043.

3K 320 15
                                    

Amelia.

Mientras asimilábamos que habíamos fallado en nuestro objetivo, nuevamente, y después de que Luther soltaba reclamos hacía el uniformado por no agradecerle por haberle salvado la vida, volvimos a la realidad cuando escuchamos como por el viejo radio que llevaba el viejo Cinco anunciaban como el auto de Kennedy pasaba por las calles de Dallas.

---¡Chicos, chicos!--- mencione en voz alta mientras me encaminaba a la barda del estacionamiento.

---¡Aquí viene!--- entendió Cinco mientras me seguía a la barda. 

Aunque trataba de ponerme de puntitas ya que la barda arrebasa un poco mi estatura, no fue hasta que Cinco se acerco tomando el maletín que su viejo yo había dejado, para colocarlo a un lado de mi de tal manera que tanto él y yo pudiéramos usar como escalón.

Le sonreí agradecida ante eso, ya no tendría que ponerme de puntitas más, ya que me cansaría, por lo que él también me sonrió pero algo divertido, para después ambos subir al maletín, sintiendo la presencia de Luther llegando a nuestro lado.

La calle estaba abarrotada de gente emocionada esperando el paso del presidente, pero desde donde estábamos podíamos ver perfectamente la avenida.

---Miren, ahí esta papá.--- señalo Luther.

Y viendo hacía donde el grandulón había apuntado, un hombre parado con vestimentas negras y cubriéndose del sol con un paraguas igualmente negro estaba parado a las orillas de la calle. 

Bien, si no estaba el viejo Cinco para asesinar al presidente, de igual manera lo haría nuestro padre, por lo que el curso de la línea temporal seguiría normal, ¿no?

---Diablos...Diego.--- escuchamos que murmuro Cinco.

Y como si eso activara una alerta en los 3, vimos como el de largos cabellos corría demasiado rápido para tratar de salvar al presidente, al menos alguien podría cumplir su objetivo. 

---Nunca lo había visto correr así.--- murmure sorprendida, mientras veía como número 2 cruzaba las avenidas sin importar nada.

 ---Es un tonto.--- murmuro enojado Cinco mientras me veía.--- Solo arruinara todo.

---No te pongas celoso, Cinco.--- murmuro divertido Luther.

---Como sea.--- finalizo el chico mientras soltaba un bufido.

De pronto vimos como Diego tacleo a padre, y parecía verlo con asombro por algunos momentos, hasta que unos disparos se hicieron escuchar y todo mundo comenzó a correr y gritar espantados. 

 ---Vaya, pensé que lo lograría.--- murmure con una mueca.

---Papá tiene toda una organización, si no lo hacía él lo haría alguien más, caramente.--- menciono Cinco restándole importancia. 

---Bien, tenemos que buscar al resto.--- menciono Luther mientras se separaba de la barda.--- Aun tenemos que buscar la manera de solucionar todo esto.

Cinco y yo bajamos del pequeño maletín, dejándolo ahí en el suelo ya que no nos era de mucha importancia, mientras caminábamos a paso a algunos pocos metros del grandulón.

---¿Ya te sientes mejor, Cinco?--- le pregunte en un murmuro, obteniendo una mirada confundida de su parte.--- Ya sabes, por lo de la psicosis paradojal.

---Oh si, desde que el otro yo cayo por ese vórtice deje de sentir los efectos secundarios.--- me respondió tranquilo el chico.

---En verdad tenía miedo de yo caer también.--- le confesé en un murmuro, mientras miraba al suelo. 

---Oh Amelia, sabes que nunca dejaría que te pasará algo.--- aseguro el chico.--- Primero hubiera matado a mi vieja versión antes de dejar que algo te causara daño.

---Pero eso hubiera costado tu propia existencia.--- le recordé aún con mi mirada en el suelo. 

---Lo sé.

Antes de que pudiera responderle, vi como el chico había acercado su mano hacía la mía, para así tomarla y seguir caminando de esa manera, por lo que volteé a verlo con una ceja alzada.

Pude ver como su rostro seguía mirando al frente pero estaba adornado por una sonrisa de superioridad, las que normalmente usaba, lo cual me hizo sonreír ampliamente y así seguir caminando en busca del resto de nuestros hermanos.

Con aquello solo me confirmaba que nada malo me podría pasar estando junto a Cinco.

Narrador omnisciente.

Una mujer vestida con elegantes ropas de gala, accesorios y peinado impecable caminaba de un lado a otro leyendo un discurso que ella misma había hecho, ya que en pocas horas tomaría un cargo importante, y para ella, claro que tenía que empezar con el discurso perfecto.

---"Este es el comienzo de algo más grande que el hombre...--- leía la mujer de unas pequeñas tarjetas.--- Y yo seré quien va a...

No pudo terminar de recitar su discurso cuando el sonido de su teléfono sonando la interrumpió abruptamente, por lo que malhumorada lo tomo.

---No es el momento.--- fue lo primero que dijo al descolgar la llamada.--- ¿Qué?

Las palabras que sonaron del otro lado de la llamada no eran nada buenas, por lo que aún molesta, y al decir un poco preocupada, se encamino al punto donde la habían citado. El cuarto de cámaras.

Poco antes de entrar podía escuchar como la alarma sonaba haciéndola perder poco a poco la paciencia.

---¿Y bien?--- fue lo primero que dijo al entrar a aquella habitación.

---Jamás había visto algo así.--- menciono el preocupado en turno de aquella sala, mientras señalaba a las pantallas donde se podía ver lo que lo tenía así.--- La anomalía supera los limites.

La mirada de la mujer paso por aquellas pantallas, sorprendiéndose ante lo que veía, pero claramente no lo haría notar. 

---¿Le mostraste esto a alguien más?--- pregunto interesada la mujer. 

El hombre comenzó a negar con la cabeza.--- No, solo a usted.

Ella solo asintió levemente a sus palabras, y con una falsa sonrisa adornando su rostro, para en un rápido e imprevisto movimiento lo apuñalo directo al corazón, viendo como los ojos del sujeto iban perdiendo el brillo.

Acaricio levemente el rostro del sujeto, ahora muerto, para después encaminarse a una de las mesas que se encontraba en aquella sala, para tomar el teléfono que se ubicaba ahí. 

---Retiren al personal de sus tareas.--- menciono la mujer con seriedad cuando le habían atendido la llamada.--- Entramos en guerra. 

Sin más información por dar, colgó la llamada confiada de que todo mundo acataría sus ordenes, para regresar a donde estaban aquellas pequeñas pantallas donde se seguía viendo aquella anomalía.

Un pequeño rancho se podía ver ahí, con unos pocos destrozos en su exterior, pero lo más importante no era lo que se veía a simple vista, si no lo que no se podía ver bien, como un establo el cual emitía luces azules de su interior. 




Siii, yo se que es muy tarde para actualizar, pero justo acabo de terminar de escribir esto y no me puedo contener.

Quería avisarles que muchas gracias por entenderme y tolerar mi tardanza al actualizar, pero poco a poco me he librado de la universidad por lo que ya estoy más disponible para escribir. 

Tambieeen, para decirles que los capítulos finales se aproximan, aún no tengo bien estipulado como cerrare esta historia, pero bueno, las idea irán llegando conforme se me ocurran. 

No sé con exactitud cuantos capítulos haga antes del final, así que quizá cuando menos se lo esperen ya lo estaré publicando xdxd 

Si bueno, creo que eso es todo, así que si les gusta el capítulo no olviden dejar sus votos y comentarios, los leo a tooodos ;)

[2] El principio del fin | Número 5; The Umbrella Academy 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora