Enamorada del Líder de la Mafia [COMPLETA]

ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛𝟠

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—Solo sé que ya no vas a causar más problemas —le di dos disparos en la frente, dos directo al corazón y el último en el vientre.

Agarre el cuerpo antes de que manchara de sangre el piso, para luego aventarlo al agua. Antes de irme verifique que nadie estaba por ahí, el suelo estaba limpio, así que me fui a la casa de Natalia; como que si nada había pasado.

Aparque el auto para luego entrar a la casa; en ese momento Natalia iba saliendo de la cocina.

—Qué te paso? —me miro preocupada.

—Nada, tranquila —mire mi camisa llena de sangre.

—Qué fuiste a hacer? —ella miraba mis brazos o mi rostro, para ver si no tenía nada.

—Ya no tendremos más problemas —la mire tranquilo.

—La mataste? —le iba a responder pero justo entró Erick a la casa.

—Me entere de que... —miro a Natalia y luego a mi —Rebecca me esta llamando —se iba a ir pero ella lo detuvo.

—Te enteraste de que? —se puso enfrente de él.

—De que... —estaba nervioso —te quiero mucho —me sonrió.

—Ustedes dos me guardan muchos secretos —se puso en una posición, para vernos a los dos al mismo tiempo —no me tienen confianza o qué? —cuando ella se enoja, significa peligro.

—Alex mató a Emily por que él de verdad te ama, ya no quiere tener problemas contigo, siempre va a mi casa para ayudarle, aparte que el papá quiere que haga un trabajo y tranquilos que él no sabe sobre Eduardo y Elenor —Erick habló tan rápido que su respiración se entre corto.

—De que trabajo esta hablando? —Natalia me volteo a ver.

—Te lo explico más tarde —la mire algo apenado.

—Oigan —volteamos a ver a Erick —por que... por que no me traen algo de... de agua —seguía con la voz y respiración algo agitada.

—Perdón —ella se fue a la cocina y regresó con un vaso con agua —ten —se lo entregó.

—Gracias —él se tomo todo el agua y le devolvió el vaso —yo me tengo que ir —se fue dejándonos solos.

Escuchamos que los bebés empezaron a llorar, así que los fuimos a ver. Natalia seguía seria, me imagino que es por lo que dijo Erick.

—Tendrás que viajar? —me pregunto mientras fue a buscar dos pañales.

—Si —me entregó un pañal y nos pusimos a cambiar a los bebés.

—A dónde? —los bebés ya estaban tranquilos, así que ella me volteo a ver.

—A Italia —vi que ella se fue a hacer dos biberones.

—Cuando pensabas decirme —los preparó rápido y regresó, ella agarró a Eduardo y yo agarre a Elenor. Nos fuimos a sentar, le empezamos a dar los biberones.

—Mi padre me amenazó que no te dijera nada —me quedé viendo a Elenor, por que si se parecía a Natalia.

—Tendrá sus razones —ella acostó a Eduardo —damela —entre sus brazos agarró a Elenor.

—No te enojes nena —agarré el biberón de Eduardo.

—A veces siento que no le caigo bien a tu padre —acostó a Elenor —no se que nos vaya a decir cuando se entere que sos padre —me miro para después salir de la habitación.

—Nena —agarré su mano —te he dicho que no me importa la opinión de mi padre —la pegué a mi —él ni nadie más me va a separar de ustedes —le di un beso en la frente.

—Pero tarde o temprano él se va a enterar —me encanta que ella es algo bajita.

Le iba a responder pero empezó a sonar mi celular, nos separamos así que vi que era un mensaje.

Mensaje

Ya que no se pudo con Natalia, cuida bien de tus hijos. Nos vemos pronto.

—Quién es? —ella iba a ver mi celular pero yo lo guarde rápido en la bolsa de mi pantalón.

—Nadie importante —no quería sonar nerviosa para no preocuparla.

—Bueno —ella se fue a la cocina.

Mientras que yo me quede en el pasillo pensando de quien pudo a ver sido ese mensaje, lo único que sé, es que si le llegan a tocar un pelo a mi familia me voy a vengar hasta la muerte. Mejor deje de pensar en eso y le fui a ayudar a cocinar a mi hermosa novia.

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