Pero, ¿qué haces aquí?

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A la mañana siguiente

Me desperté por el silbido de los pájaros que entraba por la ventana que se metía en mis oídos.

-¿Pero que hora es?-pregunte cansada.

Miré el reloj y vi que eran las once y diez de la mañana.

-Que sueño-dije estirándome y levantándome de la cama.

Bajé a la cocina donde vi a mi madre preparando el desayuno.

-Buenos días-dijo mi madre sonriendo.

-¿Qué ocurre?-pregunte sonriendo por su sonrisa.

-Nada-dijo mientras ponía el café en la mesa.

-Bueno vale-reí sentándome.

Empezamos a desayunar y no tuvimos mucha conversación la verdad.

-¿No te han mandado tarea?-pregunto.

-No-respondí.

-Hoy trabajo hasta la noche-me comento mi madre.

-Vale, no hare gran cosa en verdad-comente-veré algunas películas, me quiero ver Un puente hasta Terabithia que la vi de pequeña y me han dado ganas de verla otra vez y también Titanic que hace mucho que no la veo y también a lo mejor IT pero esa mejor por la noche-dije.

-¿Y podre ver esas tales películas contigo?-pregunto una voz masculina de tras de mí, la cual muy conocida.

En ese momento escupí el café y me giré de repente.

-¿¡Fred!?-pregunte levantándome al ver a mi pelirrojo favorito.

-Hola cariño-dijo abrazándome.

-¿Pero que haces aquí?-pregunte feliz mientras cogía una servilleta y me limpiaba mientras mi madre limpiaba el café que había escupido.

-Pues venir a ver a mi princesa-respondió mientras que yo tiraba la servilleta a la basura.

-¿Tú sabias algo?-le pregunte a mi madre emocionada por la sorpresa.

-Si, hable con Dumbledore y dejo que se viniera un día entero, pero mañana por la mañana se tiene que ir-me explico.

-Recibí tú carta y pensé que querrías compañía-dijo Fred.

-O sigo sin creerlo-dije emocionada saltando-estas aquí, en mi casa y pasaremos el día juntos.

-Si-respondió él con una sonrisa.

-Cuídamela-le advirtió mi madre-y no hagáis cosas que no se deben-nos advirtió mirándonos a los dos para después salir del cuarto.

-Eso lo dice por mí-susurro Fred acercándose a mí.

-Si porque no te controlas-dije para después besarle.

Él se rio y luego miro mi taza de café.

-Bueno, ¿qué hay para desayunar?-pregunto Fred observando meticulosamente la cocina.

-Café-respondí sirviéndole una taza de café y poniéndola en la mesa.

Fred y yo nos sentamos.

-Tenéis la casa reluciente-comento-y todo sin magia, es increíble.

Yo me reí por lo bajo por lo que estaba diciendo.

-Bueno de alguna manera habrá que tener el hogar limpio-dije mirándole.

-Si, ya veo-susurro pasando un dedo por la mesa y mirando si había polvo-increíble, tardareis horas solo para limpiar esto.

-Uno se acostumbra-comente tomando un sorbo del café.

Siete días (Fred Weasley y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora