041.

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Amelia.

03 días para el fin del mundo.

Me había acercado al Cinco anciano para ver como arreglaba su escopeta para dar el tiro de gracia hacía Kennedy, en las calles cruzando la cerca a un lado de nosotros se podía escuchar como la gente comenzaba a juntarse para presenciar el paso del auto presidencial.

Y aunque había tratado de convencer a Luther de se acercara junto conmigo al Cinco viejo, se negó con la excusa de que prefería mantenerse cerca del uniformado y mantenerlo vigilado para evitar que cometiera alguna locura por su psicosis paradojal.

Fingí creerle, aunque lo más seguro era que no se quería acercar al Cinco con la escopeta porque bueno...tiene una escopeta.

---Mi parte favorita.--- comento el Cinco con la escopeta en sus manos, mientras terminaba de ajustarla.--- La calma antes de la tormenta.

---¿Disfrutas...disfrutas hacer esto?--- le pregunte con timidez. 

Si, puede que sea Cinco después de todo, pero era una versión de Cinco que claramente no conocía, por lo cual no puedo evitar sentirme nerviosa ante él. Además era un adulto, no solía tener buena relación con los adultos, aunque bueno...el único adulto con el que había convivido era padre.

---¿Asesinar?--- me pregunto él, mientras terminaba de arreglar su escopeta, mientras yo asentía a su pregunta.--- No, no lo disfruto, para nada...pero soy bueno en mi trabajo, y creo que eso es lo que disfruto.

---¿Ser el mejor en algo?--- le pregunte algo divertida.

---Así es.--- asintió el hombre también algo divertido, con una sonrisa de orgullo adornando su rostro.

Definitivamente era una respuesta que esperaría de Cinco, de cualquiera de los dos. 

Volteé hacía donde estaba nuestro Cinco y Luther parados, desde lo lejos podía ver lo ansioso que el uniformado se encontraba y como no despegaba su mirada del maletín, aunque la intercalaba entre el objeto y su yo viejo, mientras Luther me hacía señas despistadas de que me acercara a ellos.

---Bien, creo que iré allá con el otro tu.--- le informe al mayor, obteniendo un asentimiento de cabeza.--- Parece que fuera a explotar en cualquier momento.

---Yo estaría así si la chica que me gusta esta hablando con otro sujeto.--- contesto con tranquilidad el hombre.

---Podrías ser mi padre.--- le asegure divertida.

---Eso lo sé, tú lo sabes, hasta Luther lo sabe.--- me aseguro.--- Y el joven yo lo sabe, pero aún así no puede controlar sus celos, créeme, me conozco.

---No se como sentirme al respecto.--- murmure extrañada.

Sin obtener respuestas del viejo Cinco, me encamine a los otros dos, para posicionarme frente a ellos.

---¿Qué le sucede?--- le pregunte a Luther en un murmuro, mientras veía como el uniformado seguía viendo al maletín y su respiración era pesada.

---Quiere ir por el maletín de una vez por todas.--- me confesó el grandulón.

---No, no podrás alcanzarlo a tiempo.--- me interpuse entre Cinco y su nuevo objetivo.

---Pues claro que si.--- aseguro el chico pasando su mirada en mi para después mirar de nuevo a su otro yo.--- Quizá puedas ir allá de nuevo a distraerlo. 

---¿A caso son celos lo que noto?--- le pregunte divertida, aunque también trataba de que no se pusiera en riesgo.

---No estaría celoso de un idiota como él.

---Eres tú.--- intervino Luther, el cual también parecía que le divertía la situación.

---Esta versión es mil veces que aquel viejo.--- aseguro el chico molesto.--- ¿Por qué no vas allá de nuevo? Te veías muy entretenida, quiero decir.

---Basta, Cinco.--- pedí en un murmuro para solo rodar los ojos ante su comentario.

---Esta es la oportunidad.--- menciono el uniformado en voz alta, aunque parecía decírselo más a si mismo que a nosotros. 

---Oye, hermano, recuérdame, ¿Cuál era la fase final de la psicosis paradojal?--- pregunto número 1.

---La furia homicida.--- murmuro Cinco.

---Claro, eso es lo que te pasa.--- comprendí finalmente.--- Estas tan sumido en esa psicosis que ya llegaste a la última fase, estás tan molesto con tu otro yo que no te importa ponerte en riesgo, o incluso matarte en el proceso.

---No tenemos tiempo.--- aseguro Cinco, mientras me rodeaba y comenzaba a acercarse a su otro yo.

El viejo Cinco ya se encontraba apuntando hacía el lugar por donde pasaría Kennedy, listo para cumplir su misión, mientras que nuestro Cinco se acercaba a él lo más silencioso posible. 

Luther y yo solo nos quedamos parados en nuestros lugares viendo la situación, sabíamos que debíamos detener al uniformado antes de que hiciera una locura, pero algo dentro de nosotros también quería ver lo que podría pasar. 

Y sin saber como, al parecer el viejo Cinco logró escuchar o sentir como su otro yo se acercaba, por lo que cuando el uniformado se teletransporto para atraparlo, el hombre con el rifle en mano también se teletransporto, pareciera que solo habían intercambiado de lugares. 

---Carajo.--- murmuramos Luther y yo en voz baja.

---Mala idea, basura.--- habló el viejo Cinco, mientras apuntaba al uniformado con su rifle.

Cuando estaba a punto de correr y ponerme en el medio de ambos, Luther se comenzó a encaminar y de un movimiento arrebato el rifle de las manos del hombre.

---¡Ya basta!, ¿quieren?--- espeto molesto número 1.--- Les hablo a los 2.

---Chicos, tienen que calmarse.--- me acerque finalmente, cuando vi que el uniformado también se acercaba a los otros 2.

---Kennedy dará la vuelta a esa esquina en unos minutos.--- recordó Luther.--- Así que vamos a respirar profundo...

Luther fue el primero en tomar una respiración algo exagerada, como si les estuviera mostrando a los otros dos como hacerlo, por lo que lo mire extrañada, pero más me extrañe cuando los dos Cinco siguieron su ejemplo.

Vaya, nunca pensé ver a Cinco hacerle caso a número 1.

---Ahora, todos somos familia, así que trataremos de llevarnos bien por unos minutos más.--- aseguro el grandulón.

Cuando pensé que la situación comenzaba a calmarse, vi como ambos Cinco intercambiaron miradas. Bien, eso no significaba nada bueno.

---¿Lo hago?--- le pregunto el uniformado al viejo.

---Adelante.--- le dio la aprobación el viejo.

---¿Qué dices?--- pregunto esta vez Luther. 

Cuando menos lo espere, Cinco había dado un paso apresurado hacía Luther para darle una patada en su entrepierna. Vaya, eso si que debió doler. Mientras número 1 agarraba la zona golpeada y se quejaba del dolor, yo lleve mis manos a mi boca por la sorpresa. 

---Mierda.--- murmuro Luther adolorido.

---Agradezco ser una chica en estos momentos.--- murmure para mi misma, mientras veía a Luther aún quejarse un poco. 

---Ahora...

---¿En dónde estábamos?--- le pregunto el uniformado a su versión vieja. 

Mientras veía como los otros dos se teletransportaba de un lugar a otro a nuestro alrededor mientras comenzaban su tan esperada pelea, me acerque a Luther rápidamente mientras colocaba mi mano en su espalda.

---¿Estas bien?--- le pregunte preocupada.

---Si...el dolor pasará...espero.--- murmuro el grandulón.

---Bien, porque pensé que esto pudo haber ido peor.

Y vaya que sería peor, pero claro, eso aún no lo sabía.

[2] El principio del fin | Número 5; The Umbrella Academy 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora