ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛𝟚

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—La verdad no recuerdo —fui a buscar mi ropa —acaso es importante lo que dije? —le pregunté luego de que ya haya encontrado la ropa.

—Para nada —se acostó en la cama —a dónde vas? —me pregunto ya que me comencé a desvestir.

—A bañarme y luego donde mi padre —quede en ropa interior.

—Cómo ha que hora vas a regresar? —ya me estaba comenzando a interrogar.

—En la noche —me fui al baño para bañarme y cuando termine volvi a la habitacion —ire a ver que es lo que quiere mi padre —termine de cambiarme y luego me le acerque para darle un beso.

—No me dejes sola —me dijo después del beso.

—Regresaré lo más pronto que pueda —le di otro beso.

Alex se fue dejándome sola aparte que no le puedo decir que se quede conmigo; por que su trabajo es ser mafioso. Yo mejor me di una siesta que no duro mucho por que escuche que abrieron la puerta.

—Alex? —pregunte para mi misma.

Iba a salir de la habitación pero un hombre más o menos de la edad de Alex detuvo mi paso.

—A dónde vas bonita? —se relamio los labios.

—Quien eres? —maldeci en mi interior por que cada vez que Alex me deja sola; siempre me pasa algo.

—Soy un... —paso su mano por su cabello —un viejo amigo de Alex —me miro de cuerpo completo —es de él? —miro mi vientre con asco.

—Qué quieres? —le volví a preguntar por que ya me estaba cansando.

—Que sean míos —rápido me puso un pañuelo.

Yo trate de safarme pero luego recordé que seria inútil correr por que les haría daño a mis bebés. Al segundo lo que llevaba el pañuelo me hizo efecto; y no recuerdo nada más.

(...)

De fondo escuchaba una voz que me decía que despertara; cuando lo hice vi que estaba en otra habitación y a mi lado estaba el tipo de antes.

—Al fin despiertas bonita —empezó a acariciar mi cabello.

—Dónde estoy? —a veces cerraba los ojos por que aún no se me pasaba.

—En un lugar mejor —también vi que en sus manos tenía una cobija.

—Qué hiciste? —me traté de sentar en la cama pero me dio un dolor punzante en mi vientre.

—De verdad —agarro mi hombro y me acostó nuevamente —ya tenias los ocho meses y de verdad que uno se parece a ti y el otro a Alex —me mostró a mi bebé.

—Qué? —no le creía todo lo que me estaba diciendo.

—Mira el lado positivo —fue a acostar el bebé y luego se me acerco —no te tienes que preocupar en ver a Alex de nuevo —se sentó nuevamente a mi lado.

—Hijo de... —no termine mi frase por que él ya me había pegado una cachetada.

—Cuidado con esa boca —agarro mi rostro para verlo —si haces algo mal te puedes ir despidiendo de ellos —me mostro donde estaban mis hijos.

Luego me soltó y salió de la habitación ahí fue donde pude soltar el aire que estaba conteniendo; con cuidado me levanté de la cama para acercarme a donde estaban mis bebés.

Cuando me acerque vi que mi hijo estaba despierto y mi hija estaba dormida.

—Era verdad —con cuidado agarre a mi hijo sin despertar a mi hija —si te pareces a Alex mi amor —le di de comer y al ratito se durmió.

Después lo acosté nuevamente y fui a buscar algo de ropa con el propósito de bañarme. Más tarde que termine de bañarme y cambiarme; me dio curiosidad de donde estábamos. Antes de acercarme a la puerta recordé lo que ese maldito me dijo; mejor me fui a acostar nuevamente. Cuando lo hice algo me golpeo en la espalda; y vi que era mi celular. Iba a marcar pero escucho que tocan la puerta así que lo guarde.

—Es hora de cenar —una señora abrió la puerta; se iba a ir pero rápido la detuve.

—Disculpe —con cuidado me le acerque; por que todavía me dolía mi vientre.

—Dígame —me regalo una sonrisa.

—Usted trabaja aquí? —le pregunté sorprendida por que había pensando que solo hombres vivían aquí.

—Soy la nana de Daniel, señorita —me regalo otra sonrisa —por que lo pregunta? —me miro con curiosidad.

—Usted sabe de lo que trabaja él —no se por que presentía que ya estábamos agarrando confianza.

—Si eso si lo se pero... la condición que le tengo es que no secuestre a nadie —miro a donde estaban mis bebés —son suyos? —me miro con ternura.

—Él nos tiene secuestrados —la mire con miedo —si son míos —no podía quitar mi miedo.

—Qué él... qué?! —casi le da un infarto ahí mismo.

—Por favor no le diga que yo le dije —temia por mis bebés.

—No se preocupe señorita ahorita ire a hablar con ese mocoso —suspiro —y en un momento le traigo la cena —me regalo una última sonrisa para después irse de la habitación.

Estaba dando vueltas en la habitación pensando en que no le vaya a decir que yo le dije. Ni se cuanto tiempo paso y volvieron a tocar la puerta.

—Él ahorita no se encuentra —vi que era la señora de antes — pero aquí esta su cena —me entrego una bandeja.

—Sabe a que hora va a regresar? —le pregunte poniendo la bandeja en la cama.

—No lo se señorita —se iba ir pero nuevamente la detuve.

—Una pregunta más —ella me volteo a ver —hay más personas aquí o solo están él y usted? —no se por que me dio curiosidad preguntarle eso.

—Están los guardaespaldas, la esposa de Daniel, él y yo —levantó los hombros.

—Está casado?! —no pude evitar asombrarme.

—No me digas que te gusta —me miró asustada.

—No! —exclame algo enojada —gracias por la cena —le di una media sonrisa.

—De nada señorita —ella hizo lo mismo y luego se fue de la habitación.

Después me puse a comer cuanto terminé vi que mis hijos estaban dormidos así que yo igual fui a hacer lo mismo.

(....)

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Enamorada del Líder de la Mafia [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora