023.

4.1K 447 153
                                    

Amelia.

05 días para el fin del mundo.

En el departamento únicamente estábamos Luther, Diego, Vanya y yo; no sabíamos donde se encontraban Allison, Klaus ni Cinco, pero teníamos que esperarlos para informarles sobre la invitación que habíamos recibido por parte de nuestro padre. 

El día anterior había regresado al departamento después de ver a número 1 y 2, después de que todos se fueran a hacer sus cosas. Tenía pocos días que una sensación extraña se apoderaba de mi, la sensación de que algo malo iba a pasar, claro a parte del posible fin del mundo. 

Pero aquella sensación era diferente, y lo peor es que no sabia que lo causaba. 

Por lo que al regresar no quise perder el tiempo y me puse a trabajar en algo que pudiera ayudarme en algun futuro.

---¿En qué estas trabajando ahora?--- escuche que me pregunto a mis espaldas Elliott, mientras sentía como se asomaba por encima de mi hombro para ver lo que hacía.

---Es un regalo para ti, por lo que aún no lo puedes ver.--- le aseguré mientras con mis brazos y parte de mi cuerpo lo tapaba.

---Vaya, ¿y ese milagro?--- me pregunto divertido el hombre, mientras se alejaba de mi al ver que aún no le mostraría lo que estaba haciendo.

---Ya sabes...te lo mereces.--- le confesé mientras seguía trabajando.--- Es decir...recibiste a todos mis hermanos, a pesar de que no siempre son las personas más...agradables del mundo.--- le comenté divertida, escuchando una pequeña risa por parte de él.--- Además que dejaste que algunos de ellos se quedaran aquí...es mi manera de agradecerte.

---No tienes porque hacerlo.--- aseguro Elliott.--- Tus hermanos me agradan, a veces me dan miedo, pero me agradan.

---Y tu les agradas a ellos, incluso a Cinco, y él es el mas difícil de los 7.--- le asegure.

---Me he dado cuenta.--- continuó el mayor.--- ¿Podrías darme una pista, aunque sea, de lo que sea que estés haciendo? 

---Es algo que te podrá ayudarme en algún futuro.--- le informé sin apartar mi mirada de lo que hacía.

---Vaya, que gran pista.--- comentó Elliott con notable sarcasmo, mientras escuchaba como movía algunos platos, de seguro haría algo de comer. 

---Tranquilo, ya casi...termino.--- le aseguré.

---Por cierto, ¿dónde están tus hermanos?--- pregunto interesado.

---Haciendo desastres en algún lugar de Dallas, seguramente.--- le comenté sin interés.--- Diego y Luther fueron a tener un lindo tiempo de hermanos; Klaus, Allison y Vanya se supone fueron a comer tacos, y Cinco...él suele desaparecer de vez en cuando. 

---¿Son así siempre?

---La mayoría del tiempo...te acostumbras tarde o temprano.--- le aseguré.--- ¡He terminado!

Escuche los pasos apresurados del mayor acercarse a mi, pero antes de que se acercara totalmente, volteé mientras escondía el "regalo" a mis espaldas.

---¡Pero antes de que lo veas!--- comenté haciendo que Elliott se detuviera en su lugar.--- Tienes que cerrar los ojos.--- le pedí con emoción.

---¿Es enserio?--- me pregunto incrédulo el hombre. 

---Por favooor.--- le pedí nuevamente con una amplia sonrisa en mi rostro. 

Vi como Elliott soltó un sonoro suspiro para después cerrar los ojos como le pedí, entonces me acerqué a paso lento hacía él.

---Extiende uno de tus brazos, por favor.--- le pedí nuevamente. 

---No se porque esto me da algo de miedo.--- comentó el hombre pero aún así me hizo caso. 

Coloqué en su brazo izquierdo el regalo que había hecho para él, para después dar unos pasos hacía atrás.

---Bien, puedes abrirlos.--- le comenté con nervios.

---Wow, es...wow, ¿cómo pudiste hacerlo?--- pregunto sorprendido Elliott mientras veía en su brazo aquel artefacto que había dejado. 

Bien, lo que había hecho para Elliott era un tipo de pulsera, que había hecho con algo de la tecnología que tenía el mayor aquí en su casa, claro se veía más tecnológica para la época en la que estábamos, pero para mi lucía algo antigua, pero era lo mejor que podía hacer para la tecnología que había.

---Quizá mi padre no era el mejor de todos, pero nos hizo aprender muchas cosas, una de esas fue con la tecnología.--- le confesé mientras jugueteaba con mis dedos.--- Podría desactivar una bomba si quisiera.

---¿En serio?--- me pregunto sorprendido, por lo que solo asentí.

---Padre quería que pudiéramos hacer todo y librarnos de todo.--- le aseguré mientras me encogía de hombros.

---Eso es...increíble.

---Ahora lo agradezco.--- le respondí divertida.--- ¿Te gusto?

---Por supuesto.--- respondió emocionado Elliott, mientras miraba su pulsera de todos los ángulos posibles.

---¿En serio?--- le pregunte nerviosamente. 

---Amelia.--- aseguro el hombre con una tierna sonrisa en el rostro.--- Es el mejor regalo que alguien me ha dado.

Con emoción entonces corrí a abrazar a Elliott fuertemente, siendo recibida por él. Vaya, incluso sentía que él había sido mejor padre que Reginald en tan solo este mes que llevaba viviendo con él.

---Y eso no es lo mejor.--- le asegure mientras me separaba de él, para levantar mi brazo derecho.--- Y es que me hice una igual.

---Eso es...¡asombroso!--- aseguro emocionado Elliott.

---Peeero eso no es todo.--- volví a hablar emocionada.

---Eres una cajita llena de sorpresas, eh.--- comento divertido el hombre.

---Quizá ya viste que la pulsera tiene un pequeño botón.--- le confesé, mientras señalaba su pulsera.

---Si, y estaba a nada de preguntar el motivo de este.--- aseguro el mayor.

---Bien, con la tecnología que tienes aquí, gracias por cierto.--- le comente divertida.--- He podido hacerla para que al momento en que estés en peligro, puedas presionar ese botoncito, y así mi pulsera me avisará que estas en peligro, y te aseguro que en cualquier momento, en cualquier lugar que este, yo vendré a ayudarte, a protegerte...

Elliott me miraba con una sonrisa llena de emoción, por lo que miro unos segundos su pulsera para presionar el pequeño botón, así viendo como mi pulsera emitía un sonido tipo alarma, lo suficientemente fuerte para que lo pudiera escuchar, a parte que desprendía una pequeña lucecita de él.

---Amelia, creo que llegaste a mi vida en el momento indicado.--- comentó agradecido el mayor, mientras veía como sus ojos se cristalizaban. 

---Y creo que tu llegaste en mi vida para ayudarme Elliott, no solo a la mía, creo que puedo hablar por mis hermanos para decirte lo mismo.--- le aseguré.--- Eres parte de la familia, Elliott.

Aquellas ultimas palabras fueron suficientes para que Elliott dejara salir sus lágrimas sin vergüenza alguna, por lo que nuevamente me acerqué a él para abrazarlo. Y no mentía con nada que le había dicho, creo que Elliott llego como un guardián para cada uno de nosotros para unirnos y ayudarnos. Era lo menos que podía hacer por él. 



[2] El principio del fin | Número 5; The Umbrella Academy 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora