí te espero, perra - Y cortó.

Al rato, los dos amigos estaban reunidos, gritando y saltando de un lado a otro totalmente fuera de sí, tal y como los hermosos seguidores de la banda que son.

Luego de tanto gritar, corrieron hasta la tienda oficial, pues cada vez que se anunciaba un concierto, muchos nuevos productos salían a la venta y era muy difícil conseguirlos, ya que al ser un grupo bastante conocido, los productos se terminaban antes de tiempo.

Las Locuras de Eren JaegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora