Capítulo 1

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(Advertencia: en este capítulo hay descripciones explícitas de violencia doméstica)

POV de Vic:

Me pregunté sobre cuánto tiempo había pasado ya, pero, ¿a quién estaba engañando? Sabía exactamente cuánto tiempo había pasado desde que vi a Kellin Quinn. Un año y diez meses llegaron y pasaron tan rápido. Había sido un año y diez meses desde la última vez que hablé con él, lo abracé, y lo besé. Un año y diez meses que pasé superándolo y tratando de seguir adelante, a pesar de que toda parte de mí lo quería devuelta. Fue justo mi suerte que, una vez acepté que había desecho al cien por ciento mis sentimientos por él, volvió a entrar en mi vida, o tal vez fui yo el que interrumpí en la suya. Una cosa era segura; fue una colisión.

Mi mente dejó de funcionar cuando lo vi. Se volvió papilla, junto con mi corazón. Lo vi al otro lado de un café lleno tan sólo afuera de la universidad en la que trabajo ahora. Entré justo como lo había hecho tantas veces en el pasado, pero esta vez me detuve abruptamente. Parado frente al mostrador, entregando unas hojas de papel, estaba Kellin. Se veía igual a como lo recordaba, sólo un poco más mayor, aunque difícilmente parecía envejecer. Tenía diecinueve ahora y yo tenía veinticuatro.

¿Qué estaba haciendo aquí? ¿De todos los lugares que podría estar, aparece aquí? Bueno, sólo eran unas cuantas horas lejos del pueblo en el que solíamos vivir, pero aun así nunca esperé verlo. Obviamente, nunca lo había visto por aquí antes, y el campus no era tan grande, así que, ¿era un estudiante? Por alguna razón no podía verlo como un estudiante. Nunca fue del tipo estudioso. Se registró en mi mente que estaba aplicando para un trabajo. Hablaba animadamente con la chica sonriente detrás del mostrador.

Se voltearía en cualquier segundo y mi primer instinto fue correr y esconderme. Parte de mí no se sentía preparado para este encuentro. Era tan inesperado. No estaba preparado para esto en lo más mínimo, pero no podía obligarme a salir corriendo. Las memorias y los sentimientos del tiempo cuando fue mi mundo regresaron en una mezcla de confusión. ¿Qué diablos hago?

Me dije a mí mismo que si alguna vez lo volvía a ver, entonces actuaría civil. Querría ser amigable. Después de todo, no fue su culpa que sus padres no me dijeran o a cualquiera de sus amigos a dónde fue. Fue, sin embargo, mi culpa que me mudé lejos. Al final no pude soportar los rumores y la mala reputación que tuve en ese pueblo. A donde fuera la gente susurraba cosas horribles sobre mí, y hasta algunos fueron tan lejos como para decir que soy un pedófilo. Fue realmente terrible, y hubo incluso un momento en el tiempo que resentí a Kellin por empezar algo conmigo, pero pronto entré en razón y me di cuenta de que no era su culpa.

Así que, con mi vida en pedazos, simplemente tenía que salir de allí. Sólo me mudé a unas cuantas horas y todos los días por un tiempo, después de que Kellin cumplió dieciocho, pensé en contactarlo, pero era muy tarde. Habíamos estado separados por demasiado tiempo, y cuando eso pasa, la gente se distancia. Las cosas cambiaron. Era una situación desastrosa y ni siquiera pienso que entendí lo que estaba pasando en mi cabeza en ese entonces. Además, no era como si alguna vez él trató de contactarme cuando salió. Nunca escuché una palabra de él, y eso dolió.

Volviendo a mi pregunta original; ¿qué hago? ¿Y si me odia? No podía soportar eso. Estaba a punto de moverme o decir algo, cualquier cosa, cuando una breve ráfaga de viento y el tintineo de la campana que estaba sobre la puerta de ingreso me distrajo. No sólo fue eso. Fue la voz la que captó mi atención.

—Kellin, ¿ya acabaste? —dijo el gran y único Oliver Sykes mientras caminaba en todo el frente de mí. Por unos instantes estuve en una incredulidad total cuando se dirigió directamente hacia Kellin y colocó una mano afectuosamente en su espalda. Kellin se volteó hacia él, sonriendo alegremente.

Hush, Hush (Kellic) [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora