Enamorada del Líder de la Mafia [COMPLETA]

ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟚

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—Quién era él? —le pregunté y de la nada me pegó una cachetada.

——Cuando aprenderás a dejar de hacer preguntas estupidas —me miró enojado.

—Yo nunca pedí venir menos conocerte —yo igual le pegué una cachetada que hasta sentí que me lesioné mi mano.

Él me iba a agarrar pero yo fui más rápida y corrí a mi habitación cerrando con llave; por que justo él estaba golpeando la puerta.

—Te vas a arrepentir —me gritaba mientras golpeaba la puerta.

—Si quieres matame de una vez —le grite yo tambien; por que ya me estaba hartando.

Al rato escuche que con una llave abría la puerta; vi que entró enojado también que tenía su mandíbula tensa.

—Te voy a dar una oportunidad —cerró la puerta con llave nuevamente.

—Tus "advertencias" no me dan miedo —lo mire seria.

—Deberías gatita —a pasos lentos se iba a cercando más y más a mi.

—Ya no me das miedo imbecil —me sorprendí a mi misma por lo que le dije; pero no trataba de demostrarlo.

—Cuando aprenderás a hablarme bien —se detuvo un paso frente a mi.

—Cuando tú aprendas a respetarme —lo contradije.

—Mira pequeña perra —se empezó a enojar y me iba a pegar otra cachetada; pero yo fui más rápida para detenerlo.

—En tu puta vida me vuelvas a tocar —agarré su brazo —yo no soy un juguete sexual ni al que puedas golpear —lo mataba con la mirada —recapacita imbecil —lo solté bruscamente.

—Te vas a arrepentir —él se fue enojado de la habitación.

Ahí fue cuando pude respirar en paz pero él volvió al rato con una soga y unas esposas; en un abrir y cerrar de ojos me tenía esposada a la cama.

—Que me harás? —no pude aguantarme más y me mostré asustada.

—No que no me tenias miedo —el arrancó mi camisa y me quitó el short.

—No soy tu juguete sexual idiota —vio que le iba a pegar así que agarró mis piernas para amarrarmelas a la cama.

—Cállate por una puta vez —se me subió encima colocando sus piernas a mis costados; agarró mi rostro y me hizo verlo.

—Porqué haces esto? —no pude evitar soltar una lágrima.

—No lo entenderás —me iba a besar pero yo moví mi cabeza; y me beso en la mejilla.

—Eres un maldito bipolar —lo voltee a ver cuando vi que se separo —primero me golpeas y luego te quieres acostar conmigo —me trataba de soltar pero era en vano.