The King's Dream || DNF ||

Prólogo

(Artista del capítulo: @/comradebaguette en Twitter. ¡Vayan y apoyen al artista!)

Un vacío oscuro e infinito nublaba la visión de Dream en aquel sueño del que pensó que nunca podría salir, no era un sueño normal, sino uno que parecía provocado por algo.

A la distancia, un punto blanco resplandeció, creciendo lentamente hasta volverse un flash de imágenes que no tenían sentido; unos lentes, un caballo, su máscara, la persona por la que más se preocupaba, George, y al final, una corona, llena de sangre espesa, bajaba con gotas de color escarlata, y en su reflejo se vio a él mismo, con cientos de fantasmas detrás observándolo con ojos blancos y sin vida.

Supuso que él los había asesinado, a cada uno de ellos.

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El viento soplaba por su ventana abierta, en donde le único ruido que escuchaba era el acogedora melodía de los árboles que se removían afuera. Era una lástima que pronto no tendría el tiempo suficiente para apreciar aquellos pequeños detalles.

George se estaba vistiendo en su habitación preparándose para las actividades del día, hoy sería su coronación después de algunas semanas de papeleo que él no entendía. El rey anterior, Eret, había sido destronado por cuestiones de un desacuerdo del que él nunca se había enterado, no le gustaban los conflictos entre territorios y nunca pensó que estaría involucrado en ellos. Siempre había sabido que si algo le sucedía a el rey, él tendría que hacerse cargo de la situación, pero nunca lo creyó posible.

Sus pensamientos volaban en decepción, en algunas horas se convertiría en rey, pero, ¿cómo es que manejaría un reino entero de la noche a la mañana?

Después de pelearse durante unos segundos con los botones de su camisa mientras se vestía, alguien tocó la puerta.

—Su Alteza, ¿se encuentra listo?

La voz de Dream atravesó la pesada puerta de madera oscura hasta los oídos de George, después de pelearse unos segundos más respondió con la voz agitada.

—Si... un momento...

Unos segundos pasaron y su voz volvió a sonar.

—Su majestad, ¿me permite pasar?

Algo ya fastidiado, le respondió; —Adelante.

La alta figura de su amigo entró por la puerta, con su máscara con aquella carita sonriente cubriendo su rostro y su cabello dorado oscuro asomándose por debajo de su capucha. George se preguntaba cómo es que lograba ver por dónde caminaba con la máscara puesta, pero siempre que le preguntaba, Dream respondía diciendo "No lo sé, magia quizá".

Las botas de su armadura hicieron sonar la madera de suelo cuando se inclinó juguetón frente a él e intentó besar su mano mientras intentaba decir "Su majesta—", George inmediatamente la quitó y lo interrumpió.

—¿Cuántas veces te he dicho que no me trates de la realeza cuando estamos juntos? Además, aún no soy el rey.

—Pero lo serás.

Dream lo observó de arriba abajo juzgando los detalles de su vestuario. Seguía con la camisa mal abotonada, con los botones en los huecos equivocados, además faltaba colocar la bella capa azul con detalles dorados sobre sus hombros. El solo pensar en llevar tanta ropa formal, hacía que se le revolviera el estómago.

—Déjame ayudarte con eso.

Dream se acercó y desabotonó la camisa de George e inmediato comenzó a juntar los botones correctamente con dedos ágiles y llenos de cicatrices. Dream había sido un guerrero de la guardia real asignado como su guardaespaldas apenas salieron las noticias de que iba a ser nombrado rey. George llevaba algunos años viviendo en el castillo, y Dream llegó después, contratado por la realeza. Él había sido un temeroso asesino, buscado por muchas personas, pero cuando finalmente lo atraparon, el bondadoso rey Eret le dió una oportunidad y lo invitó a formar parte de sus guerreros, fue como si hubiese viso algo especial en Dream. A pesar de que a George le daba miedo al principio, así fue como aquellos dos se conocieron y lentamente el pueblo fue olvidando las acciones del asesino que llegó a ser, pero nunca ignorando el echo de que podría matar a cualquier persona en un respiro.

El guerrero colocó la pesada capa sobre los hombros de George y colocó sus icónicos lentes sobre su cabeza, o como el mismo los llamaba "los gogles de Gogy". Dream acomodó el cabello del chico para que no cayera en sus ojos.

—Todo listo —. Comentó cuando terminó.

—¿Cuándo deba llevar la corona a todas partes no podré usarlos?— preguntó refiriéndose a sus lentes.

—Sólo es cuestión de que los acomodes, pero tendrás que quitártelos para la coronación.

—Ni me lo recuerdes.

Dream dejó sus cosas al lado cuando se sentó en el pequeño sofá que George tenía en el fondo de su habitación, el guerrero había dejado su prominente hacha en el suelo, la cual era tan larga que casi era de la misma altura que George.

—Cuando seas rey... ¿Me subirás de puesto? Me encantaría ser jefe de la guardia real —. Preguntó curioso.

—No lo sé. Quizá. ¿Ocurriría algo malo si le cedo mi puesto a alguien más? En serio no quiero ser rey.

Dream notó la preocupación de George.

—No seas negativo, solo tienes que mantenerte neutro en las situaciones que ocurran, además, ahora puedes tener y hacer lo que quieras. Podrías crear reglas, cambiar le sistema político y hacer cosas buenas... o mejor no hagas nada y deja que el reino se caiga a pedazos, me divertiría en ambas situaciones.

A pesar de no ver su rostro, George sabía que Dream estaba sonriendo.

—No me ayudas.

—Tampoco pretendía hacerlo.

Dream se incorporó de manera inesperada y su postura cambió a la de un guerrero. George lo observó extrañado. A los pocos segundos la puerta se abrió, era uno de los sirvientes del castillo.

—Mis disculpas su majestad, pero deben salir para empezar la coronación.

—En seguida vamos —. Respondió Dream en un tono monótono.

Wow, pensó George. A veces olvidaba que Dream había sido asesino y todos sus sentidos estaban más desarrollados que cualquier otra persona que hubiese conocido, a tal punto que notaba las pisadas de alguien así estuviese lejos o distraído.

El sirviente desapareció por la puerta y Dream se acercó a George.

—Te espera un gran día.

La imponente apariencia de su amigo lo hizo pensar en cómo es que dos personas tan diferentes habían llegado a tener una amistad de tantos años. Sin mas palabras y con el ánimo por el suelo, ambos salieron de la habitación hacia su ceremonia de coronación.