Rollo número IV

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Abrió sus ojos cansado al escuchar la alarma de su reloj de noche. Desvió la mirada hacia Taehyung y observó como dormía plácidamente en su tercer sueño. Miró el calendario que se encontraba en la pared y expresó una cara de disgusto ante el círculo de color rojo que indicaba que aquél era el día, es decir, su primer día de clases después de muchos años. Nunca pensó que volvería a la etapa de tener que levantarse temprano para estudiar en algo en que se convertiría en el futuro. Ni mucho menos cuando realmente estaba trabajando en lo que había soñado.

— Bonjour. — No supo cuánto tiempo estuvo mirando a Taehyung mientras dormía y él se hundía en sus pensamientos, pero si se dio cuenta que había sido el suficiente como para que Taehyung le esté saludando por haber despertado. — Hoy es tu primer día ¿Estás emocionado? — Le miró con disgusto calcado en su cara. — Sé que es algo que todavía no te convence, pero créeme que será de gran ayuda, por lo tanto debes levantarte. — Taehyung se dirigió al baño. — Solo por hoy te daré el favor de hacerte desayuno e irte a dejar para que puedas sentir la motivación necesaria. — Su voz se perdió entre los sonidos de las gotas correr por la ducha del baño de la habitación.

Jeongguk observó el marco de la puerta.

Su cerebro se sentía desconectado, apagado, en modo avión como lo expresan algunas personas a aquel instante. 

Nada se sentía real, solo el sueño que predominaba en sus ojos y los bostezos que salían con frecuencia se sentían como algo verdadero es ese momento. No sabía cuánto le tomaría crear las fuerzas necesarias para levantarse, pero su cuerpo se sentía tan relajado que no respondía ante el llamado latente de la responsabilidad.

—  Jeongguk, despierta. — Subió su mirada desde el marco hasta el torso desnudo de su amigo. — ¿Bonito verdad? — Hizo una cara de disgusto y se levantó con desgana, luego se dirigió hacia al balcón para observar como el sol salía con lentitud del horizonte. Quizás algún día, solo quizás, sería capaz de patear a Taehyung fuera de su casa y que no lo molestara jamás. — Jeongguk debes ir, o si no tú reputación se verá afectada por irresponsabilidad. — El pelinegro se dio media vuelta y lo miró con odio. — Vamos, Chêrie.

— No sabes cuánto te odio en este momento...

— Lo sé. — Le dio una palmaditas en el hombro de manera amigable, pero Jeongguk juraba que las sentía como dagas de traición. — Vístete, te haré algo de comer. — Y en toalla se dirigió a la cocina para preparar de seguro un desayuno típico francés.  — ¡Jeongguk!

—  ¡Es tu culpa! Yo podría estar en mi casa aquí durmiendo en la cálida cama, pero no. Debo levantarme temprano para ir a un clase que se supone que me ayudará "mágicamente " a volver a ser como antes. — Hizo unas comillas con los dedos. —  realmente no le veo el punto.

— Jeongguk... Me preocupo por ti, sé que a lo mejor es algo que no quieres hacer pero quizás te ayude a recordar el por qué te volviste fotógrafo, quizás al final del curso ni siquieras quieras volver a ser alguien que trabaja para revistas, a lo mejor vas a querer abrir tu propia galería o incluso intentarlo con el arte desde la perspectiva de la captura visual. Jeongguk, eres uno de mis amigos más preciados, mi alma gemela, la llama que necesitaba en mi vida en el campo y por eso que quiero que seas feliz, incluso si eso significa que puedas sacrificar un poco de tu tiempo para dormir. — Suspiró. — Quién sabe, a lo mejor incluso con todo esto encuentras al amor de tu vida y decides revolucionar este estilo de vida que llevas por completo.

— Taehyung no creo estar seguro de que esto me ayude.

— Entonces vas a tener que creer como los religiosos, fingir que de verdad crees en ello para que en algún momento se haga realidad. — Le gritó desde abajo.

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⏰ Última actualización: Jul 31 ⏰

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